Procesadores y juegos: ¿debo priorizar núcleos o IPC?

El mercado de los procesadores de consumo general ha vivido un momento muy intenso tras el debut de la arquitectura Zen de AMD y la respuesta de Intel: Coffee Lake. Con dicha arquitectura la compañía de Sunnyvale ha vuelto a plantar cara al gigante del chip gracias a una apuesta muy inteligente centrada en cuatro grandes puntos:

  • Una mejora de IPC frente a Excavator que ronda el 52%.
  • Mayor eficiencia, menor consumo y mejores temperaturas.
  • Alto conteo de núcleos.
  • Un precio asequible y atractivo para el consumidor.

Los procesadores Ryzen serie 1000 han obligado a Intel a mover ficha y no hay duda de que la presión se ha notado. Con Coffee Lake la firma de Santa Clara presentó sus primeros procesadores de seis núcleos para el mercado de consumo general y movió precios de una manera muy agresiva, tanto que hoy podemos encontrar CPUs de seis núcleos y alto rendimiento por unos 160 euros.

Con la llegada de Zen+ AMD ha consolidado su nueva arquitectura y ha confirmado que ha vuelto al buen camino. Sigue manteniendo su apuesta por ofrecer un mayor número de núcleos, pero en términos de IPC se mantiene por detrás de los procesadores Coffee Lake de Intel.

Esta situación ha generado muchas dudas entre los jugadores, que no tienen claro si deben elegir un procesador dejándose llevar por el criterio del IPC o por el número de núcleos. En este artículo nos vamos a centrar en esta cuestión y vamos a resolver vuestras dudas de una manera sencilla y directa.

Cuatro núcleos y un alto IPC: el estándar

Podemos decir sin miedo a equivocarnos que ahora mismo el estándar para jugar con garantías a cualquier cosa (salvo contadas excepciones como Assassin´s Creed: Origins) es un procesador de cuatro núcleos con un alto IPC y no, no nos referimos únicamente a las generaciones más actuales ya que a partir de un Core i5 4690 o de un Ryzen 3 1200 entraríamos en un nivel óptimo.

Hay algunas excepciones, de hecho juegos como el citado Assassin´s Creed: Origins se benefician de los procesadores que pueden manejar más de cuatro hilos, pero la norma general es clara, cuando llegamos a los cuatro núcleos son el IPC y la frecuencia de trabajo los que marcan la diferencia en la mayoría de los casos.

Esta conclusión nos permite fijar una idea simple pero efectiva: el mínimo que debemos buscar a la hora de elegir un procesador para juegos son cuatro núcleos y un buen IPC (Core 4000 o Ryzen 1000). Ese es el nivel óptimo, y a partir de ahí podríamos repartir nuestro presupuesto en otros componentes clave como la tarjeta gráfica o la memoria RAM.

¿Entonces no vale la pena comprar CPUs de más de cuatro núcleos?

Lo cierto es que con los precios que tienen hoy en día es una excelente idea, pero dentro de un límite razonable. Los procesadores de seis núcleos y doce hilos como el Ryzen 5 1600 o el Core i5 8400 de seis núcleos y seis hilos rondan los 160 euros, ofrecen un excelente rendimiento en juegos actuales ya demás están preparados para afrontar la transición generacional que marcarán PS5 y Xbox Two.

Montar un procesador de más de cuatro núcleos puede ayudarnos a aguantar esa transición sin tener que actualizar el equipo, y además nos ayudará a disfrutar de un mayor rendimiento en algunos juegos actuales.

Por su parte los procesadores que cuentan con ocho o más núcleos representan una inversión que no aprovecharemos ahora mismo, pero que podrían desplegar todo su potencial con la llegada de PS5 y Xbox Two. No hablamos por hablar, ya ocurrió algo similar con la llegada de Xbox 360 y PS3 con los procesadores de dos y cuatro núcleos y las últimas informaciones apuntan claramente a que se repetirá la historia.

Conclusiones y cosas a tener en cuenta

Si vas a montar un PC para jugar debes apostar por un procesador con cuatro núcleos físicos y un alto IPC, ya que es el nivel óptimo que está “estandarizado” actualmente. Modelos como los Ryzen 3 1200 y el Core i3 8100 son las mejores opciones por precio-rendimiento.

En caso de que el presupuesto te lo permita y quieras aspirar al máximo rendimiento y a una mayor vida útil los procesadores de seis núcleos son una buena opción. Modelos como el Ryzen 5 1600 y el Core i5 8400 ofrecen un excelente valor por su relación calidad-precio.

Antes de terminar te dejamos un resumen con otras consideraciones importantes que no deberías olvidar:

  • Ya no merece la pena comprar procesadores Core i3, Core i5 y Core i7 de las series 7000 e inferiores para montar equipos nuevos.
  • Los procesadores Pentium G serie 4560 y superiores siguen representando un buen valor, pero con los Ryzen 3 1200 en el mercado por poco más de 80 euros ha perdido casi todo su sentido.
  • Los procesadores de más de seis núcleos no se aprovechan en juegos actuales.

Enlaces de interés: guías MC.

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