Destiny 2 Más allá de la Luz, análisis: una oscuridad a media luz
El lanzamiento de Destiny 2 Más allá de la Luz se produjo el pasado 10 de noviembre. Estamos ante la última expansión que ha lanzado Bungie de su conocida franquicia de rol de acción, y también ante una de las más esperadas por todo lo que supone no solo a nivel de contenidos, sino también porque nos permite conocer, por fin, el lado oscuro.
Los que hayáis jugado a la expansión Bastión de Sombras recordaréis que ya tuvimos la oportunidad de coquetear, y de conocer un poco mejor, a la oscuridad, aunque de una manera bastante sutil. Parecía como si la oscuridad no fuese, en el fondo, algo malo, como si pudiera servirnos como herramienta para hacer el bien, ¿pero qué sacrificios implicaría para un guardián aceptar la oscuridad? Y lo más importante, ¿seríamos capaces, realmente, de controlarla?
Esas preguntas tienen respuesta en Destiny 2 Más allá de la Luz, una expansión que nos lleva directamente a Europa, una luna «con complejo de planeta» que, como sabrán muchos de nuestros lectores, orbita alrededor de Júpiter, y que ha sido objeto de un gran interés por las altas posibilidades que tiene de albergar vida alienígena, aunque sea en su forma más simple.
He dedicado buena parte de las dos últimas semanas a jugar a Destiny 2 Más allá de la Luz casi todo el tiempo que he podido, he terminado la campaña completa y algunas aventuras posteriores, y he superado la barrera de los 1.200 puntos de poder, así que creo que estoy, por fin, en condiciones de contaros mis impresiones acompañando una buena argumentación y sin tener que desgranar nada importante de la historia.
La edición de Destiny 2 Más allá de la Luz que he tenido la oportunidad de analizar ha sido la Deluxe Edition, que incluye todos los contenidos adicionales que vimos en su momento cuando realizamos el unboxing de la edición de coleccionista. Sin más dilación, entramos en materia, poneos cómodos que hay mucho que leer.
Destiny 2 Más allá de la Luz: requisitos mínimos, recomendados y equipo de pruebas
Los requisitos mínimos y recomendados no han cambiado, siguen siendo los mismos que vimos en su momento con el debut del juego original, lo que significa que si pudiste moverlo, podrás mover Destiny 2 Más allá de la Luz. Con todo, debes tener en cuenta que, aunque el rendimiento en general es bueno incluso en equipos con unas especificaciones limitadas, algunos ajustes gráficos pueden tener un gran impacto y reducir de forma notable la tasa de fotogramas por segundo.
Llevo jugando a Destiny 2 desde que salió, así que puedo ofrecerte un guion sencillo que te ayudará a configurar los ajustes gráficos de forma óptima y a mejorar el rendimiento reduciendo al mínimo el impacto en la calidad gráfica. Estos son, por orden, los ajustes que debes reducir primero si notas que tu equipo no puede moverlo de forma fluida:
- Profundidad de campo: consume más recursos de lo que podríamos imaginar y no tiene un impacto importante en el acabado gráfico. Lo tengo desactivado para evitar picos mínimos muy bajos al apuntar con la mira, parece un problema de optimización.
- Oclusión ambiental: el modo 3D consume bastantes recursos y mejora ligeramente la calidad de imagen, pero al final acaba siendo inapreciable cuando nos podemos a jugar. Utiliza el modo HDAO.
- Distancia de la vegetación: tiene un impacto notable en el rendimiento, pero también en la calidad de imagen. Bajar de calidad alta a media se notará, pero dentro de un margen aceptable, y te ayudará a ganar unos valiosos fotogramas por segundo.
- Calidad de las sombras: tiene un gran impacto en el rendimiento, aunque como habrás imaginado también afecta mucho a la calidad gráfica. Bajar de «muy alto» a «medio» puede hacerte ganar diez fotogramas por segundo, pero yo intentaría mantenerlo en «alto».
He empezado por la profundidad de campo y la oclusión ambiental porque afectan menos a la calidad gráfica en general y nos ayudarán a ganar bastantes fotogramas por segundo. Reducir otros ajustes, como la calidad de las texturas o el nivel de detalle tendrá un impacto pequeño en el rendimiento, pero deslucirá mucho el juego, así que evítalo salvo que no te quede otra opción.
Después de repasar estos consejos creo que estamos listos para entrar a ver los requisitos mínimos y recomendados, y también para repasar el equipo de pruebas que hemos utilizado y la configuración gráfica que hemos empleado.
Requisitos mínimos
- Windows 7 de 64 bits.
- Core i3 serie 2000 AMD FX 4300.
- 6 GB de RAM.
- Tarjeta gráfica GTX 660, GTX 1050 o Radeon HD 7850 con 2 GB de memoria gráfica.
- 105 GB de espacio libre.
Requisitos recomendados
- Windows 7 de 64 bits.
- Core i5 2500 o Ryzen 3 1200.
- 8 GB de RAM.
- Tarjeta gráfica GTX 970, GTX 1060 de 3 GB, Radeon R9 290 o RX 470 con 4 GB.
- 105 GB de espacio libre.
Equipo de pruebas
- Procesador Ryzen 9 3900X con 12 núcleos y 24 hilos a 3,8 GHz-4,4 GHz.
- 32 GB (4 x 8 GB) de RAM Corsair Dominator Platinum RGB DDR4 a 3.200 MHz (CL16).
- Placa base GIGABYTE AORUS GA-AX370-GAMING 5.
- Sistema de refrigeración Corsair iCUE H150i Elite Capellix.
- Tarjeta gráfica RTX 3080 Founders Edition con 10 GB de GDDR6X.
- SSD Samsung Evo 850 de 500 GB (sistema operativo).
- SSD PCIE NVMe Corsair Force Series MP400 de 4 TB donde se ha instalado el juego.
- SHDD Seagate de 2 TB con 8 GB de SSD como caché.
- Windows 10 Pro de 64 bits.
- Fuente de alimentación Corsair AX1000 80 Plus Titanium con certificación 80 Plus Titanio.
Periféricos utilizados
- Teclado Corsair K70 RGB MK.2.
- Ratón Corsair Nightsword RGB.
- Auriculares Corsair VIRTUOSO RGB Wireless SE.
Superamos con creces los requisitos mínimos, y por ello hemos configurado Destiny 2 Más allá de la Luz en calidad máxima y resolución 4K. Lo único que he mantenido desactivado, por el motivo que comenté arriba, es la profundidad de campo.
Como habréis podido imaginar, la experiencia de juego ha sido fantástica, no cabía esperar otra cosa de un equipo de este calibre. Sin embargo, Destiny 2 sigue teniendo problemas que están presentes prácticamente desde su lanzamiento y que ponen evidencia una clara falta de optimización.
No es un juego exigente, de hecho en su momento pude jugarlo en un PC equipado con un Core i5 4690K y una GTX 970 en 1080p y calidad máxima con total fluidez, y posteriormente hice lo propio en un Ryzen 7 1800X con una GTX 980 Ti, pero esto no quiere decir que no haya cosas pendientes de mejorar. Estas son algunas de las más importantes:
- Inconsistencias en el rendimiento en determinadas zonas, donde se produce, sin justificación aparente, una caída notable de fotogramas por segundo. Por ejemplo, en la última ciudad, al mirar hacia el viajero desde un cierto ángulo, la media de FPS cae de los 120 a los 75, y sin motivo alguno, ya que basta mirar un poco hacia otro lado y estos vuelven a subir.
- No puede aprovechar una CPU de más de cuatro núcleos, cuando lo ejecutamos sobre un Ryzen 9 3900X vemos como, de media, se mantiene alrededor de un 20% de uso de la CPU. La GPU sí alcanza un 99%, lo que indica que depende casi totalmente de la tarjeta gráfica.
- Problemas de optimización, que se dejan notar sobre todo en ciertos escenarios y eventos cuando concurren varios jugadores y la acción se dispara.
Destiny 2 Más allá de la Luz: análisis técnico
Esta expansión mantiene un nivel de calidad gráfica excelente, acompañado de un diseño artístico y de una ambientación que, francamente, es para quitarse el sombrero. La recreación de Europa, y de la antigua colonia humana, datada en la «Edad de Oro», que vemos en Destiny 2 Más allá de la Luz rayan a un nivel tan bueno que nos invitan a salir a explorar solo por el hecho de disfrutar de los escenarios y localizaciones que trae esta expansión.
No es algo nuevo, de hecho desde el momento en el que instalé Destiny 2 me convertí en un ávido explorador. Sé que nunca podré pisar Marte (de Mercurio ya ni hablamos), pero como buen amante de la exploración espacial he paladeado cada una de las ubicaciones que Bungie ha integrado en este juego. Este videojuego me ha permitido hacer realidad esa meta imposible, aunque haya sido de manera virtual.
Como dije, Europa está cuidad al milímetro y tiene un aspecto de diez en Destiny 2 Más allá de la Luz. Explorarla es un deleite para los sentidos, no solo por la escenografía que han llevado a cabo desde Bungie, sino también por la climatología y la iluminación, que cambian de forma dinámica, y que están apoyadas en unos efectos y en un sonido ambiental de primera.
La zona explorable tiene un tamaño bastante razonable para tratarse de una expansión, y nos encontramos con localizaciones bastante variadas que evitan que la rutina haga acto de presencia demasiado pronto. Por lo que respecta a los efectos de iluminación y al modelado de los personajes y enemigos nada que objetar, todo luce de maravilla, y las texturas tienen una calidad muy buena para tratarse de un título que llegó al mercado en 2017. Parece evidente que Bungie ha introducido mejoras en este aspecto.
Las sombras también son muy buenas, y los escenarios están perfectamente detallados, pero en algunas secciones seguimos viendo sombras de baja calidad que coexisten con otras de mayor calidad, lo que acaba empañando un conjunto que, a nivel gráfico, es excelente. Por otro lado, la distancia de visión raya a un gran nivel y mantiene un estupendo nivel de detalle, lo que ayuda a generar una mayor sensación de amplitud en los escenarios en Destiny 2 Más allá de la Luz, a pesar de que este título es un sandbox que no encaja realmente en un concepto de mundo abierto «puro».
El grado de nitidez que ofrece Destiny 2 Más allá de la Luz al configurarlo en resolución 4K y calidad máxima es, como podemos apreciar en las imágenes, impresionante, tanto que incluso podemos ver el efecto granulado de la nieve a largas distancias, y todo el texturizado de la equipación de nuestro personaje tiene un alto nivel de realismo. Excelente trabajo en el plano técnico por parte de Bungie, aunque no ha sido perfecto, ya que me he encontrado con algunos fallos que, imagino, se resolverán a través de parches.
Además de los que ya he destacado, esas inconsistencias a nivel de rendimiento y el tema de la optimización, he visto efectos de «popping» en escenas concretas que, curiosamente, acababan afectando también a los enemigos. Es muy molesto apuntar a la cabeza a un enemigo y que este desaparezca por arte de magia para, un segundo después, aparecer en otro lado. Nada especialmente grave, pero obviamente afecta negativamente a la experiencia de juego, y debemos tenerlo en cuenta.
Mención especial merecen también las cinemáticas, que vienen limitadas a 30 fotogramas por segundo. No quiero obviar tampoco un tema que ya me parece preocupante y molesto, la coexistencia de distintas voces de doblaje. Nuestro espectro es el mejor ejemplo, pero hay muchos otros, como el Nómada, por ejemplo. Entiendo que con la tesitura actual de la COVID-19 puede ser complicado mantener el doblaje, pero en las actualizaciones de otros títulos no he visto ese cambio tan brusco de voces, algo que, a mi juicio, arruina la inmersión y la experiencia de juego.
Tenemos luces y sombras, pero haciendo un balance medio mi conclusión está muy clara, Destiny 2 Más allá de la Luz es sobresaliente a nivel técnico a pesar de que, como dijimos, tiene detalles mejorables. Pocos juegos han logrado impactarme tanto con su puesta en escena, y puedo contar con los dedos de una mano los que me han animado a dejar de disparar para contemplar un paisaje concreto y hacer capturas de pantalla.
Destiny 2 Más allá de la Luz: campaña y jugabilidad
No os voy a mentir, tenía las expectativas muy altas con esta campaña. Por fin íbamos a poder abrazar la oscuridad, tendríamos la oportunidad de ver cómo coexiste esa dualidad luz-oscuridad en nuestro personaje, y seríamos capaces de descubrir cuál tiene un mayor potencial. Sobre el papel suena bien, pero la ejecución no ha estado a la altura de lo que esperaba.
La línea argumental de Destiny 2 Más allá de la Luz nos lleva a Europa, donde tendremos que hacer frente a un movimiento Eliksni (caídos) que planea utilizar la oscuridad, conocida como estasis, para recuperar la grandeza que perdieron cuando fueron abandonados por el viajero. Una vez más, la venganza es la motivación principal de la mala malísima de esta campaña, y la verdad es que es fácil empatizar con ella, ya que a pesar de la simplicidad con la que se narran los hechos la idea de ver como tu pueblo se hunde por el abandono del «Dios» al que veneraste es algo muy fácil de interiorizar.
No hay duda, la idea base y los conceptos de Destiny 2 Más allá de la Luz son buenos, tienen potencial, pero la puesta en escena se ha simplificado de forma exagerada, tanto que una persona con mucho tiempo libre que tenga unas nociones básicas de cómo subir rápidamente el nivel de poder podría terminarla en uno o dos días sin esfuerzo.
La estructura de la historia es buena, y la narrativa tiene un gran nivel, pero se ha simplificado en exceso y se ha desaprovechado buena parte de su potencial. Sí, la campaña es divertida y te mantiene enganchado, pero cuando terminé lo primero que me vino a la cabeza fue un «¿ya está?». He echado mucho de menos un poco de profundidad, y no habría sido algo complicado, sobre todo teniendo en cuenta los rincones que visitamos y todo lo que hay detrás de Braytech y los restos de la Edad de Oro que encontramos en Europa. Una lástima de verdad, espero que Bungie sepa aprovecharlo en futuras temporadas, o expansiones.
Una vez que terminamos la campaña tenemos muchas misiones y retos que completar, aunque al final nos encontramos con el enfoque de siempre: farmear y cumplir objetivos sencillos. Personalmente me gusta este formato, ya que es fácil de seguir y me permite disfrutar de una experiencia divertida y amena incluso a pesar de que no tengo mucho tiempo libre, aunque entiendo que al final acaba cansando.
La llegada de Europa y la integración del Cosmódromo, una localización que recordarán los jugadores de Destiny y que, francamente, luce de maravilla en Destiny 2 Más allá de la Luz, nos ayudan a olvidarnos un poco de que han desaparecido Marte, Mercurio, Titan y Ío.
En la imagen adjunta podéis ver cómo queda configurado el nuevo mapa de Destiny 2 Más allá de la Luz. Al principio no echas de menos esas localizaciones porque tienes nuevo contenido que devorar, pero al final piensas en lo molón que era el océano de metano de Titán, en lo maravilloso que era el cielo de Marte con Fobos en el horizonte, y ese toque místico único de Ío y te te acabas dando cuenta de que deberían haberse quedado.
Entiendo que Bungie quiso quitar esos contenidos porque no atraían tanto a los jugadores, y porque era necesario para mejorar el juego (reducir el almacenamiento y los tiempos de carga), pero este movimiento debería haber venido acompañado de algún tipo de compensación, sobre todo para los que, en su momento, pagamos por esos contenidos. Polémicas a un lado, me ratifico en lo que dije en su momento, ha sido un error retirar esas localizaciones, y por ello espero que Bungie haga los cambios que estime oportunos y que los devuelva cuanto antes.
Con respecto a la jugabilidad, Destiny 2 Más allá de la Luz mantiene el encanto único de esta franquicia. Se deja jugar de maravilla, tiene un tiempo de aprendizaje mínimo y logra un equilibrio justo en términos de dificultad, siguiendo, además, el mismo esquema de esfuerzo-recompensa con un patrón simple y asequible para el jugador casual, una realidad que aumenta en las incursiones y sectores perdidos, lo que lo convierte en un título ideal tanto para aquellos que solo quieren pasar un buen rato como para aquellos que buscan ese «algo más».
La estasis añade una subclase centrada en la oscuridad que resulta muy espectacular, y tiene bastante potencial, pero por desgracia está muy descompensada y ha generado un desequilibrio bastante absurdo en los diferentes modos de PVP que ofrece Destiny 2 Más allá de la Luz. Personalmente no me termina de gustar, prefiero mantener mi configuración de guardiana con senda de los mil tajos y Fragmentos de Galanor en PvE.
No quiero terminar sin hablar de otro tema importante, el de los límites de poder. Como probablemente ya sabrá algunos de nuestros lectores, se ha introducido un límite de poder que podemos alcanzar con los objetos a través del clásico método de «infundir». ¿Qué significa esto? Pues que el equipamiento que yo utilizaba en Bastión de Sombras, incluida mi armadura del Solsticio de 2019 con efectos de fuego, no puede subir de los 1.060 puntos de poder, lo que me obliga a buscar un nuevo conjunto y a sudar para dar con una estética que me guste.
Francamente, me parece un error de manual, y una manera artificial de «obligar» al jugador a farmear y a conseguir objetos cosméticos en Destiny 2 Más allá de la Luz. La solución sería sencilla, dar la opción de utilizar y aplicar el aspecto de todas las armaduras que hayamos conseguido de forma libre, en lugar de limitarlo a aquellos sets comprados con plata o con polvo luminoso.
Notas finales: Destiny 2 Más allá de la Luz divierte, pero tiene carencias importantes
Con esta expansión, Bungie ha demostrado que tiene un dominio absoluto de la escenografía, y que sabe cómo transportar al jugador a cualquier rincón del universo. A nivel técnico, artístico y de diseño, Destiny 2 Más allá de la Luz es una auténtica delicia. La he disfrutado muchísimo, tanto que he recorrido más de una vez todos los rincones de Europa y me he detenido a hacer capturas de pantalla, sobre todo en las ruinas de la Edad Dorada.
Sin embargo, creo que la historia podría haber se contado mucho mejor, y con una mayor profundidad. La campaña me ha resultado demasiado corta, y a pesar del añadido que representan Europa y el Cosmódromo, la desaparición de Marte, Ío y Titan deja un agujero importante que, a mi juicio, no debería de haberse producido. Bungie dio sus motivos, pero eliminar tres mapas de golpe no es plato de buen gusto, y menos aún cuando fue contenido de pago, en su momento.
Tampoco me gusta el tema del doblaje. Sé que doblar un juego supone un coste importante, pero mantener varios doblajes de un mismo personaje con distintas voces, cuando este tiene un papel principal, es un error grave. El mismo calificativo merecen los límites de poder en el equipamiento y el desbarajuste que ha liado la estasis en los modos PvP. Imagino que, con el tiempo, Bungie irá afinando todas esas cosas.
Destiny 2 Más allá de la Luz engancha, y nos hace vivir una experiencia divertida, aunque menos épica de lo que me había imaginado, y es una pena, porque la ambientación y todos los elementos que pueblan Europa podrían haber dado muchísimo juego, no solo para profundizar en el tema de la estasis, sino también para abordar la Edad de Oro y el Colapso. No es difícil de explicar, me da la sensación de que esta expansión se ha terminado con algo de prisa, y de que se podría haber acabado mucho mejor.
Tengo sensaciones enfrentadas, pero haciendo balance general mi experiencia ha sido buena. Bungie me ha ganado con su excelente ejecución de Europa y de las ruinas de la Edad de Oro, y ha logrado hacer que vuelva a jugar a diario a Destiny 2 para avanzar en los logros de la nueva temporada. Destiny 2 Más allá de la Luz es una expansión imprescindible si eres un fan de la franquicia, y una compra recomendable si te gusta el género, o si llevas un tiempo buscando la excusa perfecta para volver a Destiny.
Calidad gráfica.
Europa y el Cosmódromo.
Ambientación.
Nueva temporada.
Campaña corta y poco profunda.
Problemas de "popping".
Rendimiento errático (ocasional).
Límite de poder al infundir.
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