Opel Combo e-Life, concepto
Inside we both know what’s been going on Rick Astley (1987, Whenever You Need Somebody)
El picor en la palma de las manos, ya nos lo explicó el profesor Thomas, pero es realmente molesto. Por lo menos ya puedo enfocar la vista. Estoy sentado sobre una moqueta gris en un pasillo que más bien parece un túnel de plástico color naranja. El ruido de las conversaciones se mezcla con los anuncios por megafonía. Están dando avisos de seguridad informando de que los vuelos se verán interrumpidos durante una hora por la llegada del presidente. Como estaba previsto el pasillo está vacío. Me incorporo con cuidado ignorando el picor y camino lentamente hacia una de las salidas del túnel. Me asomo a una pasarela que da a un conjunto de escaleras mecánicas. Me apoyo a la barandilla para observar los paneles que están anunciando los retrasos. Ahí está: 11:30. Aún estoy a tiempo. Pongo en hora mi reloj, ya estoy sincronizado con este nuevo destino. Observo a la multitud. Mi traje celeste y mi corbata roja no desentonan con el vestuario de los que pueblan el aereopuerto. Una ola de pánico repentino me invade. Me he dejado el maletín en el túnel. Me apresuro sin correr volviendo sobre mis pasos.
El estrecho pasillo se alarga y veo mi maletín junto a un gran cenicero y junto a él una mujer ataviada con un traje de Chanel de color amarillo está fumando con boquilla. Los labios pintados de un rojo intenso contrastan con su piel pálida. Está nerviosa, lleva una maleta pequeña que aprieta tan fuerte que los nudillos se han quedado exangües. Me acerco sacando un cigarrillo de la pitillera. Ella me mira y me sonríe nerviosa, ha tardado unos segundos en poder hacerlo mientras observaba cómo me estaba acercando. A pesar del olor a tabaco puedo oler su perfume. Enciendo el cigarrillo y de forma disimulada sujeto el maletín con la mano izquierda. Ella me vuelve a sonreír: «No me gusta volar» me dice «a mi tampoco» contesto yo después de una larga calada. Miro el reloj. Aún me queda tiempo pero será mejor ir yendo. Me despido levantando la mano. Mientras me dirijo a la pista pienso en todas las veces que nos enseñaron que no debíamos interferir con los acontecimientos del pasado. Pero como diría el profesor cuando el futuro no puede ir a peor queda poco que perder si toqueteamos la historia. Y eso pienso hacer.
La comodidad y el espacio siempre han sido dos elementos importantes en el mundo de la automoción a la hora de diseñar vehículos especialmente diseñados para el transporte de personas. Cuando este es el objetivo principal los fabricantes recurren al formato furgoneta para maximizar la comodidad y el espacio por encima de otros factores. Como hemos visto ya en muchas marcas, la llegada de la movilidad eléctrica ha añadido un elemento más a estos vehículos que adquieren unas características de agilidad y potencia además de limitación de emisiones que los hacen aún más interesantes.
Modelo analizado | Opel Combo-e |
Motor y acabado | Life Edition |
Potencia | 136 CV |
Velocidad máxima | 135 Kmh |
Aceleración o-100 | 11,7 s |
Largo/ancho/alto | 4403/1848/1841 mm |
Potencia máxima RPM | 136 CV |
Par máximo Nm/RPM | 260 Nm |
Caja de cambios | automático |
Web | https://www.opel.es/ |
Precio | 34.464 euros |
Dentro del grupo Stellantis hay varias versiones de estas furgonetas de pasajeros con varios tamaños. La de Opel lleva por nombre Combo Life, un modelo que tuvimos la ocasión de probar, pero que ahora pasa a denominarse Combo e-Life ya que para la gama se adopta la motorización eléctrica que ya hemos podido ver en otros representantes del grupo. Se trata de un mercado aún pequeño pero que va creciendo poco a poco en tamaño según las ventajas de la electrificación van asentándose.
Furgoneta eléctrica
Esta versión del Opel Combo tiene un tamaño de 4,40 metros y unas formas que reflejan que es una adaptación de una furgoneta de carga para el trasporte de pasajeros. En la parte frontal dos grandes grupos ópticos flanquean una parrilla de gran tamaño que en el caso de esta versión no tiene ningún cometido ya que no dispone de motor de explosión. El logotipo de la marca acompañado de dos alas estilizadas en color plateado dominan dicha parrilla mientras más abajos un gran parachoques queda rematado por la parte inferior por otra toma de aire y las luces de posición.
El lateral del Opel Combo e-life es de líneas sencilllas, con un morro breve y un parabrisas inclinado lo justo para dar cierto oxígeno a la aerodinámica, mientras que en el techo y en la parte trasera no hay concesiones ya que se dibujan con líneas réctas sin ángulo, horizontal en la parte del techo y vertical en la parte del portón trasero. En el lateral, tal y como vimos en la versión con motor térmico, se ha optado como en muchos modelos similares por una puerta corredera. Este modelo lucía cristales tintados en las lunas posteriores.
Las proporciones de este modelo eléctrico no cambian con respecto a la versión de combustible y conserva esos toques de coche viajero como las barras portaequipajes. En la parte trasera el portón ocupa prácticamente la totalidad de la parte trasera y se abre con una bisagra en la parte superior. En los laterales las luces de posición, marcha atrár y freno se agrupan en dos módulos verticales a los lados de la carrocería al estilo de lo que se utiliza en otras furgonetas.
Gran espacio interior
El espacio interior sigue siendo el protagonista en esta variante e-Life, con una buena altura y unos cristales amplios la habitabilidad real y percibida son ambas excelentes. El puesto de conducción, como ocurre en este tipo de vehículos salvo excepciones, está elevado y erguido para ofrecer buena visibilidad delantera. Los asientos son cómodos por forma y acolchado aunque algo espartanos en los materiales y acabados, aunque esto es posible que redunde en una mayor durabilidad.
En el interior, al igual que apuntamos en la otra versión que probamos, los pásticos duros son los protagonistas dando un aspecto más de furgoneta que de turismo. Al igual que como comentamos con los asientos, es posible que esto contribuya a una mayor resistencia al uso. Hay multitud de huecos para objetos tanto en las puertas como en la consola central como en el salpicadero, incluso en su parte superior. Los asientos delanteros incorporan en el propio respaldo dos apoyabrazos que se pueden plegar.
Sistema de información
En lo que respecta al sistema de información y entretenimiento Opel ha optado por utilizar el mismo sistema y pantalla que en el modelo de gasolina por lo que no es posible acceder a información de carga o de funcionamiento del sistema eléctrico a través de este. Por otro lado la pantalla tiene buena visibilidad y está bien colocada sobre el salpicadero aunque el sistema en general parece algo simple comparado con los más avanzados de los que dispone Opel.
En lo que respecta a los indicadores tras el volante Opel también ha optado por una pantalla digital en contraste con los diales tradicionales presentes en la versión que probamos y en este caso sí podremos visualizar el estado puntual del sistema de propulsión y de la batería. Es posible ver si el motor está consumiendo o cargando, la potencia de la propulsión, la cantidad de batería restante además de un indicador visual con un dibujo del coche de todos estos datos.
Asientos individuales
En la parte posterior la segunda fila de asientos se compone de elementos individuales por lo que pueden viajar tres personas cómodamente, gracias también a la buena altura y espacio para las piernas. El acceso a estas plazas usando la puerta corredera es muy bueno y deja un espacio cómodo para entrar. Por otro lado los asientos son fijos y no pueden desplazarse horizontalmente y los respaldos no se pueden inclinar parcialmente, aunque se pueden abatir para lograr más espacio en el maletero.
En dicho maletero encontramos otro de los puntos fuertes ya que no pierde capacidad con respecto a sus compañeros que utilizan combustibles fósiles por lo que luce una capacidad de 597 litros con un espacio de carga muy regular y accesible. El único inconveniente es el del portón, que al abrirse completamente hace que no sea posible hacerlo si aparcamos junto a una pared o una columna. Si necesitamos el máximo de capacidad de carga y abatiendo los asientos de la segunda fila podemos lograr hasta 2.126 litros de capacidad.
Conducción suave y confortable
En lo que respecta a la conducción este Opel Combo e-Life tiene una concepción idéntica a las versiones eléctricas de sus compañeros de grupo, con un motor de 136 caballos que a pesar del considerable peso del coche consigue moverlo con agilidad gracias a las peculiaridades del propulsor eléctrico y una cifra de par de 260 Nm. La batería tiene una capacidad de 50 kWh lo que le proporciona una autonomía según la homologación WLTP de 285 kilómetros, aunque es una cifra que en este tipo de modelos varía mucho como veremos.
La conducción en ciudad gana enteros con esta versión eléctrica, tanto en comodidad por la suavidad y progresividad de funcionamiento del motor eléctrico como en el confort acústico, dado que el nivel de ruido casi nulo del propulsor se une a una buena insonorización. Al igual que otros vehículos eléctricos del grupo podemos seleccionar entre tres modos de funcionamiento: Eco (82 caballos), Normal (109 caballos) y Sport (136 caballos) y en recorridos en ciudad podemos utilizar tranquilamente el primero ya que aunque la potencia está limitada es suficiente para el desempeño urbano.
Esto hace que podamos maximizar la autonomía que ya es buena en conducción por ciudad. Además si pisamos el acelerador a fondo, en caso de necesitarlo el motor entregará toda la potencia. En recorridos en carretera y autopista sigue siendo un vehículo confortable, con una buena configuración de suspensiones y el mencionado aislamiento acústico que hacen que sea muy confortable en ruta. El problema, como en otros modelos similares, es el consumo ya que a velocidades medias y altas el peso y la aerodinámica poco eficiente se hacen sentir y la autonomía disminuye mucho.
En carreteras viradas es un coche seguro pero que manifiesta el comportamiento esperable de un coche tan alto y con una suspensión blanda como la de este modelo. Se pueden afrontar trayectos con curvas sin problemas pero siempre teniendo en cuenta lo que se tiene entre manos. La potencia el motor eléctrico está a disposición en todo momento y en su totalidad, por lo que salir de situaciones apuradas en la que se requiera recuperación y una buena dósis de potencia no suponen un problema.
Conclusiones
El Opel Combo e-life pasa a formar parte de una categoría de vehículos eléctricos que parece asomar la cabeza en el mercado. Son modelos que ofrecen una excelente habitabilidad y comodidad además de una buena capacidad de carga especialmente dirigida al trasporte de pasajeros o a familias que busquen una solución de movilidad que se adapte a estas características especialmente para entornos urbanos. El alemán es un modelo que no defrauda en este sentido y que aporta un confort en todos los sentidos muy reseñable y que casa muy bien con las características de su propulsor.
Por otro lado hay que tener en cuenta que tanto el motor como las baterías no tienen una gran capacidad y aunque suficientes para el mencionado uso en ciudad no permiten demasiadas alegrías, en cuanto a rango de uso principalmente, si salimos de las urbes. La elección de una calefacción por resistencia no contribuye a mejorar la autonomía en estas circunstancias cuando la temperatura desciende. Es en definitiva un coche que aunque confortable no es indicado para viajes largos.
Asientos cómodos
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