Apple se enfrenta a otra demanda por obsolescencia programada
La obsolescencia programada es, sin duda, una de las mayores tomaduras de pelo que, por desgracia, en ocasiones tenemos que sufrir los usuarios. Y ojo, que entiendo que se pueda limitar de algún modo la vida útil de un dispositivo, pero siempre que sea:
- Cuando su funcionamiento va a dejar de ser fiable.
- Ajustado en base a datos reales de cada dispositivo, no solo estadísticas generales.
- Algo sobre lo que el usuario es explícitamente informado antes de realizar la compra.
Pondré un ejemplo: hace unos días hablaba con un amigo sobre problemas en discos duros mecánicos y en soportes SSD. A la mayoría nos ha ocurrido perder una buena cantidad de datos cuando uno de estos soportes ha fallado súbitamente, y en muchos casos esto se traduce en un problema importante. En estos casos, tiene todo el sentido del mundo que el dispositivo, ya sea con sus propios medios o con ayuda de software adicional, sea capaz de detectar de manera temprana los posibles fallos y, como medida de protección, active una cuenta atrás de usos tras la cual, para preservar los datos, ya no permita más operaciones de escritura.
La explicación más común de la obsolescencia programada es precisamente ésta, evitar al usuario problemas con el uso del dispositivo al que se le ha aplicado alguna limitación de este tipo. Pérdidas de fiabilidad, disminución del rendimiento y problemas similares deben ser prevenidos en la medida de lo posible, pero repito, de manera informada al usuario. Y es que en esos casos hablamos de una medida de seguridad, no de obsolescencia programada.
Aunque ha habido muchos casos de obsolescencia programada, uno de los más paradigmáticos es el de Apple con el iPhone 6 y las versiones de iOS. En un momento dado, concretamente tras una actualización del sistema operativo, los usuarios se encontraron con que el rendimiento de sus dispositivos se degradó de manera sustancial sin razón aparente. Al tratarse de un problema global, Apple terminó teniendo que admitir que había provocado dicho descenso de manera intencional.
¿La razón argumentada para ello? Mantener en esos dispositivos un equilibrio entre rendimiento y eficiencia. Y es que si iOS funcionaba en todo su esplendor en esos teléfonos «antiguos», estos sufrirían problemas relacionados tanto con su temperatura como con el consumo de batería. La mejor solución para los de Cupertino fue optar por reducir el rendimiento para evitar forzar los límites de los dispositivos. ¿Obsolescencia programada o protección del dispositivo del usuario? Se puede ver de las dos maneras. El problema es que, dado que Apple no informó de ello previamente, es inevitable pensar que tuvo más de lo primero que de lo segundo.
Así, son muchos los usuarios y muchas las entidades que consideran que sí, que fue un caso claro de obsolescencia programada y, en consecuencia, Apple está teniendo que transitar un largo periplo judicial que, aún pasados ya varios años desde el incidente, todavía no parece tener fin. Y la última muestra de ello es que, como podemos leer en TechCrunch, la asociación italiana de consumidores Altroconsumo ha presentado una demanda por obsolescencia programada contra Apple, por el modo en el que actuó reduciendo de manera velada el rendimiento del iPhone 6.
Esta es, por lo tanto, la tercera demanda a la que se enfrenta Apple en Europa a cuenta de la obsolescencia programada en relación con iPhone 6, iPhone 6 Plus, iPhone 6S y iPhone 6S Plus. La anteriores han sido planteadas en España, por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) y en Bélgica, y se espera una cuarta que se presentará próximamente en Portugal. Y eso a este lado del charco, porque recordemos que la compañía también se ha visto forzada a llegar a acuerdos para evitar el tener que pasar por los tribunales en Estados Unidos.
Y eso sin olvidar que hace cerca de un año, Apple fue sancionada con una multa de 25 millones de euros en Francia, así como a mostrar un comunicado al respecto durante un mes en su página web, en relación también con la limitación de rendimiento de los iPhones «antiguos». En esta demanda por obsolescencia programada, Altroconsumo pide 60 millones de euros en compensación, basada en al menos 60 euros de compensación promedio por cada propietario de los modelos de iPhone 6 y iPhone 6S afectados por la obsolescencia programada.
La entrada Apple se enfrenta a otra demanda por obsolescencia programada es original de MuyComputer
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