Nuestros lectores hablan: ¿cómo aplicas la pasta térmica y por qué?
La pasta térmica juega un papel muy importante en la disipación de dos componentes clave dentro de cualquier PC, el procesador y la GPU. Es un material que actúa como contacto entre ambos componentes y sus sistemas de refrigeración, acelera transferencia de calor y evita que las imperfecciones e irregularidades de los encapsulados y del difusor térmico sean un problema.
Sin pasta térmica sería imposible conseguir una buena transferencia de calor, y al final este se convertiría en un problema muy serio, ya que se acabaría acumulando en la CPU y en la GPU. Debemos tener en cuenta también que es un material con una vida útil limitada, es decir, con el paso del tiempo se va deteriorando, pierde propiedades y al final se acaba convirtiendo en una arenilla inservible. Cuando esto sucede, las temperaturas se disparan, y si no procedemos a cambiarla corremos el riesgo de dañar nuestros componentes.
Cambiar la pasta térmica es uno de los mantenimientos más importantes que debemos realizar cada cierto tiempo. No tiene que ser cada seis meses, y tampoco cada año, de hecho hay pastas térmicas que pueden mantener un buen nivel durante tres, cuatro o incluso cinco años, pero es recomendable hacer mediciones de temperatura de forma regular par poder identificar problemas leves de exceso de temperatura, ya que serán un indicador claro de que necesitamos realizar un cambio de pasta térmica.
Cuando llega el momento de realizar ese cambio nos surge otra pregunta, ¿cómo debemos aplicar la pasta térmica? En mi caso siempre recurro al sistema de aplicar una bolita del tamaño de un guisante en el centro, ya que con la presión que ejerce la base de contado del sistema de disipación dicha bolita se aplasta y se extiende de forma óptima por el IHS. Si tengo que hacer algún cambio posteriormente me resulta también más fácil de limpiar.
Hay personas que prefieren aplicarla haciendo una «X» o una cruz porque creen que de esa manera se aplica de una manera más homogénea, pero la verdad es que al final el resultado es el mismo en lo que a refrigeración se refiere, y con esos métodos es más fácil cometer el error de aplicar demasiada cantidad de pasta térmica.
Lo importante a la hora de aplicar la pasta térmica es tener cuidado de no excedernos, y también de no quedarnos cortos. Si aplicamos mucha pasta térmica esta puede derramarse y pringar el socket y la placa base, no es algo grave siempre que la pasta térmica que utilicemos sea no conductiva, pero limpiar ese «desastre» no será fácil ni agradable. Por contra, si nos quedamos cortos puede que las temperaturas sean más altas de lo que deberían, y esto en algunos casos puede dar problemas.
En mi caso me mantengo fiel al clásico sistema de la bolita al centro, ¿y vosotros, cómo aplicáis la pasta térmica? Nos leemos en los comentarios.
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