El gran problema de SpaceX con la Starship no está en la nave

El pasado jueves tuvo lugar el esperado lanzamiento de la Starship, ya sabes, el conjunto de cohete y nave de mayor tamaño de cuantos han sido creados por el hombre. Con capacidad para transportar a más de cien personas, buena parte de los planes de colonización de la Luna y de llevar a cabo la primera misión tripulada a Marte pasan, a día de hoy, por lograr que la Starship sea capaz de elevar el vuelo, y de llevarnos de ese modo más lejos de lo que ha llegado hasta ahora el ser humano. Es mucho lo que depende de este mastodóntico proyecto de SpaceX.

Como ya sabrás, tras cuatro minutos desde su lanzamiento, y después de varios problemas, la Starship explotó cuando se encontraba en caída libre a una altitud de 29 kilómetros. Era un final previsible, aunque la aspiración inicial es que la Starship fuera capaz de realizar una órbita completa alrededor de la Tierra. Dicho de otra manera, no se completaron todos los objetivos deseados, pero aún así no podemos calificar la prueba de fracaso, ya que la nave fue capaz de elevarse hasta los 39 kilómetros, y tanto de esta ascensión como de los problemas que se produjeron, la compañía puede extraer un profundo aprendizaje que aplicar a futuras pruebas.

La imagen en directo del lanzamiento nos proporcionó imágenes y datos muy interesantes, como el hecho de que tres de los motores Raptor no se activaron para el despegue, y también podemos ver, si nos fijamos un poco, como una tormenta de fragmentos del suelo de la plataforma de lanzamiento elevó también el vuelo, golpeando todo lo que encontraron a su paso. Esto apuntaba a que el suelo bajo los Raptor se había visto, de alguna manera, afectado por la tormenta de fuego y presión de los motores. Lo que no esperábamos es que su nivel de erosión hubiera sido tan alto como hemos podido comprobar posteriormente.

Muchas plataformas de lanzamiento cuentan con un foso deflector de llamas, es decir, un conducto en tierra bajo la ubicación inicial de los motores, que recibe las llamas que expulsan los mismos y la redirige en otra dirección. Sin embargo, la base de lanzamiento de SpaceX no cuenta con esta instalación, algo que ya adelantó Elon Musk hace algunos años en Twitter… indicando que quizá se tendrían que arrepentir de ello en el futuro. Ahora, con muchas dudas en el aire, sí que parece que fue un enorme error.

El fallo de los tres primeros motores, así como la pérdida del sistema hidráulico responsable de modificar la orientación de los motores para ajustar el rumbo del cohete podrían estar provocados por los enormes fragmentos de hormigón que saltaron desde la base de la plataforma en todas direcciones. Pero además, otros muchos fragmentos cayeron en todas direcciones, algo que supone un enorme peligro y que, en consecuencia, podría ocasionar, y es bastante probable, que la FAA no permita que se produzca otro lanzamiento en estas mismas condiciones.

Elon Musk afirmó, tras la explosión, que el próximo vuelo tendría lugar en meses, y cuando se ha hecho pública la información sufrida por la plataforma, ha afirmado que tenían previsto emplear una plancha de acero refrigerada por agua entre la plataforma y los motores de la Starship, pero que esta pieza no estuvo lista a tiempo para el lanzamiento. Ahora bien, tendremos que esperar para comprobar si la pieza realmente existe, si ofrece la seguridad necesaria y, en consecuencia, si la compañía vuelve a obtener autorización para el lanzamiento. En caso contrario, SpaceX tendrá que realizar cambios muy importantes en la plataforma, y la pregunta es si éstos son posibles en dicho terreno. De no ser así,   los planes sí que podrían complicarse de verdad.


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