Cinco mitos sobre procesadores que debemos olvidar de una vez
El mercado de los procesadores de consumo general para PC se encuentra ahora mismo en una auténtica edad de oro, gracias a la marcada competencia que existe entre Intel y AMD, y a la calidad y el buen precio de los productos que ofrecen ambas compañías. Esto hace que comprar un buen procesador sea hoy más barato y más fácil que hace un par de años, pero al mismo tiempo hace que tomar una decisión resulte más complicado, ya que tenemos más donde elegir.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que los mitos que todavía existen alrededor de los procesadores no solo pueden complicar aún más nuestra elección, sino que además pueden llevarnos a tomar la decisión equivocada, algo que, al final, acabará en una mala inversión y que puede darnos muchos problemas e incluso obligarnos a tener que actualizar dicho componente de forma prematura.
Soy consciente de todos los problemas que causan esos mitos, y por ello hoy quiero compartir con vosotros cinco mitos sobre procesadores que no tienen sentido desde hace mucho tiempo, o que directamente nunca lo tuvieron, y que debemos superar de una vez. Explicaremos al detalle cada uno de esos mitos, veremos por qué no son ciertos, y si es necesario realizaremos aclaraciones adicionales para que no tengáis ninguna duda.
1.-Los procesadores más caros siempre son mejor opción porque rinden más
Esto no es verdad, al menos en sentido estricto, ya que un procesador mucho más caro que otro puede ser más potente, pero esto no implica que vaya a ser mejor en todos los casos, ya que al final dependerá de las necesidades reales del usuario, de las aplicaciones, programas y juegos que utilice y del resto de componentes de su ordenador.
Vamos a verlo con un ejemplo. Un Ryzen 7 5800X3D es mejor que un Ryzen 7 5800X en juegos, pero pierde frente a este en otras aplicaciones y tiene un precio de 509 euros, mientras que el Ryzen 7 5800X se puede comprar por unos 350 euros. La diferencia de precio entre ambos es grande, y la diferencia de rendimiento es pequeña, así que el Ryzen 7 5800X es claramente mejor opción.
También hay que tener en cuenta, cuando tocamos este mito, el tema del uso que vamos a dar al procesador. Vamos ahora con un ejemplo utilizando procesadores Intel, el Core i9-12900K es un chip muy potente que ofrece un altísimo rendimiento en monohilo y multihilo, y queda muy por encima del Core i5-12600K gracias a su mayor cantidad de núcleos e hilos. Sin embargo, en juegos y aplicaciones cotidianas el rendimiento de ambos es muy parecido, lo que hace que el Core i5-12600K sea mejor opción para el usuario medio.
Comprar un procesador más caro no tiene por qué traducirse en un mayor rendimiento, de hecho puede que no notemos ninguna mejora si normalmente utilizamos aplicaciones que no están preparadas para aprovechar la mayor cantidad de núcleos e hilos que ofrecen los procesadores más caros.
Volviendo al ejemplo anterior, el Core i5-12600K tiene 10 núcleos (6 núcleos P y 4 núcleos E) y 16 hilos, mientras que el Core i9-12900K cuenta con 16 núcleos (8 núcleos P y 8 núcleos E) y 24 hilos. Ambos rinden casi igual en juegos y en muchísimas aplicaciones precisamente por eso, porque la mayoría son incapaces de aprovechar configuraciones de más de seis núcleos.
2.-Los procesadores AMD se calientan más que los de Intel, y rinden peor
Es un mito que lleva décadas de plena actualidad, y que se mantiene como otro clásico centrado en la reputación de marca y en los prejuicios y la tendencia a simplificar que tienen los propios consumidores. Es cierto que Intel ha tenido generaciones de procesadores muy superiores a los de AMD, pero AMD también ha logrado superar a Intel en más de una ocasión, y a día de hoy ambas están luchando de tú a tú en el sector.
Con esto quiero decir que sí, han habido generaciones de procesadores AMD que se han calentado más y han rendido peor que los Intel de su generación, como por ejemplo los FX Bulldozer, pero Intel también se ha encontrado en esa situación de hecho solo tenemos que recordar los Core Gen11 basados en Cypress Cove, que se calentaban más y rendían menos que los Ryzen 5000, basados en Zen 3.
No obstante, el problema aquí está en la generalización, en dar por hecho que los procesadores AMD siempre se calientan más y rinden menos que los procesadores Intel, porque simplemente no es cierto, y depende directamente de la generación a la que hagamos referencia. Ahora mismo, tanto los Ryzen 5000 como los Core Gen12 ofrecen un rendimiento excelente, y tienen un valor fantástico.
Siendo justos, hay que reconocer que los Intel Core Gen12 ganan en rendimiento monohilo, y que AMD se impone en multihilo, gracias al Ryzen 9 5950X, que suma 16 núcleos y 32 hilos. La arquitectura Zen 3 también tiene un consumo mejor afinado y es más eficiente, aunque Intel ha mejorado muchísimo con Alder Lake-S frente a Rocket Lake-S.
3.-Los procesadores AMD utilizan tecnología obsoleta
Es un mito que siempre ha estado presente, aunque adquirió una mayor relevancia cuando se anunció que los Ryzen de primera generación iban a utilizar un diseño modular (MCM). Enseguida surgieron voces que decían que AMD estaba pegando chips para intentar seguir el ritmo de Intel, cuando en realidad la propia Intel ya había hecho esto con generaciones de procesadores anteriores, como los Pentium D o los excelentes Core 2 Quad.
Precisamente eso, lo buenos que fueron los Core 2 Quad, era un claro síntoma de que «pegar chips» no era una mala idea, y aunque los inicios de los Ryzen de primera generación fueron algo accidentados, al final no hicieron más que confirmar que AMD había vuelto al camino correcto. El diseño modular permitió a AMD democratizar los procesadores de 6 y 8 núcleos en el mercado de consumo general, tanto que pasamos de tener que pagar más de 1.000 euros por un procesador de 8 núcleos y 16 hilos a tener opciones disponibles por menos de 400 euros.
Es cierto que en su primera generación el diseño modular de los Ryzen estaba en una clara posición de inferioridad frente al diseño monolítico de Intel, especialmente en términos de IPC y de soporte de memorias a altas frecuencias, pero con Zen 2 todo esto cambió por completo, y Zen 3 fue la consagración del diseño modular de AMD. Superó a Intel en todos los frentes, y sin duda calló muchas bocas.
De nuevo volvemos al problema de la generalización. Tanto Intel como AMD han tenido generaciones inferiores a las de su rival, pero de ahí a hablar de tecnología obsoleta y generalizar por marcas va un mundo, y es un absurdo total. A día de hoy, ambos gigantes utilizan arquitecturas muy avanzadas, nodos de última generación con una enorme densidad de transistores y ofrecen un amplio abanico de tecnologías de primer nivel.
4.-Siempre es mejor comprar un procesador que quede muy por encima de nuestras necesidades reales
Es un mito que en un principio parece tener sentido, ya que se justifica desde el punto de vista de la inversión y la vida útil del procesador. Pensamos que comprar un procesador muy superior al que realmente necesitamos se traducirá en una inversión mayor, pero también en una mayor vida útil, lo que nos permitirá amortizar mejor el dinero que hemos gastado. Parece todo un acierto, ¿verdad? Pues no lo es, y os voy a contar por qué.
Para entenderlo mejor vamos a poner un ejemplo concreto. En su momento muchos usuarios se dejaron llevar por la carrera de los núcleos y compraron el procesador Ryzen 7 1700 de AMD. Dicho chip ofrece todavía hoy un buen rendimiento, y es muy capaz incluso en aplicaciones profesionales gracias a su configuración de 8 núcleos y 16 hilos. Sin embargo, sigue siendo incapaz de desarrollar todo su potencial en juegos y en la mayoría de las aplicaciones actuales, lo que significa que cinco años después su capacidad multihilo sigue estando infrautilizada.
A nivel de rendimiento monohilo ha sido ampliamente superado por las distintas generaciones que han llegado al mercado, y esto hace que un Core i3-12100F, que solo tiene 4 núcleos y 8 hilos y cuesta 118,99 euros, rinda más en la mayoría de los casos que el Ryzen 7 1700, que en su momento costaba unos 369 euros.
Comprar un procesador muy superior a tus necesidades te hará gastar más dinero en algo que no solo no aprovecharas a medio y largo plazo, sino que además puede que nunca llegues a utilizarlo de verdad, y se verá ampliamente superado en un par de generaciones. Habrás hecho una mala inversión, porque habrás gastado dinero en algo que nunca has llegado a aprovechar. Por eso, lo ideal es comprar un procesador que se ajuste a lo que realmente necesitamos, o que como mucho quede solo un poco por encima.
De nuevo, vamos con otro ejemplo. Si solo vamos a utilizar nuestro PC para ofimática, multimedia y juegos poco exigentes tendríamos más que suficiente con un procesador de dos núcleos y cuatro hilos, como por ejemplo un Pentium Gold serie 6000 que cuesta poco más de 60 euros, aunque lo más inteligente sería montar un Core i3-10100F, que tiene 4 núcleos y 8 hilos y solo cuesta 78 euros. No valdría la pena adquirir un procesador más potente.
Si vamos a utilizar el PC para jugar no tiene sentido comprar un procesador con menos de 4 núcleos y 8 hilos, y tampoco es necesario comprar un procesador con más de 6 núcleos y 12 hilos, porque al final los juegos no van a escalar configuraciones superiores, y por que estos dependerán más de la frecuencia de trabajo y del IPC. Así, en este caso un Ryzen 5 5600X o incluso un modesto Core i5-10400F, que están a precio de saldo, serían opciones muy buenas. El Core i5-12600K también sería una opción excelente por su altísimo IPC.
5.-Lo más importante son los núcleos e hilos de un procesador
Es otro mito muy grave que puede llevarnos a hacer compras totalmente equivocadas. Lo más importante para elegir un procesador es el uso que le vayas a dar, ya que de ello dependerán los aspectos que deberás priorizar en tu compra. Así, por ejemplo, una persona que quiera utilizar su ordenador para jugar deberá priorizar el IPC y los núcleos del procesador, pero dando mayor importancia al primero, porque:
- Los juegos actuales priorizan el IPC y las frecuencias de trabajo.
- Funcionan bien en CPUs de cuatro núcleos y ocho hilos.
- No aprovechan procesadores de más de seis núcleos y doce hilos.
Esto explica por qué un Core i3-12100F, que solo tiene 4 núcleos y 8 hilos, puede superar en juegos a un Ryzen 7 1700, que tiene 8 núcleos y 16 hilos. La clave está en esos tres puntos, y la enorme ventaja que le saca el primero al segundo tanto en IPC como en frecuencias de trabajo.
Por contra, una persona que vaya a utilizar su equipo para trabajar con aplicaciones profesionales que requieran de un alto grado de paralelización, debería dar prioridad a la cantidad de núcleos e hilos. En estos casos tendría sentido sacrificar IPC para conseguir una mayor cantidad de núcleos, y sería mejor comprar un Ryzen 9 3900X antes que un Ryzen 7 5800X, por poner un ejemplo sencillo.
No obstante, debemos tener mucho cuidado con este tema, especialmente si utilizamos nuestro equipo para trabajar y para jugar, ya que en estos casos es fácil acabar cometiendo errores incluso teniendo claro todo lo que acabamos de decir. Lo ideal es buscar un cierto equilibrio, pero si tienes claro que para ti es más importante una cosa que otra deberías darle prioridad a la hora de elegir el procesador.
Un procesador con un alto número de núcleos e hilos puede ofrecer un elevado rendimiento en entornos multihilo, pero al mismo tiempo su rendimiento en juegos puede ser muy pobre, de la misma manera que un procesador con un bajo número de núcleos e hilos puede rendir muy bien en juegos, pero muy mal en entornos multihilo. Olvida este mito, y ten claro que lo más importante de un procesador dependerá del uso real que le vayas a dar, sin más.
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