Dragon Quest XI : Ecos de un Pasado Perdido, análisis para PC
Con más de un año de demora respecto a su lanzamiento en Japón, finalmente ha llegado Dragon Quest XI : Ecos de un Pasado Perdido, la última entrega (por el momento) de esta saga de juegos de rol y aventuras de Square Enix, el estudio encargado de los clásicos Final Fantasy.
Requisitos, ajustes y equipo de pruebas
Siguiendo la línea del resto de la saga, este juego presenta una línea de requisitos bastante asequibles para poder disfrutar de una buena experiencia de juego, estando optimizada la setup mínima para una calidad de imagen a 720p y 30 fps.
Requisitos mínimos:
- Windows 7 de 64 bits
- CPU Intel Core i3 2105 o AMD A10 5800K
- 8 GB de RAM
- Tarjeta Gráfica NVIDIA GeForce GTX 750Ti o AMD Radeon RX 470
- 32 GB de espacio disponible
Requisitos recomendados:
- Windows 7 de 64 bits (o superior)
- CPU Intel Core i5 6600 o AMD Ryzen 7 1800X
- 8 GB de RAM
- Tarjeta Gráfica NVIDIA GeForce GTX 1060 o AMD Radeon Vega 56, o superior
- 32 GB de espacio disponible
En nuestro caso, hemos podido comprobar lo que Dragon Quest XI es capaz de soportar, habiendo podido realizar las pruebas en nuestro equipo con una resolución 1080p con todos los ajustes al máximo, logrando una tasa de frames muy cercana a los 60 fps en todo momento (salvo en las transiciones de pantallas de carga).
A continuación os dejamos las especificaciones de nuestro ordenador utilizado:
- Windows 10 Pro de 64 bits.
- Todos los controladores actualizados a la última versión disponible.
- Procesador Intel Core i7 920 a 2,67 GHz
- Tarjeta gráfica ASUS GTX1060 con 6GB de GDDR5 y GPU 1784 MHz
- 12GB de RAM (Samsung 2GB 2Rx8 PC3-8500U-07-10-B0)
- Placa base Pegatron IPMTB-GS.
- Fuente de alimentación Tacens APII600 de 600W.
Apartado técnico; gráficos y sonido
Si no conocías Dragon Quest pero al verlo no puedes evitar pensar que ya lo conoces, debes saber que seguramente sea culpa de Akira Toriyama, ni más ni menos que el dibujante de Dragon Ball, y encargado de dar vida a los personajes de esta saga.
Si bien estos JRPG siempre se han caracterizado por un diseños gráficos bastante simples, y que no requieren de grandes requisitos para sorprender y gustar, Dragon Quest XI parece haber dado una nueva vuelta de tuerca mostrándonos un nuevo nivel gráfico, manteniéndose en unos requisitos bastante asequibles.
No obstante, incluso con la configuración máxima de los gráficos, todavía se pueden apreciar algunos fallos en los acabados de los gráficos, que si bien no se trata de grandes desastres, son fácilmente perceptibles.
En cuanto a la banda sonora, si bien sigue el tono de anteriores juegos, queda como una cosa totalmente secundaria, apenas aportando al juego. En algunos casos, como los viajes a través del mapa, la repetición de una única y bastante repetitiva canción, puede llegar incluso a resultar algo molesto.
Historia y jugabilidad
La historia se centra alrededor de nuestro personaje, un joven pueblerino anónimo que termina descubriendo que es el Luminario, la encarnación del antiguo héroe legendario encargado de hacer frente a la oscuridad y el mal.
En resumen, nada nuevo. Sin duda lo que es el argumento principal no resulta demasiado innovador de primeras, pero en su defensa hay que decir que la historia cuenta con alguna que otra sorpresa y acaba desarrollándose de manera bastante buena en las más de 60 horas de juego que propone, manteniendo los muchos toques de humor a la japonesa y los muchos clichés de estos juegos de rol.
Lo primero que descubriremos es que, a pesar de ser el héroe salvador, no seremos vistos como tal, hasta el punto de que se nos culpará del regreso de la oscuridad, y acabando siendo prófugos alrededor de todo este mundo.
Sin embargo, no estaremos solos. Según se va desarrollando la historia, iremos encontrando conociendo a distintos y muy variopintos personajes, entre los que se incluyen el resto de compañeros de aventuras, que se irán uniendo a nuestro grupo.
Combates clásicos
En comparación con la tendencia de otros juegos de rol hacia las batallas en tiempo real, Dragon Quest XI apuesta por los clásicos combates por turnos de los primeros Final Fantasy, algo que título personal, me parece un acierto, pero si bien es normal querer mantener un sello de identidad, la saga Dragon Quest sigue apostando por la misma fórmula con la que se estrenó hace ya más de 30 años para la NES.
Y es que tras el reciente estreno de Octopath Traveler, que cuenta con un renovado estilo de las batallas clásicas, basado en la inclusión de debilidades y potenciadores, quizás Dragon Quest XI podría dar la impresión de haberse quedado atrás.
Dicho esto, el juego sí que ha mostrado un avance con la inclusión de nuevos estilos de combate, como el nuevo sistema de Inspiración. Durante cada combate, nuestros personajes tendrán una probabilidad de aumentar sus atributos y desbloquear nuevas habilidades especiales que dependerán de la acción conjunta con el resto de miembros del grupo.
Con una forma de activación visualmente muy parecida a los Saiyan de Dragon Ball, este estado de inspiración durará un número indeterminado de turnos, no necesariamente en los que intervenga el personaje inspirado en cuestión, y que se mantendrán incluso tras finalizar los combates.
Otra de las grandes novedades es la ausencia de los combates aleatorios en los mapas, lo que implica que podremos ver los grupos de enemigos en todo momento, pudiendo elegir cuándo y contra quién combatir. Esta nueva mejora, junto con el añadido respecto a la versión japonesa de poder correr, nos dan una mayor libertad a la hora de explorar los extensos mapas.
Además, para aquellos que no controlen demasiado la estrategia inherente de los combates por turnos, o simplemente aquellos que queráis vivir la historia controlando sólo al héroe principal, contaremos con distintas Tácticas que nos permitirán establecer determinados patrones de comportamiento automáticos para los combates.
Ladrones, hechiceros, circenses y sanadores, en total contaremos con 6 personajes adicionales a nuestro héroe, cada uno con su propio estilo de combate, y por tanto, con unas habilidades especiales diferentes.
Y es que Dragon Quest XI centra su sistema de combate en la combinación de roles del grupo: desde configuraciones ofensivas de melee, hasta las combinaciones más defensivas, y pasando por un equipo centrado en la sanación y la magia.
Así pues, contaremos con distintas composiciones que harán variar el resultado no sólo de nuestro estilo de juego, sino también de los poderes de inspiración, creando un enorme abanico de posibilidades. Pero no sólo eso, como añadido, también contaremos con un pequeño tablero de habilidades para cada personaje.
Con bastante semejanza al temido diagrama de esferas de Final Fantasy X, podremos desbloquear distintas especializaciones para cada personaje, desbloqueando habilidades y bonus pasivos relacionados con sus sets de armas, así como de las cualidades personales de cada uno, tales como el poder de Luminario, los poderes de robo del ladrón, etc.
Mundo “abierto”
Si bien Dragon Quest XI no es realmente un mundo abierto, en muchos momentos lograremos percibirlo como tal. Y es que además de unos enormes mapas, contaremos con una gran libertad de movimiento, pudiendo escalar y atravesar gran parte de los escenarios, y una enorme libertad de viaje y exploración (un poco más limitada durante los primeros sucesos de la historia principal).
Además de las ciudades principales, contaremos con distintos campamentos distribuidos en ciertos puntos clave del mapa mundi. Estos campamentos nos servirán tanto para descansar y recuperar los puntos de vida y mana del grupo, como para conversar con el resto de personajes, guardar partida, e incluso acceder a nuestra forja portátil.
Y es que otra gran novedad de esta entrega es que contaremos con una pequeña forja mágica que nos permitirá crear nuestro propio equipo mediante materiales, ya sea conseguidos del loot de las batallas contra monstruos, o a través de la recolección por el mapa.
No os preocupéis, ya que por suerte no nos tendremos que enfrentar a las grandes caminatas y esperas para conseguir materiales (tal y como alguno estaréis ya acostumbrados por los MMORPG). Y es que tanto enemigos como mapa nos darán estos materiales con facilidad, algunos de los cuales incluso podremos comprar de forma sencilla y barata en las ciudades.
Dragon Quest XI: para gustos, dificultades
Una de las cosas curiosas, es que desde el comienzo de la partida contaremos no sólo con la posibilidad seleccionar un nivel de dificultad predeterminado, sino que podremos personalizarlo estableciendo una serie de opciones: enemigos más fuertes, penalizaciones de experiencia para los enemigos de menor nivel, e incluso la capacidad de limitar los recursos adquiribles de las tiendas.
Sin duda este juego agradará tanto a los amantes de los clásicos RPG como a los nuevos jugadores, siendo un buen juego “puente” para introducirse en este género. Dragon Quest XI ya está disponible para PC y PS4, y que tal y como se anunció durante la Tokio Games Show, se espera que llegue próximamente para Nintendo Switch. Sin embargo, destaca su ausencia en Xbox, consola para la cual no hay noticias por el momento.
Sensación de libertad y exploración
Algunos fallos visuales menores
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