Diablo IV: cinco cosas que debes saber de este esperado juego

El pasado fin de semana tuvo lugar la beta abierta de Diablo IV, uno de los juegos más esperados del momento, y como fan de la franquicia no pude resistirme a probarla. Por desgracia no pude dedicarle mucho tiempo, pero fue suficiente para sacar conclusiones importantes y para recopilar información que hoy quiero compartir con vosotros en este artículo.

Había pensado en escribir el clásico artículo centrándome en el plano técnico, pero la verdad es que Diablo IV no tiene ningún misterio importante en este sentido, al menos en su estado beta, y por ello he preferido enfocarlo como un especial dedicado a repasar cinco cosas que son importantes y que debéis tener claras. Como siempre, si tras terminar de leer este especial os queda alguna duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla.

Antes de empezar os recuerdo que, aunque la beta abierta de Diablo IV ya ha terminado, todavía faltan unos meses para el lanzamiento del juego. Este no llegará hasta el 6 de junio de este año, siempre que se cumplan las previsiones de Blizzard y que no se produzca ningún nuevo retraso. No hay indicios que apunten a un posible retraso, así que en principio esa es la fecha definitiva de lanzamiento.

1.-Diablo IV no es ningún prodigio a nivel gráfico

Diablo IV

Esto era algo que ya tenía bastante claro cuando supe que se trataba de un desarrollo intergeneracional, y que iba a llegar a PS4 y Xbox One. La verdad es que Diablo III tampoco fue ninguna maravilla a nivel gráfico, pero compensó sus carencias en ese plano con una ambientación muy cuidada y un diseño fantástico a todos los niveles.

Nada más empezar a jugar a la beta de Diablo IV me gustó mucho el modelado y la calidad de los personajes en la pantalla de selección y de personalización. Desde luego hay una mejora importante frente a Diablo III en este sentido, y también en la complejidad de la geometría y en la calidad de los efectos de luces y sombras, pero nada que sorprenda ni que coloque a este título como algo realmente innovador.

La verdad es que es una pena, porque un Diablo IV podría haber lucido mucho mejor si se hubiera planteado como exclusivo de PS5, Xbox Series S-Series X y PC, pero en cualquier caso hay que reconocer que la saga de Blizzard nunca ha sido revolucionaria a nivel técnico, y en este título Blizzard ha cumplido a nivel gráfico sin grandes alardes, dando forma a un apartado técnico notable que no decepciona.

Si alguien me dice que Diablo, el original, fue una revolución a nivel técnico es porque esta persona claramente no conoce Crusader No Remorse, un juegazo con perspectiva isométrica que llegó a compatibles en 1995, mucho antes que el primer Diablo, y que fue el auténtico precedente de esta maravilla y de otras como Fallout.

2.-Tiene una dirección artística excelente

Diablo IV

Y esto compensa enormemente sus carencias a nivel gráfico, como ocurría con Diablo III. Blizzard es conocida por cuidar al máximo tanto el diseño de los personajes y de los enemigos como la escenografía, la decoración de cada zona y los efectos de luces y sombras para crear una atmósfera única capaz de atrapar al jugador.

En Diablo III la ejecución era tan buena que hacía que Westmarch luciera de maravilla a pesar de su baja carga poligonal y de su simpleza a nivel técnico, y en Diablo IV he vuelvo a vivir esa misma experiencia. Por ejemplo, en la primera aldea que visitamos nos encontramos con una estética y una ambientación totalmente opresivas que han sido cuidadas al detalle para sumergirnos totalmente en la acción.

Esa cuidada ambientación y la dirección artística de Diablo IV son una muestra más de la genialidad de Blizzard, y lleva a este título a otro nivel comparado con Diablo III. También hay que destacar que estamos ante un juego con un tono mucho más adulto, más serio y acorde a lo que vimos en Diablo II, cosa que francamente agradezco, ya que nunca terminó de gustarme ese toque informal de Diablo III que, en ciertos aspectos, me recordaba a World of Warcraft.

La guinda al pastel en esa cuidada ambientación la pone el nivel detalle de los escenarios, que están perfectamente recreados para contar historias con su simple presencia. Esto es algo que también hemos visto en entregas anteriores de la franquicia, y que Blizzard sabe hacer con maestría. Gracias a ello también sentimos la necesidad de pararnos más a contemplar los escenarios, y rompe un poco la monotonía entre combate y combate.

3.-La jugabilidad ha cambiado mucho y tiene un toque «Souls»

Diablo IV

En Diablo IV contamos con algo que habría sido impensable en entregas anteriores, aunque ya estaba presente en Diablo III de forma pasiva, los movimientos dedicados de esquiva. Nada más empezar la partida nos damos cuenta, sobre todo al llegar al primer jefe, que esquivar y saber cuándo debemos atacar y cuándo no es fundamental para salir vivo del combate.

También tenemos otro cambio importante que afecta a las pociones de salud. La cantidad que podemos llevar es limitada, pero podemos recargarlas eliminando enemigos y golpeando a los jefes. Si agotamos todas las pociones nos quedaremos «vendidos», y por ello debemos planificar bien los combates más duros y tener sumo cuidado en el intercambio de ataques.

En mi caso no tuve ningún problema para adaptarme a este nuevo método de juego, no llegué a verme en una situación complicada en ningún momento y en cuanto capté las mecánicas del primer jefe acabé matándolo sin tener que gastar ninguna poción más (solo usé dos al principio mientras aprendía sus mecánicas). Algunos amigos no tuvieron la misma suerte, pero porque estaban demasiado acostumbrados a las mecánicas de Diablo III y/o Diablo II.

Creo que Blizzard ha acertado con algunos cambios, pero al mismo tiempo pienso que el incremento de resistencia y de dureza de enemigos y jefes tiene un efecto ralentizador en la jugabilidad que de hecho ya vimos en Diablo III, y que tampoco terminó de gustar a todo el mundo. Ten claro que no te vas a encontrar con ese estilo de juego extremadamente rápido de Diablo II, porque Diablo IV parte de la base de Diablo III y la reinterpreta para hacerla todavía un poco más lenta.

4.-Está muy bien optimizado y es muy asequible

Diablo IV

Esto es algo que ya quedó patente cuando Blizzard confirmó los requisitos mínimos y recomendados de Diablo IV, pero no es lo mismo verlo sobre el papel que comprobarlo. Para jugar a la beta utilicé mi PC personal, que está compuesto de un Ryzen 7 5800X, 32 GB de DDR4 a 3.200 MHz, una GeForce RTX 3090 Ti y lo instalé en un SSD PCIe Gen3 x4.

Configurado en resolución 1440p, con calidad máxima y DLSS2 en modo calidad, registré una media de 285 fotogramas por segundo, y tuve picos máximos por encima de los 300 FPS que, en ocasiones, llegaron a acercarse a los 400 FPS. Os puedo confirmar también que a nivel de CPU tira más de IPC que de núcleos, y que con un chip de 4 núcleos y 8 hilos no tendréis ningún problema para jugarlo.

El SSD reduce enormemente los tiempos de carga y hace que no se produzcan interrupciones ni parones. Nuevas informaciones aseguran que será compatible, en su versión final, con la tecnología DirectStorage, algo que no está confirmado oficialmente, pero la información tiene bastante credibilidad, y desde luego sería una buena noticia, ya que si dicha tecnología se implementa correctamente los tiempos de carga serán prácticamente nulos.

A partir de un Core i5 serie 4000, Ryzen 3 serie 1000, 8 GB de RAM y una GeForce GTX 960 o Radeon R9 285 podrás jugarlo en 1080p sin problemas, siempre que ajustes la calidad gráfica en nivel medio para mantener una tasa buena y estable de fotogramas por segundo. La fluidez en este juego importa, y mucho, así que es mejor reducir calidad que bajar de 60  FPS, tenlo claro.

5.-Soporta NVIDIA DLSS, AMD FSR y tendrá trazado de rayos

Diablo IV

En la beta de Diablo IV se podía utilizar el DLSS2 y el FSR2. Ambas tecnologías recurren al reescalado para mejorar el rendimiento, pero lo hacen de una manera distinta. Para poder activar el DLSS2 necesitamos una GeForce RTX 2060 o superior, ya que esta tecnología utiliza los núcleos tensor y aprendizaje profundo para reescalar y reconstruir la imagen de forma inteligente.

El FSR2 carece de dicha aceleración y de ese lado inteligente, y obviamente los resultados que obtiene son inferiores tanto en calidad de imagen como de mejora a nivel de rendimiento, pero como contrapartida es compatible con muchas más tarjetas gráficas. Podemos utilizarlo, por ejemplo, con una Radeon RX 570, y también con una GeForce GTX 970.

Gracias a ambas tecnologías de reescalado es posible mejorar el rendimiento, y con el FSR2 podemos dar un soplo de aire a modelos con menor potencia y mejorar la estabilidad para mantener 60 FPS. En 1080p, lo ideal sería no bajar del modo calidad, y en 1440p no deberíamos ir más allá del modo equilibrado, ya que el modo rendimiento es muy agresivo y reduce mucho la calidad de imagen.

Os puedo confirmar que el FSR2 da algunos problemas y fallos gráficos, pero al tratarse de una beta imaginamos que estarán resueltos en la versión final. Y hablando de la versión final, esta será compatible con DLSS3 y la generación de fotogramas, lo que significa que podremos aumentar todavía más la tasa de FPS si contamos con una GeForce RTX 40, y además incorporará en un futuro trazado de rayos.

Con lo bien optimizado que está, y lo poco exigente que es a nivel de hardware en PC, está claro que el trazado de rayos será el que realmente dé algo de sentido a la utilización del DLSS y del FSR con tarjetas gráficas de gama media y gama alta, ya que consumirá una cantidad importante de recursos y reducirá notablemente el rendimiento, algo que podremos compensar con el DLSS y el FSR.

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