Doomsday Clock 2022: seguimos al borde del abismo

La organización científica que monitoriza el «reloj del juicio final» ha publicado el Doomsday Clock 2022 como medida teórica de la distancia temporal a la que la humanidad se encuentra del fin de mundo. Y no hay cambios positivos. El reloj continúa situado a 100 segundos de la medianoche establecido en 2020, lo más cerca que hemos estado nunca de una catástrofe global e irreversible.

El «panel-boletín» que anoche se actualizó al Doomsday Clock 2022, cumple 75 años de existencia. Fue creado en 1945 por científicos de la Universidad de Chicago que habían ayudado a desarrollar las primeras armas atómicas bajo el Proyecto Manhattan. Lamentablemente, después de arrasar Hiroshima y Nagasaki, saben de lo que hablan. Quizá por ello en 1947 crearon el «Reloj del Juicio Final», que se atrasa o adelanta cada año según la valoración de la Junta de Ciencia y seguridad del grupo, que incluye el asesoramiento de trece premios Nobel y otros científicos de prestigio.

El reloj se ha convertido en un indicador universalmente reconocido, entendido como metáfora, recordatorio y advertencia de la distancia temporal a la que nos encontramos de un cataclismo global. En definitiva a la vulnerabilidad del mundo ante la peor de todas las catástrofes, nuestra autodestrucción. Y seguimos al borde del precipicio.

Doomsday Clock 2022

Doomsday Clock 2022

Incluso los más optimistas, los que confiamos en que los seres humanos (buenos por naturaleza en su inmensa mayoría) hagan gala de esa ‘humanidad’ y entre todos podamos mejorar nuestra propia especie, la relación con las demás y cuidar el preciado planeta que nos acoge, tenemos que reconocer que el mundo no anda nada bien. Claro qué, sigue dependiendo solo de nosotros cambiar el mundo. A mejor…

A nivel global, no lo hemos hecho en los dos últimos años (desde que alcanzamos el pico máximo en el reloj del juicio final) ni en los anteriores. Seguimos a la distancia de los 100 segundos establecidos en 2020. «Estable no es una buena noticia aquí, de hecho, refleja el juicio de la junta de que estamos atrapados en un momento muy peligroso«, explican los científicos.

Según este grupo, la humanidad continúa enfrentándose a dos peligros existenciales simultáneos: la guerra nuclear producto de la carrera armamentística que está aumentado incomprensiblemente y el cambio climático al que se le dedica mucha palabrería y muy pocas acciones concretas. Este año, como el anterior, la situación se ha agravado por una pandemia de coronavirus que todo apunta se puede repetir con otros ‘bichos’ en el futuro y para la que deberíamos estar mejor preparados.

Tampoco conviene perder de vista otro de los peligros citados por los científicos. Las ciberamenazas donde también se incluye la desinformación y los mensajes de odio, y los programas de vigilancia masiva «cuyo despliegue generalizado presenta una clara amenaza para los derechos humanos en todo el mundo y, por lo tanto, para la civilización tal como la conocemos y la practicamos«, aseguran.

Acciones para retrasar el Doomsday Clock 2022

Dicen desde el Grupo de Científicos que los líderes de los países más ricos y avanzados «no han actuado con la velocidad y el enfoque necesarios para manejar las terribles amenazas al futuro de la humanidad«. De ahí la decisión de mantener el Reloj del Juicio Final a 100 segundos para la medianoche como una clara advertencia para el mundo: «debemos alejarnos del umbral de la perdición. Se necesitan pasos prácticos e inmediatos para proteger a la humanidad de las principales amenazas globales que hemos descrito«.

Algunas de las propuestas que citan son:

  • Los presidentes de Rusia y EE. UU. deben identificar límites más ambiciosos para las armas nucleares. Ambos deben acordar reducir la dependencia de las armas nucleares al limitar sus funciones, misiones y plataformas, y reducir los presupuestos en consecuencia.
  • Estados Unidos y otros países deberían acelerar su descarbonización, haciendo coincidir las políticas con los compromisos. China debería dar ejemplo siguiendo vías de desarrollo sostenible, no proyectos intensivos en combustibles fósiles.
  • Los líderes mundiales deberían trabajar a través de la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones internacionales para reducir los riesgos biológicos de todo tipo a través de un mejor control de las interacciones entre animales y humanos, mejoras en la vigilancia y notificación de enfermedades a nivel internacional, una mayor producción y distribución de suministros médicos y sistemas sanitarios de mayor capacidad.
  • Estados Unidos debería persuadir a aliados y rivales de que no ser los primeros en usar armas nucleares es un paso hacia la seguridad y la estabilidad y luego declarar tal política en concierto con Rusia (y China).
  • El presidente Biden debería eliminar la autoridad exclusiva del presidente de EE. UU. para lanzar armas nucleares y trabajar para persuadir a otros países con armas nucleares para que establezcan barreras similares.
  • Rusia debería reincorporarse al Consejo OTAN-Rusia y colaborar en la reducción de riesgos y medidas para evitar la escalada.
  • Corea del Norte debería codificar su moratoria sobre las pruebas nucleares y las pruebas de misiles de largo alcance y ayudar a otros países a verificar una moratoria sobre la producción de plutonio y uranio enriquecido.
  • Irán y Estados Unidos deben volver a cumplir conjuntamente el Plan de Acción Integral Conjunto e iniciar conversaciones nuevas y más amplias sobre la seguridad en Oriente Medio y las restricciones de misiles.
  • Los inversores privados y públicos deberían redirigir los fondos de los proyectos de combustibles fósiles a inversiones respetuosas con el clima.
  • Los países más ricos del mundo deberían brindar más apoyo financiero y cooperación tecnológica a los países en desarrollo para emprender una acción climática fuerte. Las inversiones de recuperación de COVID deben favorecer los objetivos de mitigación y adaptación climática en todos los sectores económicos y abordar la gama completa de posibles reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero, incluidas las inversiones de capital en desarrollo urbano, agricultura, transporte, industria pesada, edificios y electrodomésticos, y energía eléctrica.
  • Los líderes nacionales y las organizaciones internacionales deberían idear regímenes más efectivos para monitorizar los esfuerzos de investigación y desarrollo biológicos.
  • Los gobiernos, las empresas de tecnología, los expertos académicos y los medios de comunicación, deben cooperar para identificar e implementar formas prácticas y éticas de combatir la información errónea y la desinformación habilitada por Internet.
  • En cada oportunidad razonable, los ciudadanos de todos los países deben responsabilizar a sus funcionarios políticos locales, regionales y nacionales y a los líderes empresariales y religiosos preguntando «¿Qué están haciendo para abordar el cambio climático?»

Doomsday Clock 2022

Sin una acción rápida y enfocada, los eventos verdaderamente catastróficos, eventos que podrían acabar con la civilización tal como la conocemos, son más probables. Cuando el Reloj marca los 100 segundos para la medianoche, todos estamos amenazados. «El momento es peligroso e insostenible, y el momento de actuar es ahora, insisten«.

Doomsday Clock 2022 | Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad de los Científicos Atómicos

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