¿Debe comprar Sony un grande del videojuego como EA, Take-Two o Ubisoft?

¿Sony a por EA? Algunos analistas creen que Sony debe subirse al carro de las fusiones y adquisiciones si no quiere perder la posición de relevancia que tiene su división de juegos PlayStation.

La compra de Activision Blizzard y King por Microsoft está sacudiendo el mundo de los videojuegos. A falta de cerrar la operación tras la requerida aprobación por los reguladores de mercado, podría haber otros acuerdos en camino en movimientos de concentración de fuerzas donde los consumidores no suelen salir favorecidos ante la menor competencia, pero que ahí están, entre bambalinas.

Sony es, probablemente, el más perjudicado por la estrategia de Microsoft en una muestra de poderío económico y de apuesta por el futuro de una industria del videojuego que no para de crecer. La compañía japonesa necesita contenido para alimentar su plataforma y es muy difícil que pueda mantenerla solo con sus propios desarrollos sin los grandes títulos de estudios independientes.

Activision Blizzard (más id Software, más Bethesda) tienen unos cuantos, con algunas de las franquicias más importantes y rentables de la industria como Call of Duty que hoy se incluyen en el catálogo de Sony. Pocos dudan que los propios juegos son una de las claves más importantes para la venta de consolas de videojuegos. Y si no que le pregunten a Nintendo, que sin tener el mejor hardware, vende tantas máquinas o más que el resto.

Los analistas creen que los reguladores pondrán algún tipo de restricción a la compra de Activision Blizzard en el sentido de que las compañías adquiridas deberán ofrecer sus juegos a terceros como Sony en condiciones similares a los acuerdos que hasta ahora mantenían. Microsoft ha prometido que mantendrá las exclusivas de Sony, pero la verdad es que el futuro no está escrito y no hay garantías absolutas de que Sony pueda ofrecer ese contenido, ni en su plataforma actual, ni en el nuevo servicio de suscripción en el que está trabajando.

¿Sony a por EA?

Así las cosas, se espera que Sony mueva ficha entrando en este tipo de operaciones de compra. La mayor apuesta sería Electronic Arts. La productora más potente de las -pocas- que van quedando independientes. El problema es que Sony no anda sobrada de efectivo y EA tiene una capitalización de mercado de 37.000 millones de dólares. Más asequible para Sony serían objetivos como Take-Two (18.000 millones) o Ubisoft que está valorada en 7.000 millones de dólares.

Pero, cuidado, Hollywood está al acecho. Hay otros analistas que apuestan porque algunos de los gigantes de los contenidos de entretenimiento den el paso y entren en el de los videojuegos. Hay muchas series, pelis y música y servicios exitosos que los incluyen, pero los ingresos por videojuegos barren a todos ellos combinados.

Aquí destaca Disney. El mayor gigante mundial en su sector, que una vez con nuevo CEO podría alejarse de la sombra de Bob Iger y adquirir EA. «Combinar EA Sports con ESPN podría crear muchas oportunidades únicas, como un verdadero metaverso deportivo«, explican como ejemplo.

Y Netflix. Su director de operaciones, Greg Peters, dijo recientemente que el líder en streaming de vídeo está centrado en crear juegos basados ​​en franquicias que ya posee, como Stranger Things, pero que también estaba abierto a la posibilidad de trabajar con licencias de otros grandes juegos.

Sí, la compra de Activision Blizzard y King por Microsoft (la mayor adquisición de la historia del gigante del software) está sacudiendo el mundo de los videojuegos. Y lo que nos queda. La respuesta de los reguladores será clave para esta y otras operaciones. Y deberán ser exigentes porque de lo contrario van a quedar unos cuantos ‘monstruos’ sin posibilidad de que los más pequeños puedan competir. Y los usuarios perderían alternativas. Y si otros como Disney, sacan la pasta a pasear y compran Electronic Arts imagina las repercusiones.

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