Reiniciar Windows puede arreglar muchos problemas, ¿pero sabes por qué?

La verdad es que reiniciar Windows es algo que recomiendo con mucha frecuencia, y por una razón muy sencilla, puede obrar auténticos «milagros» en muchas situaciones, de hecho estoy seguro de que esto es algo que más de uno de nuestros lectores habrá podido experimentar personalmente. Si tu PC empieza a ir lento algo tan simple como un reinicio podría solucionarlo.

Tanto es así, y tal es su importancia, que podríamos decir que reiniciar Windows es lo primero que deberíamos hacer cuando estamos experimentando problemas de cualquier tipo. Así, por ejemplo, si hemos actualizado cualquier aplicación y nos está dando problemas un reinicio puede ser la solución, y lo mismo puede ocurrir si tenemos problemas de conexión a Internet, si una aplicación está consumiendo muchos recursos o si nos da problemas de estabilidad.

La lista de problemas y de errores que se pueden solucionar con algo tan sencillo como reiniciar Windows sería muy larga, pero vamos a lo importante, ¿sabes por qué es un método tan efectivo? Si has contestado que no, no te preocupes, que no te voy a dejar con la duda. En este artículo te voy a explicar de una manera sencilla y fácil de entender por qué funciona tan bien algo tan simple.

¿Has probado a reiniciar Windows? Y lo que no es Windows

reiniciar Windows

Es curioso, porque en líneas generales reiniciar algo es en muy efectivo en muchas situaciones. A mi personalmente me ha funcionado con cosas tan variopintas como el coche que tenía antes, con la Smart TV y hasta con un telefonillo con cámara para poder visualizar la calle. Sí, reiniciar funciona, tanto que es muy probable que sea lo primero que os inviten a hacer si contactáis con cualquier servicio técnico, ¿pero por qué?

Reiniciar Windows hace que se vacíe la memoria RAM y que se limpien las cachés, lo que significa que cualquier error o fallo subyacente que hubiese quedado enquistado en ellas desaparece por completo, y tendremos el sistema operativo listo para volver a empezar. Pero esto no es todo, un reinicio también puede terminar de poner orden en el desorden provocado por una actualización, afinando elementos que no es posible mover cuando estamos en el escritorio.

Por último, aunque no por ello menos importante, se cierran todas aquellas aplicaciones que pudieran estar funcionando en segundo plano, y que a pesar de haberlas cerrado seguían consumiendo recursos y generando conflictos o problemas de una manera descontrolada. Piensa, por ejemplo, en esa aplicación o proceso que se niega a ser cerrado, y que sigue consumiendo una gran cantidad de recursos a nivel de RAM y CPU.

Un reinicio puede acabar con esas aplicaciones rebeldes y liberar recursos, y también puede acabar con errores subyacentes que afecten a la conectividad de determinados dispositivos, e incluso a nuestra red de Internet, gracias a ese reseteo y vaciado de la memoria RAM. Por eso si tienes problemas para conectarte a Internet y reinicias el router es imprescindible que también reinicies el PC. Si no puedes reiniciar de forma normal tranquilo, recuerda que existe el reinicio de emergencia.

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