La atención al cliente de Starlink va de mal en peor
Starlink, el servicio de Internet vía satélite de SpaceX es, muy probablemente, la iniciativa empresarial de Elon Musk que más ha dado que hablar, más incluso que Tesla, que ya es decir. En primer lugar porque como proyecto resulta muy interesante. Su propuesta de llevar el acceso a Internet de banda ancha hasta el último rincón de nuestro planeta es, no lo podemos negar, una premisa de lo más interesante, y el modelo satelital es, para este fin, la solución más lógica.
Sin embargo, al poco tiempo empezó a verse ya la cara menos amable de Starlink, protagonizada principalmente por los problemas y riesgos que plantea la malla de satélites que conforman la red de acceso al servicio. Actualmente son alrededor de 1.500, pero en su primera fase el servicio pretende llegar hasta los 12.000. Y digo primera fase, sí, pues el objetivo a largo plazo es todavía mucho más ambicioso: 42.000 satélites alrededor de nuestro planeta. No abundaré ahora en todos los problemas que esto puede suponer, pero puedes verlos aquí.
Otro problema de Starlink es uno del que ya hablamos a principios de año, y que lejos de haber mejorado, no parece sino ir a peor con el paso de los meses. Y es que, según podemos leer en Business Insider, cada vez son más los clientes que reservaron el kit de acceso a Internet vía satélite hace ya muchos meses, y que todavía no han obtenido no ya el acceso al mismo, sino ni siquiera una comunicación por parte de Starlink con una estimación sobre cuándo les llegará.
El problema es que, además, durante la larga espera se han encontrado, por sorpresa, con un incremento de precio tanto del sistema de acceso como de la cuta mensual de Starlink. Y es que pese a que cuando lo reservaron y pagaron la señal, de 100 dólares, su precio final era de 500 dólares, de repente se han encontrado con que finalmente tendrán que abonar 550 dólares (los nuevos clientes tendrán que pagar 600), y que la cuota mensual del servicio sube, para todos los usuarios, de 99 a 110 dólares. Eso sí, de cuándo recibirán el kit, ni una noticia.
Esto ha ocasionado que más clientes, hartos de la espera y molestos con la subida de precio, hayan decidido cancelar su solicitud y, en consecuencia, hayan reclamado los cien dólares que tuvieron que pagar como señal para la reserva, y aquí es dónde se han encontrado con la gran debilidad de la que ya hablamos hace unos meses: la falta de un servicio de atención al cliente de Starlink capaz de gestionar el actual volumen de usuarios, incluyendo entre los mismos a aquellos que todavía no cuentan con el kit pero sí que lo han reservado.
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