NSO Group despide a su CEO y a 100 empleados
NSO Group, la empresa israelita responsable del infame spyware Pegasus, ha anunciado una reorganización que contempla la salida de su CEO y co-fundador, Shalev Hulio’s, y el despido de al menos 100 empleados. El actual director de operaciones, Yaron Shohat, actuará como responsable ejecutivo hasta que la junta de dirección nombre un nuevo CEO.
Según el anuncio, NSO Group «examinará todos los aspectos de su negocio, incluida la racionalización de sus operaciones para garantizar que la compañía siga siendo una de las principales empresas de inteligencia cibernética de alta tecnología del mundo, centrándose en los países miembros de la OTAN».
Los despidos son consecuencia de un comportamiento empresarial inaceptable, ilegal e inmoral, que ha violado sistemáticamente todos los derechos de la privacidad y ha comprometida la seguridad más que fomentarla. Su desarrollo más conocido, Pegasus, es un software espía incontrolable que se ha vendido a todo aquel que pudiera pagarlo sin importar las consecuencias.
Más aún, la compañía ha sido consciente de que se ha venido usando contra miles de ciudadanos y empresas que nada tenían que ver con el terrorismo y la gran delincuencia, supuestamente los dos usos exclusivos sobre los que tenía que trabajar. Hay que saber que Pegasus, una vez infiltrado, toma el control total del dispositivo, especialmente móviles inteligentes, es el más conocido y una vez instalado en el móvil de la víctima, permite al atacante tener acceso completo a los mensajes, correos electrónicos, medios, micrófono, cámara, llamadas y contactos del dispositivo.
NSO Group: ascenso y caída
El Departamento de Comercio de Estados Unidos puso a NSO Group en la lista negra por «evidencias de que esta compañía desarrolló y suministró software espía a gobiernos extranjeros que usaron estas herramientas para atacar maliciosamente a funcionarios gubernamentales, periodistas, empresarios, activistas, académicos, empleados de embajadas y otros».
Fue la respuesta a la publicación de las conclusiones del Proyecto Pegasus, el mayor estudio realizado sobre el alcance del software espía y que confirmó todas las denuncias: «si bien la empresa afirma que su software espía solo se utiliza para investigaciones legítimas delictivas y terroristas, está claro que su tecnología facilita el abuso sistémico. Ellos pintan un cuadro de legitimidad, mientras se benefician de las violaciones generalizadas de los derechos humanos».
Y es que NSO Group ha sido cuestionada por grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional desde hace años, acusándola de vender sus soluciones a dictaduras que las utilizan contra disidentes políticos y como medio de censura. El más impactante, que no único, su uso contra miembros de la familia del periodista saudí Jamal Khashoggi antes y después de su asesinato en Estambul. Pegasus también ha sido polémico por el uso de exploits para introducirse en productos de Microsoft o Facebook.
Y eso solo lo que se ha podido probar. La investigación identificó 50.000 objetivos entre 2016 y junio de 2021, incluyendo líderes mundiales, políticos, activistas de derechos humanos y al menos 180 periodistas de 20 países, como objetivos potenciales de este software espía.
Claramente, las acciones de Pegasus (conocidas por NSO Group) plantean preguntas sobre la falta total de regulación que ha creado un salvaje oeste de ataques abusivos y desenfrenados contra todo lo que se movía en Internet, sin nada que ver con la delincuencia y el terrorismo. «Hasta que esta empresa y la industria en su conjunto puedan demostrar que es capaz de respetar los derechos humanos, debe haber una moratoria inmediata sobre la exportación, venta, transferencia y uso de tecnología de vigilancia«., solicitaron los grupos denunciantes.
Cómo de costumbre, bajo el paraguas de la ‘seguridad’ pueden cometerse todo tipo de fechorías, ilegales o alegales, pero que están ahí desde siempre. «NSO Group pinta un cuadro de legitimidad, mientras se benefician de las violaciones generalizadas de los derechos humanos». denunció Amnistía Internacional. Esa es la clave del asunto.
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