Seat Ateca, vistas
«Contigo he descubierto cosas que no sabia que existian. Los atardeceres, los paseos por la playa… los semáforos.» Teniente Frank Drebin (Agárralo como puedas, 1988)
La acera está rota. Es un día malo. Porque en los días buenos no me fijo en la acera. Pero es un día malo. No se qué hora es exactamente. Pero seguramente llego tarde al autobús. En el borde de la acera hay una planta que crece y sobresale, surge de la alcantarilla. Tiene una flor blanca. Me da rabia esa flor blanca. La golpeo con la mano. Caen dos pétalos al suelo. Levanto la mirada lo justo para ver el semáforo para peatones. Hay una masa sombría de espectros que aguarda al otro lado de la calle. Yo estoy solo en este otro lado. Con el rabillo del ojo veo que está llegando el autobús. La parada está al otro lado. Y el semáforo sigue en rojo. Voy a perder el autobús. Junto a mi se ha detenido un tipo con un mono azul con los ojos puestos en el otro lado. Luego me mira y me sonríe «creo que vamos a perder el bus». Le miro intentando transmitir que su comentario es estúpido, que él es estúpido, que no me interesa, que quiero que se calle inmediatamente, que no estoy de humor. No estaba de humor para levantarme, no estaba de humor para vestirme, para salir a la calle, para quemarme con el café, para esperar a que todo el bloque bajara con el ascensor antes de poder cogerlo yo. No estaba de humor la noche anterior para encontrar el mensaje de Paula en el móvil diciendo que… no la esperara. Y un montón de reproches que ni siquiera terminé de leer. Ya digo que está siendo un día malo.
El del mono me sonríe «Soy jardinero. Me gusta cuidar las plantas. Quitar las malas hierbas… ¿sabes?» me dice. Y no me importa. Menos mal. El semáforo se pone en verde. No digo nada y sigo mi camino. El asfalto también está roto. Las líneas pintadas en el suelo son casi imperceptibles. Esquivo dos charcos junto a la acera. Acelero el paso hasta llegar a la parada. Me siento. Lo que me temía. El del mono se sienta junto a mi. Saca un plátano de su mochila. Le quita la piel. Se levanta con parsimonia con un gruñido y la tira a la papelera. Se vuelve a sentar. «¿Quieres un poco?» Le vuelvo a mirar esta vez con más intensidad para mandar el mensaje de que no quiero plátano, no quiero conversación, no quiero amabilidad, no quiero que se siente a mi lado, no quiero sentir su presencia, su aliento con olor a plátano me repugna, me dan arcadas observar las manchas de fruta en su bigote, sobre su estúpida sonrisa… «No gracias» deslizo con mi voz bajo la mirada. Lo acompaño con una sonrisa cansada. El tipo del mono sigue masticando. Observa la calle a la espera del autobús. Termina el plátano. Saca un pañuelo de color azul, del mismo color que el mono. Se limpia. Luego coje una pistola de su mochila. Me apunta al pecho. «Lo siento compadre. No vas a subir a ese autobús. Me manda Paula». Con la mirada le suplico que no dispare.
La historia de SEAT se ha visto acompañada desde el principio de su historia con el objetivo de ofrecer automóviles prácticos y accesibles para el público en general. De la mano de Fiat los primeros modelos como el 1400 o el mítico 600 respondían a las necesidades de movilidad del mercado de aquellos tiempos con unos precios ajustados, aunque el automóvil era todavía un objeto más bien fuera del alcance de la mayoría de la población. Tras la incorporación de la marca al grupo alemán Volkswagen el espíritu de practicidad se ha mantenido con unos modelos generalmente atinados por el equilibrio de precio y características.
Modelo analizado | SEAT Ateca |
Motor y acabado | 1.5 TSi 150 Cv Xperience (manual) |
Potencia | 150 CV |
Velocidad máxima | 202 Kmh |
Aceleración o-100 | 9 s |
Largo/ancho/alto | 4381/1841/1615 mm |
Potencia máxima RPM | 150 CV |
Par máximo Nm/RPM | 250 Nm |
Caja de cambios | Manual 6 marchas |
Web | https://www.seat.es/ |
Precio | 35.250 euros (antes de ayudas) |
Como primero modelo de la marca hemos probado el Ateca, todo un símbolo de esta practicidad actualizada encarnada en un SUV, el formato de moda en el mundo de la automoción, y tamaño medio entre las propuestas de este tipo del fabricante español. Roza los 4,4 metros aunque es algo más pequeño que su primo el Skoda Karoq se coloca por tamaño en un sector del mercado que es de los que más éxitos de venta están cosechando precisamente por la practicidad del planteamiento con un tamaño que ofrece en general una buena habitabilidad y un maletero polivalente para ciudad y para viajes.
Este Ateca tiene un aspecto sobrio, con un diseño en la parte delantera en la que destaca una parrilla exagonal con una moldura plateada que está flanqueada a cierta distancia por dos grupos ópticos también de forma poligonal de buen tamaño. Debajo de la parrilla encontramos una gran toma de aire con forma de trapecio con elementos romboidales en color negro terminada en su parte inferior por una moldura de plástico plateado mate que integra los sensores y otra pequeña parrilla independiente de la primera. A los lados de esta toma de aire se colocan dos molduras de plástico negro con insertadas las luces de posición.
Líneas sobrias
La línea sobria de los elementos de la carrocería en la parte delantera se mantiene en la línea del perfil del Ateca, con un diseño que parece primar el aprovechamiento del espacio por encima de guiños a un aspecto más deportivo. Las barras del techo y el diseño vistoso de las llantas son alguna de las concesiones para hacer más vistoso el aspecto del lateral. En la parte inferior de la carrocería a lo largo de la parte de abajo de ambas puertas se ha colocado una moldura en color plateado que puede recordar a un estribo como los que suelen incorporar los modelos con más aspiraciones a todoterreno.
Pasando a la parte trasera podemos ver un spoiler corto en la parte superior del portón que integra la luz de freno central para que sea más visible al colocarse más alta, dos grupos ópticos partidos en los laterales y un diseño de tres volúmenes que enriquece la línea de la zaga para darle algo más de dinamismo. Un parachoques sobresale en la parte inferior rematado con una moldura de plástico en color claro que además acoge y protege los sensores de aparcamiento. En el centro del portón luce el logotipo de la marca.
Un interior racional
Una vez accedemos al interior la impresión es que se trata de un coche en el que se ha optimizado la combinación de materiales de más calidad con otros más sufridos con unos acabados bastante buenos, sobre todo por dar la impresión de robustos y prácticos aunque lejos de ser lujosos. El puesto de conducción es muy racional, con todos los mandos a mano y una buena visibilidad con unos asientos confortables con tapizado de tela reforzada por partes con material de cuero sintético.
En lo que respecta al sistema de información y entretenimiento éste ha sufrido una actualización con respecto a la versión anterior de este modelo. La pantalla se coloca en la parte central del salpicadero y no sobresale del mismo, por lo que se encuentra algo por debajo de la línea de visión del conductor cuando está en ruta. El sistema es sencillo de utilizar y tiene una respuesta buena. Dispone de todas las funciones esperables además de la compatibilidad con Android Auto y Apple Car Play.
En lo que respecta al panel de instrumentos en el caso de esta versión también es digital, con una funcionalidad similar a la del panel de otros modelos del grupo con la posibilidad de configurar las visualizaciones para mostrar con aspecto distinto el la información del velocímetro y del cuentarrevoluciones. Además es posible, como en otros modelos del grupo, mostrar en el panel otro tipo de información gráfica como una representación del mapa del navegador o información del reproductor multimedia.
Cómodos atrás
En la parte trasera dos personas viajan cómodos, pero la plaza central tiene un acolchado más duro y sobresale de la banqueta por lo que no es recomendable ni por comodidad ni por anchura, aunque puede utilizarse como en cualquier otro modelo de tamaño similar. En altura la forma de la carrocería favorece para que pueda acoger a pasajeros de cierta estatura ya que no cae bruscamente hacia la parte posterior. También el espacio para las piernas es grande para el tamaño del coche.
El maletero tiene un tamaño considerable con una capacidad de 510 litros que está en línea con el resto de SUV de la categoría. Es un espacio práctico que cuenta con muchos accesorios para fijar y dividir la carga que pueden resultar muy útiles. Al abatir los asientos de la segunda fila podemos ampliar la capacidad de 1.604 litros. Para abatir los asientos hay que accionar las palancas correspondientes dentro del habitáculo ya que desde el maletero no es posible hacerlo.
En lo que respecta a la mecánica hay que recordar que todos los modelos de este SUV de SEAT no ofrecen ningún sistema de hibridación actualmente. El motor de la unidad que probamos es el probadísimo 1,5 litros TSI del grupo que entrega 150 caballos de potencia con una cifra de par motor de 250 Nm. Con las cifras del fabricante en la mano el Ateca es capaz de acelerar de 0 a 100 kilómteros por hora en 9 segundos. Es una cifra ligeramente superior a la de un Skoda Karoq con la misma motorización, 8,8 segundos, pero la diferencia es muy pequeña.
Suavidad
Al arrancar el motor lo primero que notamos es que el Ateca es un coche bastante silencioso. Además del propulsor el habitáculo está bien insonorizado para un coche de esta categoría y apenas se notan vibraciones incluso con el motor en frío. La respuesta en ciudad es muy buena con una conducción tranquila, aunque para que sea aún más relajada en este caso quizás es más recomendable una versión que dispona del cambio automático para que no tener que preocuparse de ir cambiando marchas.
En carretera la cosa cambia y se agradece disponer del cambio manual, ya que aunque el motor tiene potencia suficiente es posible sacar más rendimiento controlando las marchas. Esto se nota más en carreteras viradas y cuando tengamos que afrontar cuestas o maniobras como los adelantamientos en los que podremos bajar la relación del cambio para obtener el número de revoluciones adecuado para que la respuesta del coche sea más inmediata y potente.
Confortable
En lo que respecta al comportamiento del coche hay la posibilidad de seleccionar distintos modos de funcionamiento que en el caso de la versión que probamos con el cambio manual apenas se nota diferencia cuando cambiamos el selector a la configuración «sport». El Ateca se comporta bien en carreteras viradas, con buenas sensaciones aunque está más orientado a proporcionar un buen confort que sensaciones mñas dinámicas. El tacto es muy bueno en autopista y se mantiene en nivel de confort y de insonorización.
Es cuando exigimos al máximo al motor, cuando rondamos y superamos las 5000 revoluciones, cuando la insonorización se pone más a prueba. En lo que respecta al ruido aerodinámico es bastante apreciable en la franja entre los 100 y 120 kilómetros por hora, pero en línea de cualquier otro modelo con carrocería similar. El tarado de las suspensiones también contribuye a la sensación de confort ya que absorcen con eficacia las irregularidades del terreno.
Los consumos dependen en gran medida del tipo de itinerario y del estilo de conducción además de la carga y el pasaje que llevemos, en este caso sobre todo si el trayecto es en carretera. En ciudad está lejos de la marca que podríamos alcanzar, por ejemplo, con un híbrido, pero es un motor bastante eficiente y podemos bajar hasta los ocho litros y medio a los 100 kilómetros aproximadamente. En autopista podemos llegar a estar por debajo de los siete litros siendo cuidadosos.
Conclusiones
El Ateca es otro de los SUV de éxito del grupo Volkswagen, con un tamaño intermedio que es de los más buscados y una concepción más práctica que dinámica que hace que sea un coche especialmente indicado para familias que necesiten un vehículo versátil y cómodo. Destaca el buen comportamiento den autopista y una sensación de confort arropada por una buena insonorización, suspensiones y acabados que aunque no son de lujo sí que tienen una buena calidad.
La motorización de 150 caballos ya está más que probada en la gama de vehículos del grupo y obtiene un equilibrio muy bueno entre prestaciones, consumo y confort de marcha. Le falta un poco de empuje para poder sacarle partido en su aspecto más dinámico y quizás se echan en falta opciones híbridas o híbridas enchufables para que su uso en ciudad sea aún más agradable y los consumos sean menores, por no mencionar las emisiones.
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