Toyota Corolla GR Sport, acuerdo
Money, it’s a gas Pink Floyd (The Dark Side of the Moon, 1973)
Abro los ojos a un techo desconchado y con manchas de humedad. Un ruido de motor se apaga. Es la tercera vez esta noche que me despierta un ruido imposible. Imposible porque vivo solo. Solo en esta casa que era de Fermín, el médico del pueblo. Sólo porque en este pueblo solamente vivo yo desde que hace seis meses se marchara Paco, el dueño del bar que fue el que me vendió esta casa. «Te vendo la casa de Fermín, pero es como si te vendiera el pueblo entero» me dijo dejando caer las llaves sobre mi mano. Y se marchó dejando tras de sí solamente el polvo que levantaron las ruedas de su furgoneta marrón. Me levanto de la cama apartando las sábanas. La cama cruje, en realidad las que crujen son las centenarias tablas del suelo. Me apoyo en el viejo aparador demasiado grande para la habitación para incorporarme. Me envuelvo en la sábana y cruzo descalzo el pasillo sintiendo el frío de las baldosas intermitentes que llevan a la puerta de atrás. En el patio está el coche de Fermín, consumido por la herrumbre, tapado con una lona cubierta de polvo, telarañas y algunos cascotes del techo del cobertizo. Sería un milagro que este coche me hubiera despertado. El viento sacude las ramas del roble de la plaza que puedo entrever entre los agujeros de la techumbre.
Puede que haya sido el ruido del viento el que me haya despertado. Puede que sea la soledad, esa que mis amigos de la ciudad me dijeron que me volvería loco. Esa soledad que sin embargo y aunque fuera la responsable de mis desvelos no cambiaría ahora por nada. Miro mi teléfono móvil para ver la hora. Es lo único que puede hacer por mi este carísimo sandwich de cristal, plástico y metal. Porque aquí no hay cobertura. Entonces escucho la campana. La campana de la iglesia que marca las cuatro. Esa campana que Paco me contó cómo la robaron hace quince años. Se la llevó un coleccionista decía. Pero están sonando. Salgo por la puerta de atrás y me acerco a la iglesia. Pero la torre del campanario sigue tuerta. La luna alarga las sombras de los árboles que han levantado los adoquines con sus raíces. Salgo del pueblo apresurando el paso iluminando con la linterna del móvil, que también sirve para eso. Poco a poco voy ganando la colina sorteando las parras fosilizadas que abandonara el cura a su suerte así como las pocas almas que quedaron cuando se marchó del pueblo. El la cima de la colina busco una raya de la pantalla estirando el brazo y moviendo el teléfono. Inútilmente. Bajo la mirada y veo cómo el pueblo de repente se llena de voces y de sombras.
Hace unos años Toyota decidió resucitar uno de sus modelos más míticos para competir en un segmento de mercado en el que la batalla es especialmente cruenta. El Corolla adoptó las mecánicas híbridas por las que es famosa el fabricante japonés con distintas variantes de carrocería para competir en un campo de juego en el que la electrificación se va convirtiendo cada vez en un factor más importante por lo que pronto se convirtió en protagonista gracias a la eficiencia de su propulsor y su etiqueta ECO.
Modelo analizado | Toyota Corolla |
Motor y acabado | 180H GR Sport |
Potencia | 184 CV (152 CV gasolina, 109 CV eléctrico) |
Velocidad máxima | 180 Kmh |
Aceleración o-100 | 8,1 s |
Largo/ancho/alto | 4370/1790/1435 mm |
Potencia máxima RPM | 184 CV 6.000 rpm |
Par máximo Nm/RPM | 202 Nm |
Caja de cambios | Automática CVT velocidades |
Web | https://www.toyota.es/ |
Precio | 27.800 euros |
Hemos tenido la oportunidad de probar varias versiones del Corolla, con la motorización original de 122 caballos, que se quedaba algo justa según el uso del coche, y la de 184 que ya empezó a mostrar más fielmente de lo que era capaz esta berlina japonesa. En esta ocasión hemos querido probar una variante del Corolla de cinco puertas con un acabado específico con aires deportivos que lleva la denominación GR que utiliza Toyota para identificar las versiones más extremas de sus modelos.
Retoques estéticos
Estéticamente esta variante se identifica en el exterior del coche por algunos elementos decorativos entre los que destacan un diseño distinto de la parrilla delantera en la que está oscurecida y tiene una moldura metálica nueva que le da un aspecto algo más agresivo. En los laterales destacan los nuevos faldones que subrayan el carácter dinámico del coche y unas llantas específicas para esta versión con un tamaño de 18 pulgadas en una combinación de colores negro / metálico muy atractiva.
En la parte posterior se ha cambiado el aspecto del difusor inferior con detalles en negro y moldura metálica además de las dos salidas de escape en los laterales en forma de cuadrilátero y también en color metálico. Encontramos por supuesto los identificadores de la versión en la parte posterior del coche. Por lo demás el aspecto del Corolla ya es bastante deportivo y aerodinámico por lo que esos pocos retoques le dan una agresividad que logra transmitir esa deportividad que busca el fabricante sin modificaciones demasiado ostentosas.
Cambios en el interior
En el interior los cambios también son mínimos, pero quizás el más importante es que se han cambiado los asientos por otros de tipo deportivo en los que destaca el aumento de la superficie de sujección lateral para lograr una mayor comodidad cuando se afrontan curvas a una velocidad alta. En cuanto a la comodidad están a la altura e incluso algo más que los que encontramos en los modelos de Corolla que henmos probado en otras versiones den este modelos.
Por supuesto hay detalles decorativos en el interior que diferencian a este GR de otras versiones, sobre todo en lo que respecta a las costuras en color rojo en la tapicería, la palanca de cambio o el salpicadero y el volante. El resultado es un interior algo más vistoso, sobre todo en lo que respecta al diseño de los asientos y las costuras, pero como pasa con el exterior del coche no se aleja demasiado de la estética del resto de la gama por lo que se queda en algunas pinceladas muy bien medidas.
En el resto de detalles encontramos las mismas características de habitabilidad que la de sus hermanos. Sigue siendo un coche más cómodo en las plazas delanteras que en las traseras, donde tanto por altura como por espacio para las piernas se queda algo justo con respecto a otros modelos. Es verdad que los asientos son cómodos y tienen un buen acolchado que les hacen aptos para viajes largos, pero no son demasiado indicados para pasajeros de cierta estatura.
Maletero algo escaso
En lo que respecta al maletero esta versión de 184 caballos ve reducida su capacidad con respecto a los modelos con la motorización menos potente por lo que la capacidad del mismo se queda en unos 313 litros que son algo justos sobre todo para viajes largos donde se necesite mucho equipaje o para el transporte de gran cantidad de bultos. Por otro lado se encuentra totalmente tapizado y con huecos para objetos muy prácticos así como un doble fondo donde podemos encontrar las herramientas y el kit antipinchazos.
En lo que respecta a las prestaciones como hemos adelantado esta versión del Toyota Corolla dispone del sistema de propulsión llamado 180H que rinde 184 caballos gracias a la combinación de un motor de explosión de 152 caballos y uno eléctrico de 109. Además de la potencia, con respecto a las versiones 120H la batería también tiene una capacidad mayor, esa es la razón de que el espacio en el maletero sea más reducido que en las versiones de menor potencia.
Prestaciones
Este propulsor de Toyota empuja con decisión desde bajas revoluciones, aunque no transmite sensaciones deportivas ni una percepción de aceleración demasiado alta. Las cifras del fabricante hablan de 7,9 segundos para pasar de 0 a 100, lo que no está mal pero más allá de las cifras es el tacto y las sensaciones la que mandan en un coche que es una variante deportiva. Las razones, además de la configuración de los propulsores, están en el tipo de cambio, de variador contínuo, que está más pensada para optimizar el consumo y una conducción suave y progresiva que para arrancar emociones.
Incluso en el modo Sport se nota que la caja de cambios hace que el motor se revolucione sin llegar a transmitir toda la potencia y no percibimos ese cambio de relaciones que podemos sentir en otros cambios automáticos. Aunque la combinación del sistema híbrido con el cambio de variador contínuo consigue unos buenos resultados en lo que respecta a los consumo, incluso en esta versión más potente, no consigue proporcionar potencia de forma rápida, un elemento importante para una conducción deportiva.
Aún así es posible, siempre en modo sport, conducir con bastante alegría y una vez acostumbrados al funcionamiento del cambio, obtener algo más de garra del comportamiento del coche. Y es que aunque hablamos de sensaciones, las prestaciones del coche son muy buenas y permite viajar rápido y de forma muy confortable con la eficiencia que ya hemos apuntado. No tendremos tampoco un rugido de motor emocionante, pero sí lograremos contaminar menos y exprimir más kilómetros a nuestra inversión de combustible.
Conclusiones
Este Corolla GR Sport es más una operación de cosmética para el eficiente y atractivo Toyota Corolla que una versión extrema del mismo. Los detalles estéticos casan muy bien con el diseño aerodinámico y moderno del coche y la elección de la motorización más potente disponible asegura unas buenas prestaciones que sean acordes con el logotipo que luce este modelo. Sin embargo no podemos esperar la garra y personalidad de una versión deportiva ya que esa no es la idea.
Este ejercicio de estética también entra en otros detalles más concretos como unos asientos deportivos para nada incómodos y bastante eficaces que son una aportación interesante a un interior cuidado al que le sigue faltando algo de espacio para que la vida de los pasajeros de la parte trasera sea más confortable, o un maletero algo más grande para poder afrontar los viajes largos y las tareas urbanas de transporte algo más llevaderas.
Consumos contenidos
Estética deportiva
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