Italia bloquea el acceso a ChatGPT
La popularidad de ChatGPT, el chatbot creado por OpenAI y que ha sido el acicate para que las grandes tecnológicas aceleren sus planes para incorporar la inteligencia artificial generativa a sus productos y servicios. El nuevo Bing, el esperado Bard, las aplicaciones con modo copiloto… 2023 está siendo el año de la IA generativa, y eso que todavía no nos hemos despedido de marzo. Probablemente durante los próximos meses veamos una cierta ralentización, pues parece muy difícil mantener el ritmo de este primer trimestre, pero aún así podemos esperar nuevos avances y anuncios interesantes al respecto.
El valor que puede aportar la inteligencia artificial en muchos contextos es excepcional. Desde tareas tan sencillas como ayudarnos a gestionar mejor nuestras comunicaciones por correo electrónico hasta acelerar sustancialmente las investigaciones médicas, su alcance apunta a ser prácticamente universal, y una implementación adecuada de la misma podría resultar tremendamente beneficiosa en muchísimos sentidos.
Existen, no obstante, temores fundados sobre las potenciales consecuencias negativas de la inteligencia artificial. Ayer mismo compartimos una reflexión al respecto, al hilo de la carta abierta firmada por más de 1.000 profesionales de la ciencia y la tecnología. Un mal uso de la IA puede tener efectos catastróficos por múltiples razones, motivo por el que los firmantes de la carta piden que los actuales desarrollos se pausen durante seis meses, para permitir que los reguladores puedan realizar un análisis de los riesgos y proponer medidas regulatorias que los disipen.
Ahora bien, no todos los riesgos son de ese tipo, también hay otros que ya conocemos desde hace tiempo y que no son exclusivos de la inteligencia artificial, y un ejemplo claro de ello es el de la protección de los datos de los usuarios. Seguramente recordarás que OpenAI reconoció recientemente una filtración limitada de datos de los usuarios de ChatGPT. Pues bien, dicho incidente ya ha empezado a tener consecuencias legales para la compañía.
El GPDP (Garante per la Protezione dei Dati Personali), el regulador italiano de protección de datos personales, ha dado orden de bloquear el acceso a ChatGPT en Italia, como consecuencia de problemas en la recopilación y gestión de datos, así como en la verificación de la edad de sus usuarios, tal y como ha comunicado hoy en una nota de prensa. La medida se toma como respuesta al incidente de la semana pasada, pero no se centra exclusivamente en el mismo.
El bloqueo de ChatGPT en Italia es temporal, pues queda supeditado a que OpenAI solucione los problemas identificados por el regulador italiano, que señala «la ausencia de una base legal que justifique la recopilación y el almacenamiento masivo de datos personales, con el propósito de » entrenar» los algoritmos que subyacen al funcionamiento de la plataforma«, y también que «aunque -según los términos publicados por OpenAI- el servicio está dirigido a mayores de 13 años, la Autoridad señala que la ausencia de cualquier filtro para verificar la edad de los usuarios expone a los menores a respuestas absolutamente inadecuada«.
Este movimiento tiene mayor trascendencia de lo que puede parecer en un momento, ya que la actuación del GPDP se ampara en el cumplimiento de la GDPR, la norma europea de protección de datos, de aplicación en todo el espacio común de la UE. Es decir, que si se determina que ChatGPT no cumple con lo marcado por la ley en Europa, podemos esperar movimientos similares por parte de otros reguladores del viejo continente.
Según podemos leer en dicho documento, OpenAI ya ha designado a un presentante para la jurisdicción europea, y éste cuenta ahora con un plazo de 20 días para comunicar a las autoridades las medidas adoptadas por la compañía para solventar los problemas identificados por el regular, y termina recordando que, de no actuar en este sentido, los creadores de ChatGPT se exponen a una multa de hasta 20 millones euros o hasta el 4% de la facturación global anual.
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