‘Documentos de Halloween’: cuando el software libre asustaba a Microsoft
The New York Times publicó hace 25 años un memorando interno de Microsoft donde los principales ejecutivos y responsables de desarrollo de software de la compañía mostraban una profunda preocupación por la «amenaza» que para sus intereses suponía el software libre y proponían una serie de estrategias para combatir las aplicaciones de mayor popularidad, como Linux.
El memorando advertía que la calidad del software libre podía igualar o superar la de los programas comerciales y lo describía como una amenaza potencialmente grave para Microsoft. El documento fue enviado de forma anónima (nunca se ha sabido por quién) a Eric Raymond, un desarrollador de Linux y figura significativa en aquellos momentos de un grupo (poco unido) de desarrolladores de software que colaborativamente creaban y distribuían programas gratuitos que iban desde sistemas operativos hasta navegadores web.
La aparición de este memorando y los siguientes, descritos por Raymond como ‘Documentos de Halloweeen’ por su fecha de publicación el 3 de noviembre de 1998, provocó especulaciones y debates entre los programadores tanto sobre el momento de la filtración como sobre su contenido. En aquellos momentos, Microsoft estaba enfrascado en una batalla judicial con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por las prácticas comerciales consideradas anticompetitivas que desarrollaba en torno a un sistema operativo Windows que se instalaba en 9 de cada 10 ordenadores personales que se vendían a las puertas del nuevo siglo.
Solo unos días después de la publicación del NYT, los ejecutivos de Microsoft reconocieron que el documento era auténtico, al igual que otros memorandos que se filtraron después.
Software libre: una amenaza
Además de reconocer que los programas libres podían competir con el software comercial en términos de calidad, el memorando calificaba al movimiento del software libre como «una amenaza creíble a largo plazo» y advertía que emplear una estrategia de marketing tradicional conocida como «FUD» (acrónimo de miedo, incertidumbre y duda) no tendría éxito frente a los desarrolladores de software libre. El documento también expresaba la preocupación de los responsables de Microsoft porque Linux se estuviera convirtiendo rápidamente en la versión dominante de Unix para computadoras equipadas con microprocesadores Intel.
La nota advertía que las cuestiones competitivas iban más allá del hecho de que el software libre fuera gratuito. También era parte del movimiento de software de código abierto, u OSS, que fomentaba los esfuerzos de desarrollo rápidos y generalizados para que el código fuente estuviera disponible para cualquiera. y pudiera aprovecharse, mejorarse y redistribuirse.
Ello permitía a los programadores de todo el mundo escribir o sugerir mejoras continuamente, advertir sobre errores que debían corregirse o parchearse sus vulnerabilidades. El memorando señalaba que el software abierto representaba una amenaza debido a su capacidad para movilizar a miles de programadores. «La capacidad del proceso OSS para recopilar y aprovechar el coeficiente intelectual colectivo de miles de personas a través de Internet es simplemente asombrosa«, afirma el memorando. «Más importante aún, la evangelización del OSS crece con el tamaño de Internet mucho más rápido de lo que parecen escalar nuestros propios esfuerzos de evangelización».
En términos de mercado, esto significaba que el crecimiento de Internet estaba produciendo un medio mucho más eficiente para la colaboración en programación abierta que para la comercialización de software propietario tradicional donde Microsoft eras líder absoluto, con Windows y la suite ofimática Office.
Y Linux
Un segundo memorando interno de Microsoft también filtrado, hablaba específicamente de la amenaza que Linux representa para Windows NT. Mientras en público calificaban a Linux como un ‘cáncer’, los ejecutivos de Redmond lo llamaban en privado «el mejor Unix de su clase» y se preguntaban en voz alta si el impulso del sistema operativo de código abierto podría frenarse en los tribunales.
Al igual que el primer «Documento de Halloween», el memorando, escrito por el gerente de producto Vinod Valloppillil y otro empleado de alto perfil de Microsoft, Josh Cohen, fue obtenido por el desarrollador de Linux Eric Raymond y publicado en Internet. En él, los ejecutivos de Microsoft sugerían que podían frenar el desarrollo de sistemas de código abierto como Linux con batallas legales: «aún queda por investigar el efecto de las patentes y los derechos de autor en la lucha contra Linux», escribieron.
La página web de Raymond conserva para la posteridad una colección de documentos filtrados de Microsoft y materiales relacionados conocidos colectivamente como «los documentos de Halloween«. Raymond agradeció a los autores de los documentos «por escribir testimonios tan notables y efectivos sobre la excelencia de Linux y el software de código abierto en general».
En perspectiva
25 años después de la publicación del memorando es difícil declarar vencedores y vencidos. Por un lado, aunque la alianza ‘Wintel’ (MS e Intel) que ha dominado con mano de hierro la computación mundial cliente las últimas décadas, hoy ha finalizado, Microsoft sigue dominando el mercado con su software propietario, una cuota de mercado de Windows en escritorios informáticos en torno al 80% y un gran dominio de software principal como el de las suites de productividad y colaboración.
Al software libre tampoco le ha ido mal y en concreto a su principal activo, el software de código abierto que va mucho más allá de las cuestiones éticas o de libertad que le suelen acompañar, pero no obligatoriamente, ya que es distinto en su concepción al «software libre» que Microsoft consideraba como una amenaza y que hoy usa en profundidad en buena parte de sus desarrollos.
Y es que, guste más o menos, Microsoft se ha convertido en un actor esencial en la comunidad de código abierto. Es el principal colaborador de Linux y Kubernetes; desarrolla y distribuye productos basados en Linux; ha metido a Linux en Windows con WSL; promociona a Ubuntu como el mejor Linux para la nube y ofrece un soporte preferente en Azure para Red Hat Enteprise Linux; abrió la plataforma de desarrollo .NET, publicó el SQL Server para Linux y son patrocinadores de organizaciones como The Linux Foundation, Apache Software Foundation y Open Source Initiative, además de unirse a la Open Invention Network (OIN), un grupo dedicado a proteger proyectos de código abierto a través de un programa de patentes defensivas.
Cómo ha cambiado la historia… Y es normal. Gran parte del software que impulsa a las compañías más grandes del mundo, protege nuestros datos personales, la información de las mayores financieras, las grandes redes informáticas del mundo o la seguridad nacional de los gobiernos, es software de código abierto.
Más allá de que Linux no logre en el escritorio la cuota que su calidad merecería (por múltiples factores que no tocan comentar) la importancia actual del código abierto es absoluto y de un valor incalculable como uno de los movimientos más importantes de la tecnología mundial, centro de innovación que acelera el desarrollo de industrias enteras y crea estándares de facto con beneficios prácticos para un desarrollador, profesional o empresa. Y también para los consumidores.
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