Neuralink busca cobayas humanas para probar su interfaz cerebro-computadora

Neuralink está buscando voluntarios para ensayos en humanos. La empresa propiedad de Elon Musk lo llama «el estudio PRIME» y tiene como objetivo probar las tecnologías avanzadas desarrolladas por la firma de investigación médica, una de las punteras mundiales en investigaciones de híbridos cerebro-máquina. 

Si nos sigues habitualmente, debes saber que el pasado mayo Neuralink obtuvo la aprobación de la FDA estadounidense para comenzar las pruebas clínicas en humanos, no sin que antes lo hubiera descartado en 2022 en un dictamen previo negativo que citaba «riesgos de seguridad».

Una vez solventadas las cuestiones legales, la compañía ha puesto en marcha un programa que durará seis años y tiene como objetivo probar la tecnología en humanos. Para ello, buscan personas con cuadriplejia debido a una lesión vertical de la médula espinal o ELA que tengan más de 22 años y dispongan de un “cuidador constante y confiable” para ser parte del estudio.

El estudio PRIME investigará tres apartados diferentes (pero necesarios), probando tanto la eficacia como la seguridad. El primero es el implante N1, el dispositivo cerebro-computadora diseñado por la compañía. El segundo es el robot R1, el robot quirúrgico que implanta el dispositivo. La tercera es la aplicación de usuario, el software que se conecta al implante y que traduce las señales cerebrales en acciones informáticas. Las pruebas se realizarán en un hospital estadounidense no concretado y la firma de Musk se hará cargo de los costes de la investigación.

Neuralink, polémica y esperanza

Esta empresa de investigación médica ha sido un imán para la controversia desde su creación. Por un lado por las promesas excesivamente agresivas e incumplidas de Elon Musk (como otras realizadas en las empresas que dirige) y también por las prácticas internas de la propia compañía en relación con el tratamiento ético de los animales (monos) que ha usado en las pruebas preliminares. Tampoco es menor el temor al uso de híbridos cerebro-máquina en según que tareas.

Pero al tiempo ofrece esperanzas para perseguir el tratamiento de enfermedades para las que hasta ahora la ciencia médica no ha encontrado ninguna solución, como el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el Alzheimer o las parálisis por accidentes de tráfico u otros. La idea principal ya la conoces: conectar cerebros humanos con una Inteligencia Artificial bajo «lazos neuronales«.

Estas tecnologías buscan un canal natural de interacción entre el hombre y la máquina y, también, el acceso a toda la información cognitiva y emocional humana. Para ello, debe crearse una interfaz cerebro-computadora, basada en la adquisición de ondas cerebrales que luego son procesadas e interpretadas por una máquina u ordenador.

Veremos hasta dónde es capaz de llegar Neurolink con los ensayos en humanos que deben comenzar muy pronto. Esperanzador, sí, pero que no se nos vaya de las manos como otras tecnologías donde interviene la inteligencia artificial. Pone los pelos como escarpias el final de la película de ciencia ficción Transcendence donde el gran Johnny Depp construye una computadora auto-suficiente que termina creando una singularidad tecnológica y un lío monumental.

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