Volkswagen Golf GTI, historias
You gonna set me on fire Elvis Presley (Burning Love & Hits, 1972)
Llegamos un minuto antes de que amanezca. Dejamos el coche a unos metros del pequeño muelle. El sol comienza a asomarse mientras avanzamos lentamente y en silencio por la arena. Una ardiente y gigantesca presencia en el cielo. Ya en el muelle empieza a organizar los aparejos que llevaba en la bolsa y a cargarlos en el bote. Me pregunta que si me gusta pescar. Siento un escalofrío. Creo que no lo ha notado. Le digo que sí con una sonrisa forzada. Observo cómo prepara todo con cuidado entrando y saliendo, amarrando, ajustando, recogiendo el sedal, sacando las cañas de sus fundas… La barca tiene más mar que madera y casi nada de pintura. Acaricio con tristeza las algas secas y los moluscos pegados al casco, embalsamados bajo la luz del sol. Se queda de pie con los brazos en jarras dentro del bote mirando a su alrededor de forma teatral. Parece conforme con todo lo que ha preparado. Me mira y me tiende la mano para que embarque. Lo hago fingiendo trastabillar. Se inclina rápidamente tendiendo los brazos y sujeta los míos con fuerza por los antebrazos. Venzo el cuerpo, me vierto hasta apoyar mi hombro sobre su pecho. Su cara está muy cerca. Su sonrisa huele a sal. Su piel está quemada y caliente.
Me acomodo con más cuidado del necesario en un sitio que se que no es el mío. Me corrige y me vuelve a sujetar para que cambie de posición y pueda ponerse a los remos. Zarpamos. Rema despacio. Pero es la barca la que navega de memoria, perezosamente, quejumbrosa, entre crujidos de madera y el sonido de las olas oponiéndose testarudas a su trayectoria. El sol se levanta despegándose poco a poco del mar. Me mira mientras sigue remando. Yo sigo mirando al frente apoyando en la proa la mano derecha mientras el agua me salpica a cada vaivén. «Hemos llegado» dice «este sitio es el mejor». Es cierto, es el sitio perfecto. Luego lanza la pequeña ancla por la borda. Me asomo para ver cómo se hunde arrastrando el cabo hacia el fondo poco a poco. Luego me siento y le observo cómo prepara los sedales y las cañas. Se nota que lleva haciéndolo toda una vida. «Espera» le digo. Me acerco a él con cuidado sin dejar de mirarle. «Deja eso» le digo cuando llego junto a él. Cojo la caña que estaba sujetando y la dejo caer sobre la cubierta. El abrazo, la sorpresa, me devuelve el abrazo. Entonces con todas mis fuerzas le arrastro por encima de la borda. Caemos al mar. El sol se va alejando poco a poco sobre nosotros mientras el mar va ahogando su mortífera luz.
Hablar del Golf GTI se puede hacer desde distintos puntos de vista. En primer lugar es evidente de que se trata de todo un pionero que ha hecho historia en el mundo del automóvil. En 1973 el ingeniero Löwenberg trazaba las líneas de lo que sería el primero Golf GTI dentro del departamento de investigación y desarrollo de Volkwswagen. El objetivo era el de conseguir que el exitoso hatchback del fabricante alemán se convirtiera en todo un deportivo. Para ello esta primera versión equiparía un motor de inyección de gasolina de 110 caballos lo que conseguiría una relación de peso potencia de 7,36 kg por caballo. Para hacernos una idea un Chevrolet Camaro de ocho cilindros de la época tenía una relación peso potencia de 10,7 kilogramos por caballo. Es decir, cada caballo del deportivo americano debía mover tres kilos más de peso…
Modelo analizado | Volkswagen Golf |
Motor y acabado | GTI 2.0 TSI 245 CV DSG |
Potencia | 245 CV |
Velocidad máxima | 250 Kmh |
Aceleración o-100 | 6,2 s |
Largo/ancho/alto | 40287/1789/1478 mm |
Potencia máxima RPM | 245 CV |
Par máximo Nm/RPM | 237 Nm |
Caja de cambios | Automática 7 marchas |
Web | https://www.volkswagen.es/ |
Precio | 46.845 euros |
Desde su posterior lanzamiento en la feria de Frankfurt ese ha sido uno de los secretos del éxito del Golf GTI que ha regalado generación tras generación unas sensaciones al volante que muy pocos coches, incluídos muchos deportivos con pedigrí, no han podido proporcionar a sus propietarios. Además las siglas GTI llegaron a convertirse en todo un símbolo que llevó a muchos fabricantes de la competencia a lanzar sus propias versiones de compactos con aspiraciones deportivas creando de hecho toda una categoría nueva en el mercado automovilístico. Así que además de un pionero el Golf GTI se convirtió en todo un icono, un símbolo de una generación de coches alimentados con motores de inyección y más adelante con turbocompresores que proporcionaban prestaciones inimaginables hasta entonces a los tranquilos utilitarios europeos (y más tarde a los orientales).
Un juguete para mayores
Pero además de todo esto el Golf GTI, prescindiendo de sus excelentes cualidades como automóvil en todas sus generaciones, también se puede considerar un juguete para adultos. Un coche concebido y diseñado para divertirse al volante con una estética diferente y dinámica tanto en el exterior como en el interior. Un producto más propio de la industria del entretenimiento que de la de los automóviles «útiles» que desde entonces pasó de diseñar coches prácticos y fiables a no desdeñar la experiencia de la conducción. Y eso se tradujo no solamente en modelos específicos para el disfrute de la conducción deportiva sino en que muchos modelos, sobre todo los modernos, tuvieran su lado más salvaje.
Pues bien, hemos tenido la ocasión y, por qué no decirlo, el placer de tener en nuestras manos el último representante de la saga de los míticos Golf GTI. Es la octava generación del modelo compacto alemán que en su concepción ofrece la misma filosofía a la que obedecía el diseño del GTI original, aunque en estos tiempos el resultado no sea tan radical y «salvaje» como las primeras generaciones. Es un coche más moderno y «racional» aunque como veremos son muchos los detalles que se han ajustado para que la diversión al volante siga siendo el ingrediente principal de este peculiar modelo.
Externamente, y de nuevo siguiendo la tradición, el GTI se distinque de los modelos más «civilizados» de la gama Golf por pequeños detalles estéticos. Una especie de lobo con piel de cordero que puede pasar desapercibido en el tráfico de las ciudades o en la autopista. La primera marca de identidad es una línea roja colocada en la parte superior de la parrilla delantera que recuerda la línea que distinguía las primeras versiones de este modelos y que recorría el borde de la misma. Además en la parrilla también se ha colocado justo debajo una línea en este caso iluminada por led. Es un detalle estético muy conseguido y que consigue lograr esa línea de unión con la huella estética de los GTI del pasado.
Frontal agresivo
A diferencia del resto de versiones, la amplia entrada de aire bajo la parrilla está compuesta por elementos hexagonales de color negro. Además en dicha parrilla se han integrado unos originales faros antiniebla formados por cinco elementos en forma de X en vez de por un solo elemento como en modelos tradicionales. Esta parrilla queda encuadrada dentro del paragolpes delantero por una banda de plástico negro que también podemos encontrar en el Golf con acabado R-Line. Debajo del paragolpes encontramos un faldón en plástico negro que hace las veces de spoiler. El resto de los elementos de la parte frontal, como los faros, son los mismos que podemos encontrar en el resto de versiones del Golf.
El lateral del coche luce el distintivo GTI junto a las puertas delanteras sobre un fondo negro y rojo. Se han incorporado unas pinzas de freno pintadas en rojo que pueden verse a través de las llantas especiales de cinco radios que monta esta versión y que le dan un toque más deportivo. El lateral mantiene el diseño aerodinámico de esta nueva generación del Golf con el spoiler cololocado en la parte superior del portón trasero y rematado con una moldura en plástico negro que ya luce en el resto de la gama. En la parte trasera el identifacor del modelo está bien a la vista justo debajo del característico logotipo de la marca en la parte central del maletero. Más abajo el doble tubo de escape remata las pinceladas estéticas que le dan ese aire GTI a este Golf.
En el interior Volkswagen también ha querido seguir la misma línea que en lo que respecta a la carrocería aportando detalles vistosos pero sin recargar demasiado. Un ejemplo es el de los asientos que a primera vista pueden parecerse a los convencionales con tapicería de tela pero que en este caso tienen el reposacapezas integrados, como ocurre con los asientos deportivos tipo baquet y tienen un diseño más ancho y con un acolchado lateral más grande para recoger mejor el cuerpo y disponer de una mayor sujección en curvas. La tela tiene un dibujo de cuadros que ya es tradicional en las versiones deportivas de la marca alemana.
Rojo
Los detalles en rojo también aparecen en el interior como lo hacían en la parte de fuera. Encontramos costuras rojas en la parte de la tapicería de los asientos, molduras en el mismo color en la parte de los reposacabezas delanteros, en el radio central del volante. También encontramos el color rojo «racing» en otros detalles más sutiles como en las letras del botón de encendido o en la iluminación del hueco portaobjetos donde va el teléfono móvil. El volante tiene el mismo diseño que el de las otras versiones salvo por la mencionada moldura roja y el logotipo de GTI en el radio.
El volante tiene una forma muy adecuada y manejable incluso para conducción deportiva así que por ese lado nada que objetar salvo que los botones táctiles que son algo menos cómos de accionar con respecto a los físicos con algo de relieve más fáciles de identificar al tacto. Es un inconveniente que se repite para los mandos que se encuentran bajo la pantalla de información y entretenimiento que está colocada en la parte superior del salpicadero. No tienen un uso demasiado intuitivo y como ocurre con los del volante no tienen un buen tacto para ser utilizados a ciegas por lo que no son ideales para ser accionados mientras conducimos.
La contrapartida de este diseño de los controles es que el aspecto del interior es mucho más limpio y estilizado y desde luego más moderno. Los acabados, como suele ser habitual con Volkswagen, son muy buenos y los materiales de las piezas de alta calidad. En el caso de este modelo hay varias zonas recubiertas con material de imitación de fibra de carbono y molduras en color rojo así que tiras de led con iluminación que podemos cambiar de color. En cuanto la habitabilidad es muy buena, salvo la dificultad añadida por la forma y el tamaño de los asientos delanteros que hacen algo más complicado el acceso a las plazas delanteras.
Pantallas
La pantalla es de 10 pulgadas y es la misma que el resto de modelos de esta generación salvo por la pantalla de bienvenida personalizada especialmente para el Golf GTI. En el caso de la instrumentación también es digital y se presenta con una pantalla tras el volante de 10,25 pulgadas. Igual que en el sistema de información y entretenimiento la gráfica y los contenidos son los mismos que en el resto de acabados de la gama pero el diseño de la presentación de los datos y de la instrumentación es distinto y personalizado para la versión GTI con el color rojo como protagonista y las siglas GTI en el cuentarrevoluciones. También proporciona información «deportiva» adicional como el acelerómetro.
Las plazas traseras es notable la altura hasta el techo por lo que es un coche especialmente recomendable si tienen que viajar personas altas detrás. Hay bien espacio también para las piernas y algo menos en anchura, sobre todo cuando viajan tres personas. El volumen de los asientos deportivos delanteros también se deja notar en el espacio que ocupan con respecto al resto de modelos de Golf y que por lo tanto estorban algo más a los ocupantes de las plazas de atrás. Desde éstas es posible regular la temperatura y disponen de dos salidas de ventilación además de conector de carga para dispositivos.
El maletero de esta versión GTI es el mismo que el del resto de la gama Golf y por lo tanto tendremos 374 litros de capacidad a nuestra disposición. Como en el resto de la gama podemos abatir los asientos en dos partes y se puede acceder a un hueco que corresponde al reposabrazos central y que permite transportar objetos alargados y estrechos. El espacio total de carga que podemos conseguir abatiendo los asientos es de 1.230 litros en total. En el suelo del maletero podemos levantar una pieza que nos permite acceder a un hueco con espacio adicional en la que se puede colocar una rueda de emergencia.
Prestaciones
Pero el argumento principal del Golf GTI son sus prestaciones y pudimos ponerlas a prueba con todas las precauciones que son de obligada observación en estos casos… Los 245 caballos y 370 Newton Metro de par máximo de su motor de dos litros y cuatro cilindros provienen por supuesto de un motor de inyección, como es el caso desde el primer modelo, pero que en este caso tiene el inestimable auxilio de un turbocompresor con intercambiador de calor. Para domar este motor en nuestro caso tuvimos la inestimable ayuda del siempre fiable cambio automático DSG de siete marchas.
Al volante en ciudad con una conducción tranquila sorprende lo dócil y suave que se conduce este Golf, sin dar muestras visibles de lo que se cuece bajo el capó. El cambio hace un buen trabajo para que desplazarnos a baja velocidad sea cómodo y tranuilo hasta que necesitamos aceleración y pisamos el acelerador con decisión. Los 245 caballos se dejan notar de forma muy progresiva pero firme sin que se note para nada la entrada del turbo y estirando muy arriba en el cuentarrevoluciones la capacidad de aceleración. El ruido del escape que lo acompaña es perfecto, con un ronroneo caractéristico sin ser demasiado alto ni estridente.
La sensación de aceleración es potente, sobre todo cuando cambiamos la modalidad de conducción a Sport y el cambio automático trabaja para sacar el máximo partido a los caballos del motor. El resultado en cifras es que este coche es capaz de pasar de o a 100 kilómetros por hora en 6,2 segundos. Unas cifras realmente buenas tal para un coche de estas características y que mantiene la tradición junto a sus antepasados. Una de las sorpresas agradables es que a pesar de toda la potencia de la que es capaz este motor de dos litros el consumo no ha sido especialmente alto y podemos movernos en ciudad con unas medias que rozan los 10 litros a los 100 y en carretera a ritmo tranquilo por debajo de los 7. Si pisamos a fondo es ya otra historia naturalmente.
Sensaciones al volante
Pero las prestaciones del motor y el cambio son solamente una parte de lo que es capaz este Golf GTI. Volkswagen ha incorporado numerosos avances tecnológicos y ajustes en elementos como las suspensiones o las ayudas a la conducción para conseguir que conducir por terrenos virados sea como pasar una tarde en el parque de atracciones. Es un coche de raza que se va a pegar al asfalto y va a ser fiel a la trayectoria incluso tolerando errores por parte del conductor y es muy difícil buscar los límites del mismo. Es un coche fácil de conducir en toda circunstancia que sabe comportarse cuando viajamos tranquilos y que se desmelena dentro de un orden cuando pisamos a fondo el pie del acelerador.
La calidad y la cantidad de los sistemoas de ayuda a la conducción son los responsables de esta agradable sensación de control. Quizás la única pega sea para aquellos que prefieren sensaciones más directas a la hora de la conducción deportiva, porque éstas quedan parcialmente filtradas por la mencionada parafernalia electrónica de este GTI. En esto se aleja mucho del comportamiento de los primeros modelos que en muchos casos era necesario conocer bien su comportamiento para poder domarlos sin correr riesgos. En definitiva en lo que respecta a la conducción deportiva es un coche divertidísimo y para todos los públicos.
En autopista pasa algo parecido a lo que hemos mencionado con la conducción urbana, máxime si seleccionamos el modo de conducción más tranquilo. Aunque la dureza de las suspensiones puede llegar a notarse en terrenos muy accidentados, en general es tan confortable en autopista y carreteras a ritmos de disfrutar del paisaje como cualquier otro modelo de Golf, y esto es decir mucho. Desde luego que notaremos algo más de sonoridad por el tubo de escape pero nada que desentone con la personalidad del coche y desde luego en ningún caso molesto para el que haya elegido un purasangre para el viaje.
Conclusiones
Decir que este Golf GTI es un digno sucesor de los que le han precedido en esta mítica saga es ya mucho decir. Aunque hay debates de todo tipo sobre el tema y desde luego ha habido altibajos, lo cierto es que este modelo es un coche deportivo y muy divertido que además, gracias a que pertenece a la familia de uno de los modelos más redondos del segmento, cumple con nota todo lo que se espera de un coche moderno en términos de acabados, sistemas de ayuda a la conducción, confort… De los coches con doble personalidad: práctico en apariencia y desatado bajo el capó, es quizás de los más convincentes que podemos encontrar, aunque actualmente hay más competencia que en sus orígenes.
Uno de los aspectos más negativos es el precio, que responde a la gran carga tecnológica y los buenos acabados pero que se sitúa bastante alto con respecto a otros acabados del Golf y a los modelos similares de la competencia. Pero con lo que nos quedamos por encima de todo es con la mezcla tan acertada entre sensación de control y emociones al volante. Es un coche más de carretera que de circuito de carreras, más que los GTI originales, y esto responde a una evolución que se ha podido ver a medida que han ido madurando las generaciones anteriores. Un coche en definitiva que regala experiencias además de transportarnos de un lado al otro.
Confort y consumo (para un coche deportivo)
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