Antes las consolas bajaban de precio con los años ahora son cada vez más caras
El precio de las consolas de videojuegos siempre ha estado ligado a tres claves muy importantes: la situación del mercado, el coste de fabricación y su ciclo de vida. En un escenario normal, el precio de una consola debe bajar cuando esta afronta una dura competencia y tiene una menor demanda que sus rivales, cuando se abarata el coste de sus componentes y también cuando se encuentra en una fase relativamente avanzada de su ciclo de vida que, normalmente, suele ser a partir de los tres años de su lanzamiento.
Xbox Series X cumple con todas esas condiciones, ya que ha tenido un menor éxito que PS5, afronta una competencia importante por parte de esta y también de Nintendo Switch, incluso a pesar de que esta última no juega en la misma liga a nivel técnico, es más barata de fabricar y pronto cumplirá tres años en el mercado, lo que quiere decir que ya ha pasado bastante tiempo desde su lanzamiento.
Con todo esto en mente, lo normal sería que hubiera bajado de precio, o que estuviera a punto de hacerlo, pero contra todo pronóstico en Microsoft han decidido que era necesario subir su precio de venta, una decisión que no nos ha sorprendido porque ya lo venía avisando Phil Spencer, pero que ha generado bastante malestar entre los consumidores, y la verdad es que es normal.
Siendo justos, tenemos que decir que Microsoft no ha sido la primera en subir precios. Fue Sony la primera en mover ficha en este sentido porque, en teoría, era necesario debido a la situación económica global, a la inflación y a la caída del euro frente al dólar. Poco a poco a la situación económica ha mejorado, la inflación se ha moderado en muchos países, y el euro esta ahora mismo «on fire», ya que un euro equivale a 1,10 dólares.
Tenemos una situación que, al menos en Europa, debería ser más que suficiente para que Sony se plantee volver a ajustar (a la baja) el precio de su consola, y también para que Microsoft no incremente el precio de Xbox Series X, pero lamentablemente ha ocurrido todo lo contrario. Antes el precio de las consolas bajaba con el paso del tiempo, ahora sube, y esto reduce el valor real que ofrecen al usuario, ya que siguen montando un hardware que ya tiene varios años de antigüedad.
¿Por qué sube el precio de las consolas en vez de bajar?
La versión oficial que dio Sony para justificar la subida de precio de PS5 fue, como ya os he dicho, las condiciones económicas globales, es decir, la inflación, la incertidumbre económica provocada por la guerra en Ucrania y la caída del euro frente al dólar. Microsoft, por su parte, ha dicho que ha decidido subir el precio de Xbox Series X para ajustarlo mejor a la realidad del mercado y de la competencia actual. Dicho de otro modo, que ha subido el precio para colocarlo en paridad con PS5.
Está claro que la situación económica global puede afectar al precio de las consolas, pero este no es el único factor determinante. La demanda es clave, y los costes de fabricación y de logística también pueden influir en el precio final. El valor al cambio de una divisa concreta puede influir igualmente en el precio de la consola en un mercado concreto, al igual que la situación de dominio y el éxito que esta tenga en ese mercado.
Sony es consciente de que PS5 vive un momento dorado, es la consola más vendida de su generación y tiene una demanda tan alta que la compañía japonesa estaba segura de que subir su precio de venta no afectaría en absoluto a sus resultados de ventas. No se equivocó, la consola se ha seguido vendiendo de maravilla, y Sony no descarta volver a hacer ajustes de precio si fuese necesario.
Con el paso de los años el coste de producción de una consola baja porque el hardware que integra se abarata, y también porque el diseño de esta evoluciona, mejora, se simplifica y se abarata. A Sony le cuesta mucho menos dinero fabricar hoy una PS5 que hacerlo en 2020, pero antes la vendía por 499 euros y ahora pide 549 euros. Al final la única ganadora es Sony, y el perdedor es el consumidor.
Microsoft tiene una posición diferente con Xbox Series X, una consola que a pesar de ser más potente que PS5 no ha tenido el mismo éxito, y que va camino de convertirse en la perdedora de esta generación. Esto ha influido en la decisión del gigante de Redmond de mantener el precio de venta inicial, 499 euros, pero al final la compañía ha decidido seguir los pasos de Sony y ha subido el precio de esta hasta los 549 euros. Lo ha hecho para responder a las condiciones del mercado.
Esas son las versiones oficiales, ¿pero qué hay realmente detrás de todo esto? Debemos tener en cuenta que el lanzamiento de PS5 y Xbox Series X no fue equiparable a un lanzamiento normal. La disponibilidad de ambas consolas era muy limitada, y los especuladores hicieron que fuese imposible comprarlas a su precio normal. Solo hace cosa de unos meses se ha normalizado de verdad la situación, así que la demanda de estas consolas es tan alta a día de hoy como lo habría sido en el momento de su lanzamiento.
En realidad el precio de las consolas ha subido porque ese lanzamiento anormal y su baja disponibilidad hizo que, en realidad, solo unos pocos pudieran acceder a PS5 y Xbox Series X. Con la normalización de stock es casi como si se hubiera producido un segundo lanzamiento, Sony sabía que la demanda iba a ser muy alta, y decidió aprovecharlo para subir el precio de PS5 y ganar más dinero por unidad vendida. Esto ha hecho que se convierta en la consola más rentable de la compañía nipona a día de hoy.
Microsoft simplemente se ha limitado a seguir sus pasos y a colocar a Xbox Series X en el mismo rango de precios que su rival, cosa que me parece totalmente normal. En este sentido quiero destacar algo importante, y es que el precio también tiene un componente de marketing muy marcado y puede influir en el consumidor. Si este ve que Xbox Series X cuesta menos que PS5 puede pensar que eso es porque la segunda es mejor que la primera. Para un usuario avanzado es absurdo, pero creedme, muchos todavía creen aquello de «más caro = mejor».
¿Cuándo bajará el precio de PS5 y Xbox Series X?
No tengo una bola de cristal para darte una respuesta precisa y totalmente fiable, pero la normalización del sector tecnológico es ya una realidad en todos los frentes, y esto se está notando incluso en el mercado de las tarjetas gráficas para PC, un mercado que hace unos meses seguía inflado.
Obviamente, todo esto acabará influyendo en el precio de las consolas, ya que hemos llegado a un punto en el que podemos montar un PC más potente que PS5 y Xbox Series X haciendo una inversión parecida. Esta será una de las claves más importantes, la pérdida de valor del hardware propia del paso del tiempo y el abaratamiento de los componentes de PC.
Por otro lado, hay que tener en cuenta también que poco a poco las consolas irán perdiendo valor y generando menos interés, y que cuando las ventas empiecen a bajar Sony y Microsoft no tendrán más remedio que ajustar precios para intentar reavivar el interés de los consumidores en sus consolas. En este sentido influirá también esa sensación de agotamiento tecnológico que hemos ido viendo en cada generación, y que podría agravarse cuando se complete la transición y los juegos sean cada vez más exigentes.
También cabe la posibilidad de que tanto Sony como Microsoft esperen directamente al lanzamiento de una revisión de sus consolas para bajar el precio de venta. En el caso de la primera esto ocurriría con el lanzamiento de la rumoreada PS5 Slim, mientras que en el caso de la segunda lo veríamos con una nueva Xbox Series X más pequeña y sencilla a nivel interno.
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