Mozilla desestima el programa de extensiones recomendadas para Firefox

Si eres usuario de Firefox y has instalado alguna extensión con la que potenciar las funcionalidades del navegador, seguro que te suenan las dos grandes categorías en las que Mozilla las distribuye: las recomendadas, aquellas que han sido analizadas manualmente por la compañía y el resto, en las que un mensaje te advierte de que «Mozilla no supervisa activamente la seguridad de este complemento. Asegúrese de confiar en él antes de instalarlo».

¿De qué depende que Mozilla las catalogue de una u otra manera? ¿Tal vez de la popularidad de dichas extensiones y del número de usuarios que las tienen instaladas? Pues no. Depende del criterio de la propia Mozilla, el cual no está nada claro. Así, hay extensiones que llevan el sello de recomendación de Mozilla a pesar de que solo las usan unos miles de usuarios, y las hay que que incluyen el mensaje ese de «úselo bajo su responsabilidad», aun cuando pueden tener millones de usuarios.

Hace unos meses que Mozilla lanzó el piloto de un nuevo programa «para ayudar a los desarrolladores a promocionar sus extensiones» en la tienda de complementos de Firefox, cuyo principal objetivo era el de «aumentar la cantidad de complementos que nuestro personal puede revisar y verificar como compatibles con las políticas de Mozilla». Esa es al menos la tesis oficial, según recuerdan en un artículo publicado en el blog de Mozilla que viene únicamente a certificar el fin de tal pretensión.

En otras palabras, el programa no ha superado su fase piloto y dejó de funcionar el pasado 21 de enero. ¿Por qué razón? Tampoco lo explican, pero son varias las consideraciones que justifican que ha sido la mejor decisión que podían haber tomado Mozilla. De hecho, esta ocurrencia nunca debería haber tenido lugar, pero la compañía sigue desesperaba por aumentar sus ingresos y este era un invento más en la misma línea, solo que no se trataba de un servicio dirigido a usuarios, sino a desarrolladores.

En efecto, el «programa de extensiones recomendadas» tenía la intención de cobrar a los desarrolladores para que Mozilla realizase una comprobación manual de sus extensiones, y en el caso de resultar en positivo, darles visibilidad en la tienda y recomendarlas como seguras y, se entiende, útiles. Un programa que, sin embargo, presentaba agujeros de concepción bastante serios. De ahí que sostenga que su cierre prematuro es lo mejor que podía pasar, con la excepción de no haberlo iniciado nunca.

Extensiones de firefox

Arriba una extensión recomendada con miles de usuarios, abajo una con millones de usuarios de la que «Mozilla no supervisa activamente la seguridad»

Los motivos son varios: en primer lugar, la gran mayoría de desarrolladores independientes no ganan nada con sus creaciones, más allá de alguna donación ocasional. Ergo, no van a invertir en promocionar algo que ya les consume su tiempo. Por el contrario, quienes sí tienen la posibilidad de promocionar sus extensiones a base de billetes son las empresas y, de haberse llevado adelante la iniciativa, el panorama se habría torcido rápidamente.

Hay que tener en cuenta también que hay grandes compañías que no necesitan que Mozilla avale sus extensiones, porque sus usuarios las van a instalar sí o sí. Un ejemplo: Evernote no va a pagar a Mozilla para que le dé el ‘aprobado’ a su extensión porque no lo necesita. O sea que de ahí no iban a sacar nada. Y aunque Mozilla podría haber puesto condiciones leoninas para no promocionar extensiones mediocres, si les pones trabas a los que están dispuestos a pagar, al final no paga nadie.

Hay también consideraciones de carácter técnico, y es que no es lo mismo analizar una extensión sencilla con unas decenas de líneas de código que una más compleja, basada en varias bibliotecas y con cientos o miles de líneas de código. ¿Hubiesen aplicaciones diferentes tarifas en función de la complejidad de cada extensión? Mejor no entrar en ello, porque suena muy raro.

Así las cosas, todo se queda como estaba, lo cual no está mal: serán los usuarios quienes tengan que valorar qué se instalan y cómo verifican la legitimidad de cada complemento. En este sentido, los consejos para evitar las extensiones fraudulentas son las mismas para Firefox que para Chrome y la aportación que pueda hacer Mozilla no tiene mayor importancia. Otro tema es el criterio de la compañía no para recomendar extensiones, sino para al menos analizarlas, incomprensible a todas luces.

Por lo demás, Mozilla sigue intentando recuperarse del que ha sido el peor año de su historia, con una constante pérdida de cuota de mercado de Firefox, despidos masivos y reacciones que nadie esperaba. A este respecto, hace poco que su servicio de VPN llegó a Windows y Mac, si bien la competencia que existe en el sector no parece que vaya a reportarles grandes beneficios.

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