La Agencia Espacial Europea contra la basura espacial
A medida que el ser humano ha ido saliendo de nuestro planeta, la basura espacial ha empezado a acumularse alrededor del mismo. En los primeros tiempos no era un problema que se tuviera en cuenta, pero con el paso de los años y, sobre todo, con la proliferación de los lanzamientos de satélites de todo tipo, lo que eran unos pocos fragmentos de objetos se ha convertido en una enorme cantidad de piezas y fragmentos de todos los tamaños, que plantean una serie de riesgos que hay que tener en cuenta.
Aunque hay algunos elementos en la misma que no son correctos, si viste Gravity, la película de Alfonso Cuarón protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney, ya puedes hacerte una idea de los efectos de una simple pieza de basura espacial descontrolada. Una amenaza que se incrementa a cada nuevo objeto puesto en órbita, y que podría multiplicarse exponencialmente con proyectos como SpaceX Starlink y otras redes de satélites previstas para un futuro cercano.
Afortunadamente, hay proyectos para intentar solucionar este problema, si bien dado lo singularmente complejas que resultan, es normal que ocurra como hace unos años con el proyecto japonés, que finalmente fracasó en su primera misión. Pero es, además, un más que interesante negocio, razón por la que otros países, como es el caso de China, también estén haciendo sus propias pruebas de sistemas para acabar con la basura espacial.
Y en esa línea, como nos recuerda hoy Gizmodo, también está trabajando la Agencia Espacial Europea, en conjunto con varios socios del sector privado, entre los que destaca, por el primer acuerdo suscrito, la suiza ClearSpace. Y es que en base al mismo, y tras el cobro de 86 millones de euros, el objetivo es la eliminación de un objeto, una pieza de basura espacial, que debería tener lugar dentro de algo más de cuatro años, en 2025. ClearSpace, que es una empresa nacida en el seno de la Ecole Polytechnique Federale de Lausanne (EPFL) trabajará, a su vez con la ayuda de socios en Alemania, la República Checa, Suecia, Polonia y varios otros países europeos.
El objetivo en cuestión es un adaptador de carga útil que ha estado dando vueltas en la órbita terrestre baja (LEO) desde 2013. Esta pieza de basura espacial de 112 kilos fue empleado en un exitoso lanzamiento de un satélite. Pero, como ocurre habitualmente, estos objetos quedan orbitando alrededor de nuestro planeta sin ningún fin, principalmente debido a lo costoso y complejo que resulta. Sin embargo, a medida que se incrementa el número de lanzamientos y de objetos en órbita, empieza a ser cada vez más necesario y, por lo tanto, podría convertirse en un negocio tremendamente rentable.
La solución de ClearSpace empleará una nave y una red cónica que capturará el objeto a eliminar, una operación que requiere de un nivel de precisión muy, muy alto, ya que los objetos se desplazan a velocidades que alcanzan los 28.000 kilómetros por hora. Una vez capturado, su objetivo es precipitarse sobre la atmósfera, donde todos los elementos se desintegrarán. El más mínimo error de cálculo podría impedir que la red cónica y la pieza de basura espacial entre en contacto, arruinando la misión.
Para entender un poco mejor el problema de la basura espacial, y en relación con Starlink, no puedo dejar de recomendar un vídeo Quantum Fracture, el canal de YouTube de José Luis Crespo, un divulgador que ha conseguido atraer a una enorme audiencia gracias a sus explicaciones claras y concisas y su excelente manejo del lenguaje audiovisual. En este vídeo plantea el concepto de la cascada colisional, y ayuda a entender la razón por la que invertir en eliminar la basura espacial es un gasto no ya recomendable, sino incluso necesario a partir de cierto punto.
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