Toyota Land Cruiser, ilimitado

Total



8
  • Prestaciones
  • Diseño
  • Consumo
  • Confort
  • Sistema de Infoentretenimiento

“Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar” Tyler Durden, El Club de la Lucha (1999)

“No te adentres en el bosque” decía mi abuela cuando anochecía, pero a pesar de eso y de mis apenas seis años, a mi los sonidos del bosque cuando el sol se escondía tras las copas de los árboles me fascinaban, casi me hipnotizaban. Me quedaba horas mirando a través de la ventana apoyando la frente en el cristal mientras mi abuela me vigilaba junto a la chimenea tejiendo uno de sus jerseys interminables, pero en cuanto se quedaba dormida en la mecedora esperaba unos segundos conteniendo la respiración. Luego salía descalza al porche procurando no despertarla con el ruido de las viejas maderas del suelo que parecían viejos duendes gruñones y traicioneros quejándose por mi peso.

Entonces en el porche empapada en el aire de la noche ya no miraba al bosque, me acurrucaba lo más cerca que podía de la barandilla y cogiéndome las rodillas cerraba los ojos para escuchar los crujidos, lamentos, aullidos y chasquidos que venían de lo más profundo del corazón del arbolado. Durante el día el bosque hablaba un idioma amable teñido con los cantos de los pájaros y el ruido del riachuelo, pero de noche su voz se hacía ronca y profunda, una voz antigua y sincera. Envuelto en la oscuridad despertaba otro bosque que me hablaba y me estremecía, me susurraba que algo que era solamente para mi me esperaba. Y una noche salí a buscarlo.

Los coches no nacieron con el asfalto bajo las ruedas, es más, se desenvolvieron durante mucho tiempo sobre carreteras de tierra antes de que su presencia obligara a modificar el paisaje y llenar de carreteras nuestros horizontes. Y poco a poco los coches perdieron el contacto con la tierra, sus pneumáticos se fueros volviendo más delicados, su altura rebajada y sus suspensiones demasiado delicadas para soportar los baches y obstáculos fuera de las pistas creadas para ellos. Sin embargo algunos de estos vehículos se idearon para seguir desenvolviéndose sin problemas lejos del asfalto pero seguir rodando sobre él.

Ficha técnica

Uno de estos coches míticos es el Toyota Land Cruiser cuya última versión hemos podido probar. Se trata de un todoterreno de raza, que nació en la segunda guerra mundial fruto del encargo del gobierno japonés. Según a quién se consulte este primer modelo nació inspirado en el Jeep militar de los Estados Unidos o fué fruto de un desarrollo propio. El caso es que como los todoterreno con más historia nació en el campo de batalla y desde entonces ha ido adaptándose a un uso más popular creciendo en tamaño y sobre todo añadiendo con el tiempo más comodidades para convertirlo en un coche menos espartano.

Pero a pesar de esa evolución a un modelo más “burgués” este Land Cruiser que hemos probado mantiene intacto su espíritu todoterreno y su planta imponente. Toyota ha renovado recientemente, faros muy elevados y de diseño moderno y un perfil poco aerodinámico pero que transmite robustez y pocos indicios de querer apuntar a un diseño más urbano como el de la competencia. Al contrario, muchos detalles de todo terreno clásico como unas generosas taloneras, barras en el techo y en la parte trasera el clásico portón de apertura lateral y la rueda de repuesto colgando de la parte inferior trasera del coche.

Y es que Toyota sabe muy bien a qué público se dirige, un comprador que se deja llevar más por la solidez y capacidades off-road que por el aspecto futurista o aerodinámico. Lo cierto es que este Land Cruiser es un coche que impresona por su tamaño pero también por su aspecto, un coche alto con una parrilla delantera imponente, parachoques de tamaño generoso y líneas básicas y musculosas en sus costados. No hay mucho donde elegir en cuanto a motorizaciones: un único propulsor de 2.8 litros diésel es todo lo que encontraremos en el catálogo.

Adentrándonos

Al entrar en el coche también podemos ver enseguida su vocación para navegar más fuera del asfalto que dentro. Lo primero los asideros de agarre que no faltan ni siquiera sobre la puerta del conductor, signo inequívoco que el gran Toyota está preparado para bailes movidos. En el salpicadero la consola central en la parte más baja vemos varios botones con distintas funciones todoterreno como el modo para descensos pronunciados pero sobre todo la posibilidad de bloqueo de diferencial y la de engranar la reductora para afrontar tramos complicados fuera de las pistas con selector H4 – L4 (marchas bajas o Low y marchas altas o High).

También hay un botón que confieso que no sabía qué significaba y como todo lo que desconocemos… está en Internet. Se trata del botón “2nd Start” que permite que el coche arranque en segunda en vez de en primera. El utilizar una marcha más larga y jugar con el acelerador permite arrancar sin que las ruedas patinen en una superficie resbaladiza como barro o hielo. Todo este conjunto de sistemas proporcionan herramientas todoterreno a las que se le une un excelente cambio automático de seis marchas con convertidor de par superan a las de un SUV urbanita medio por mucho.

Pero en el resto de elementos del interior del Land Cruiser Toyota ha puesto especial cuidado en los detalles y acabados para acercarse a lo que pueden ofrecer sus rivales más civilizados. La tapicería de cuero está bien acabada y es muy agradable al tacto con sistema de ventilación, muy potente por cierto, tanto en la parte trasera como delantera. No son acabados al nivel de otros rivales premium pero sí por encima de la media.

Uno de los detalles que nos han llamado la atención es la luminosidad y visibilidad desde dentro del habitáculo, sobre todo gracias al amplio parabrisas delantero. La distribución de botones se concentra en la parte central del salpicadero culminados en la parte superior por una buena pantalla de ocho pulgadas que dispone del sistema de información y entretenimiento Toyota Touch 2 & Go con un buen funcionamiento y visibilidad.

Entretenimiento e información

Dispone de función de pantalla partida y está en una buena posición, suficientemente en alto para que no tengamos que apartar demasiado la vista de la carretera cuando tenemos que consultar una información. Aunque dispone de botones de acceso directo a las funciones más utilizadas esto, siguiendo la línea del fabricante japonés, no son botones físicos sino una superficie sensible al tacto lo que no da demasiada buena impresión.

Aunque la gráfica de la pantalla es mejorable, sobre todo en lo que respecta a la respresentación de los mapas del navegador, el sistema también tiene funciones pensadas para la conducción todoterreno. La primera es la vista cenital, como en otros modelos de otras marcas las cámaras dispuestas alrededor del coche envían las imágenes y el sistema las reconstruye como si estuviéramos viendo el coche desde arriba.

Pero hay una función especialmente interesante que ofrece la posibilidad de tener una visión a ras del suelo del terreno que estamos a punto de atravesar con las ruedas. El sistema además muestra en pantalla cómo están giradas las ruedas, la inclinación del coche y vistas laterales también del terreno por si hay obstáculos a un lado u a otro que nos puedan dificultar la maniobra. Un sistema realmente avanzado y útil para el off road.

Habitable, mucho

En el apartado de la habitabilidad el Land Cruiser no teme comparaciones. Con su imponente tamaño y altura es todo un salón con ruedas. Las plazas anteriores son amplias y cómodas, los asientos sujetan bien aunque no son los mejores en cuanto a sujección lateral sí que permiten largos viajes sin notar molestias de ningún tipo. Buena postura de conducción y como ya apuntamos excelente visibilidad, aspecto muy importante para un todoterreno a pesar de la generosa dotación de cámaras.

La segunda fila de asientos es sorprendente por la amplitud. Aquí sí que podemos decir que tres adultos pueden viajar sin problemas e incluso con cierto desahogo tanto por la anchura como por la altura así como el espacio libre hasta los asientos delanteros. Además las butacas pueden desplazarse longitudinalmente para ofrecer aún más espacio o mejorar la capacidad del maletero o la comodidad de los que viajan en la tercera fila.

Esta tercera fila es como siempre una solución temporal para viajes cortos. A pesar del buen tamaño del Toyota son dos plazas más adecuadas para adultos de estatura corta o media, sobre todo por el espacio hasta el suelo que hace que la banqueta no sea muy comoda y haya que flexionar las rodillas. En cualquier caso son realmente prácticas porque desaparecen totalmente al plegarlas en el suelo del maletero.

Como hemos visto la puerta del maletero se abre con una bisagra vertical, lo que presenta algunas dificultades cuando tengamos poco espacio para acceder a la parte trasera. Para solucionarlo en parte Toyota ha incorporado una luneta que se abre para poder dejar y acceder a pequeñas cargas en el maletero. El espacio en el maletero es realmente amplio, hasta 553 litros en la versión con siete plazas.

Cómo se porta…

Pasando al comportamiento del coche en carretera el Land Cruiser no es precisamente un coche ágil ni tampoco especialmente rápido en carretera. Aunque el motor de 177 caballos puede parecer suficiente hay que tener en cuenta que estamos hablando de un coche con un peso de más de 2.200 kilos. No se trata de un coche especialmente ruidoso gracias a la insonorización pero cuando necesitamos que suban las revoluciones sí que se nota.

Aunque reacciona bien, la aceleración del Land Cruiser es lenta, más de 12 segundos para alcanzar los 100 km/h de parado, y también se nota algo en las recuperaciones aunque ahí el cambio de convertidor de par y el par de nada menos que de 420 Newtons Metro ayuda algo a que no nos encontremos en apuros. Si queremos llevar al Land Cruiser por terrenos virados nos lo tendremos que tomar con calma.

El Land Cruiser es un coche voluminoso y ejerce como tal, la carrocería se mueve y el balanceo es perceptible en curva y aunque no perderemos el control gracias a la tracción total los apoyos son imprecisos por lo que como decimos para las curvas mejor con calma. Buen trabajo sin embargo en la conducción por autopista, a pesar de ser un coche eminentemente para fuera del asfalto el confort es más que aceptable.

Fuera de las carreteras es cuando el Land Cruiser muestra de verdad su falta de límites. Es sorprendente los obstáculos que es capaz de superar. Los sistemas que hemos mencionado, incluidos la reductora y la cámara de visión a ras de tierra, contribuyen a cierta placidez sea cual sea el terreno que estemos afrontando. Eso sí, lo más impresionante quizás es el ritmo con el que podemos circular por carreteras de tierra sin ningún sobresalto.

Conclusión

El Land Cruiser no miente ni traiciona a los que ven en este vehículo el modelo “civilizado” mejor preparado para excursiones fuera del asfalto. Hay que dejar muy claro que la etiqueta SUV no le pega nada en absoluto, aunque en Toyota hayan hecho un esfuerzo en acabados, diseño y confort para que en estos aspectos pueda competir con modelos más refinados y menos propensos a mancharse los guardabarros…

Por otro lado es un coche grande, muy grande, capaz de transportar hasta siete personas cómodamente y que además de adentrarse por terrenos inexplorados puede ofrecer una buena experiencia en carretera, siempre que no pensemos que estamos al volante de un deportivo. En definitiva Toyota ha tocado lo justo para que el espíritu Land Cruiser se mantenga y mejorar al mismo tiempo ciertos aspectos del coche.

La entrada Toyota Land Cruiser, ilimitado se publicó primero en MuyComputer.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Seat Ateca, vistas

Hyundai Staria, calibre

Alienware Area-51m, el portátil gamer más potente