Doce cosas que no debes hacer al montar un PC
Lo tienes claro, quieres montar un PC en cuanto la situación actual se normalice y los precios de las tarjetas gráficas vuelvan a unos niveles razonables. Ya tienes una idea aproximada de la configuración que vas a utilizar, crees que todo está bien, y tienes una base mínima para poder montarlo por ti mismo, ¿pero estás seguro de que no has cometido ningún error?
Precisamente, la mayoría de los errores que se producen al montar un PC tienen lugar en la fase previa de elección de componentes, y están motivados por causas muy diversas que van desde errores en las medidas hasta incompatibilidades «inesperadas». También debemos tener en cuenta que ciertos montajes son muy sencillos, pero otros pueden acabar dándonos muchos quebraderos de cabeza.
Lo vamos a entender mejor con un par de ejemplos. Piensa en lo fácil y simple que sería montar un PC con una APU Athlon 3000G, 16 GB de RAM y un SSD económico. El proceso sería muy fácil, sobre todo si no utilizamos ningún tipo de sistema de iluminación LED RGB, ni ventiladores adicionales. Ahora piensa en todo lo contrario, imagina un PC para gaming con una configuración de gama alta, nueve ventiladores con RGB, varias unidades de almacenamiento y un kit AIO de refrigeración líquida. Tendríamos muchas más cosas que montar, y que conectar.
La conclusión que podemos sacar de esos ejemplos es que cuantos más componentes vayamos a utilizar para montar un PC más complejo será el proceso, más tiempo tendremos que invertir, y más cuidado deberemos tener, ya que habrá más riesgos de que algo pueda salir mal.
Hoy en día podemos encontrar multitud de tutoriales y de vídeos de ayuda con guías paso a paso, pero a pesar de todo, aún se comenten con frecuencia algunos errores importantes a la hora de montar un PC, tanto en la fase previa de elección de componentes como en la de montaje de aquellos, y por eso quiero compartir con vosotros esta guía, donde vamos a analizar doce errores frecuentes a la hora de montar un PC.
1.-Gastar demasiado dinero en uno o varios componentes al montar un PC
Tenemos tendencia a pensar que lo más caro siempre va a ser lo mejor, pero nada más lejos de la realidad. Es verdad que si nos limitamos a valorar la potencia bruta o las prestaciones de un componente, un modelo más caro siempre será mejor que otro, pero si lo enfocamos desde una perspectiva de valor precio-rendimiento la cosa cambia, y mucho.
Piensa, por ejemplo, en el valor precio-rendimiento que ofrecen las RTX 3090 y RTX 3080. La primera es la tarjeta gráfica más potente del mercado, pero cuesta 1.549 euros, mientras que la segunda tiene un precio recomendado de 719 euros. Como vemos, la RTX 3090 cuesta más del doble que la RTX 3080, pero solo rinde, de media, un 10% más.
El ejemplo que os he dado en el párrafo anterior se extiende también a otros componentes, como procesadores, memoria RAM, unidades SSD y placas base. Distribuir nuestro presupuesto de forma equilibrada será fundamental para montar un PC capaz de ofrecer un buen rendimiento, sin cuellos de botella importantes y bien ajustado a nuestras necesidades reales.
Consejo: lo más caro nunca es la mejor opción, y tampoco la más inteligente, tenlo en cuenta antes de elegir los componentes que vas a utilizar para montar tu PC, y valora con cuidado todas las opciones que tienes antes de lanzarte. Recuerda que, además, los componentes de PC se devalúan de forma notable cuando llega al mercado una nueva generación, lo que hace que las gamas medias-bajas, gamas medias y gamas altas «económicas» suelan ser las mejores opciones, ya que acusan menos esa bajada de precios.
2.-Errores en las medidas al montar un PC: espacio insuficiente y componentes que no caben
Es todo un clásico. Imagina la escena, recibes todos los componentes en casa y te dispones a montar tu PC. Colocas la placa base con la CPU, la RAM y el bloque del kit AIO de refrigeración líquida ya montados, instalas el radiador y los ventiladores en el frontal, y poco después te das cuenta de que la tarjeta gráfica no cabe, puesto que choca con el radiador. Si tienes suerte, quizá puedas colocar el radiador en la parte superior del chasis, pero si no es así, tendrás un serio problema.
He puesto ese ejemplo porque es uno de los más habituales, pero no es el único. A lo largo de los años he visto de todo, desde ventiladores para la CPU que chocan con la tapa del chasis por ser demasiado altos hasta configuraciones en las que, directamente, no cabe la placa base porque el usuario ha comprado una caja que solo admite el formato micro-ATX, y está intentando montar una placa base ATX.
Antes de ponerte a comprar componentes a lo loco para montar tu PC párate un momento a pensar en las medidas. Comprueba que el chasis que has elegido puede albergar todos los componentes que quieres instalar, ventiladores incluidos, y asegúrate de que nada generará bloqueos ni interferencias una vez que te pongas a montar tu PC. En este sentido quiero hacer una mención especial a la altura de la RAM que vayas a utilizar, ya que es uno de los puntos que más se suelen pasar por alto, y que más problemas puede acabar dando.
Consejo: si no tienes cuidado con el espacio interno directamente no podrás, ni siquiera, terminar de montar tu PC. Ten en cuenta que, incluso aunque puedas llegar a montarlo, si el espacio interno queda muy justo puede que el flujo de aire no sea bueno, y que esto afecte a las temperaturas de trabajo. El espacio también afectará a las posibilidades de ampliación de tu PC, así que elige siempre una caja lo bastante grande como para albergar cómodamente todos los componentes que vas a utilizar.
3.-Elegir componentes inadecuados o incompatibles
Este punto tiene cosas en común con el anterior, ya que podríamos considerar como incompatibles componentes que no encajan en determinados espacios, pero en realidad vamos un paso más allá y hablamos de una incompatibilidad más profunda, ya sea por cuestión de plataforma, de conectores o de alimentación.
Podríamos poner muchos ejemplos, pero el más frecuente a día de hoy es aquel en el que se intenta montar un procesador en una placa base que no es compatible, o que no está debidamente actualizada para soportarlo, y por tanto podríamos acabar en un punto muerto, salvo que la placa soporte actualizaciones de BIOS mediante una unidad USB.
También hay casos de componentes que, aun siendo compatibles, no son para nada adecuados. También hay muchos ejemplos: montar una tarjeta gráfica de alta potencia con una fuente de alimentación muy limitada, utilizar un procesador de alto rendimiento con una placa base de gama baja cuyo VRM es muy flojo o utilizar memoria RAM DDR4 a 3.600 MHz en una placa base limitada a 2.666 MHz.
Consejo: es importante que te asegures de que todo lo que vas a utilizar para montar tu PC es compatible, y que además, va a poder trabajar, en conjunto, de forma óptima. Si montas, por ejemplo, una RTX 3080, piensa que vas a necesitar una fuente de alimentación de alta calidad, y si quieres utilizar un Ryzen 9 5950X ten en cuenta que necesitarás una placa base compatible y con un buen VRM.
4.-Montar la placa base demasiado pronto
Aunque no lo parezca, puede acabar siendo problemático. Cuando empezamos a montar un PC, es recomendable seguir un cierto orden para no ponernos las cosas más difíciles de lo que ya son. Personalmente, recomiendo montar siempre todo lo que podamos fuera del chasis, es decir, «cargar» la placa base con todo lo que podamos antes de tener que introducirla en la caja.
Normalmente, es posible montar el procesador, el sistema de refrigeración, la memoria RAM y las unidades SSD M.2 antes de introducir la placa base en el chasis. Si te limitas a montar la CPU e introduces directamente la placa base, tendrás que seguir trabajando desde dentro con un espacio más limitado, o puede que tengas que retirarla y volver a montarla si el sistema de refrigeración que vas a utilizar necesita de un sistema de sujeción específico que debes acoplar a la parte trasera de la placa base.
Puede ser incómodo y hacernos perder tiempo, así que antes de montar la placa base, ten claro que es mejor que intentes «llenarla» con todos los componentes posibles, siempre que estos no vayan a interferir con otros pasos posteriores, o no que no tenga sentido dejarlos montados tan pronto. Uno de los mejores ejemplos lo tenemos en la tarjeta gráfica, que podemos dejar sin problemas para la etapa final.
Consejo: agota al máximo las posibilidades de montar componentes en la placa base antes de introducirla en el chasis, ahorrarás tiempo y será más cómodo.
5.-Saltarte el orden de montaje de algunos componentes
Es un error que está vinculado al punto anterior, y que también es muy frecuente a la hora de montar un PC, sobre todo en aquellos casos en los que el usuario no tiene experiencia previa, o esta es muy limita. Los profesionales dedicados al montaje de PCs suelen tener una rutina de montaje perfectamente definida en la que parten normalmente, de lo que os explicamos en el punto anterior.
Así, lo ideal es seguir un orden a la hora de montar un PC que puede partir de la siguiente base: montar el procesador, el sistema de refrigeración, la memoria RAM y las unidades SSD M.2 en la placa base, introducirla en el chasis, montar ventiladores y radiadores, continuar con unidades de almacenamiento, fuente de alimentación, realizar las conexiones y gestionar el cableado.
Si empiezas a montar un PC de una manera desordenada, o sin tener predefinido al menos un patrón básico, hay muchas más posibilidades de que acabes perdiendo tiempo, y de que cometas otros errores importantes.
Consejo: antes de empezar a montar un PC, define un plan de trabajo. Ten claro qué debes hacer, por dónde vas a empezar y cómo vas a terminar el montaje.
6.-No gestionar bien el cableado
La gestión del cableado no siempre ha sido considerada como algo imprescindible a la hora de montar un PC, de hecho en los PCs de la década de los noventa era normal encontrar una maraña de cables (¿alguien dijo cables IDE?) que afeaban mucho el interior del equipo, aunque por suerte este no era visible, y tampoco tenía un impacto real en las temperaturas de trabajo.
Con el paso del tiempo la importancia del cableado ha ido creciendo enormemente, no solo por el impacto que tiene a nivel estético, sino también porque puede interferir con ciertos componentes, reducir el flujo de aire y contribuir a que se produzca una elevación considerable de las temperaturas de trabajo.
Si vas a montar un PC, ten en cuenta que debes gestionar bien el cableado. Ordenador te ayudará a conseguir una estética más atractiva, mejorará el flujo de aire y facilitará futuras ampliaciones y actualizaciones, ya que cada cable estará debidamente ordenado, y acceder a él será más fácil. Es un esfuerzo que, al final, merece mucho la pena.
Consejo: según vayas montando tu PC ve fijándote en los espacios que tiene tu caja para poder pasar los cables, y una vez que empieces a conectar cosas no tengas prisa, busca la mejor ruta de acceso y tómate tu tiempo. Si utilizas una fuente modular, conecta solo los cables que vayas a necesitar.
7.-Componentes desequilibrados: Houston, tenemos un cuello de botella
Ya hemos hablado en varias ocasiones de los cuellos de botella. En esta guía vimos los tipos más importantes que existen, y descubrimos cómo pudimos evitarlos. Es un tema muy manido, pero por desgracia sigue dando pie a errores importantes que están motivados, principalmente, por mitos y malos consejos de gente que cree saber mucho del mundo del PC, pero que en realidad se encuentra en una situación totalmente opuesta.
Cuando tenemos un presupuesto ajustado para montar un PC es normal desequilibrar un poco los componentes. Esto no tiene por qué ser malo, siempre que se mantenga dentro de unos mínimos razonables. Por ejemplo, si vamos a montar un PC gaming y tenemos un presupuesto de 1.000 euros, sería perfectamente normal comprar un procesador como el Core i5 10400F, que cuesta 139 euros, y acompañarlo de una RTX 3060 Ti, cuyo precio es de 419 euros. Con ese procesador no tendríamos un cuello de botella, a pesar de que el gasto en cada componente parece indicar lo contrario.
Sin embargo, con ese mismo presupuesto, no tendría sentido montar un PC con una RTX 3080, que cuesta 719 euros, y acompañarla de componentes de gama baja. Tendríamos un desequilibrio muy marcado, y muy grave.
Consejo: al final cada usuario es un mundo, y por ello debe afinar la elección de componentes en función no solo de su presupuesto, sino de lo que vaya a hacer con el equipo que va a montar. No está mal invertir más en un componente, siempre que dicho componente sea clave para conseguir una buena experiencia con las aplicaciones que vas a utilizar, pero no descuides nunca en exceso el resto de componentes.
8.-Descuidar la fuente de alimentación: los vatios no lo son todo
Es algo que, por desgracia, sigue siendo muy común a la hora de montar un PC. He visto equipos para gaming con un presupuesto de 1.000 euros acompañados de fuentes de alimentación de 15 o 20 euros, y montajes de equipos superiores, con un presupuesto enorme, que incluyen fuentes de 30 o 40 euros.
No me entendáis mal, el precio tampoco determina por sí solo que una fuente sea o no la adecuada para montar un PC concreto, pero es evidente que si hablamos de un PC de mil euros con una fuente de 15 euros hay algo que no cuadra. La fuente de alimentación es la encargada de suministrar la energía que necesita cada componente para funcionar. Si esta falla, todo falla, así que debemos darle la importancia que merece.
El valor de una fuente de alimentación no se define únicamente por los vatios que ofrece, sino por su calidad de construcción, por el amperaje que alcanza y por la certificación de eficiencia que tiene. Así, una fuente de 600 vatios que cueste 15 euros puede ser mucho peor que otra que tenga una potencia de 500 vatios y cueste 60 euros. Si necesitas más información sobre este tema, no te pierdas nuestra guía dedicada a fuentes de alimentación.
Consejo: antes de elegir la fuente de alimentación ten claros los conectores, los vatios y el amperaje que va a necesitar tu equipo, y compra siempre un modelo que tenga una calidad de construcción mínima y una certificación de eficiencia 80 Plus Bronce o superior.
9.-Aplicar mal la pasta térmica: mucho cuidado
Como sabrán muchos de nuestros lectores, la pasta térmica es el elemento de contacto que permite que la transferencia de calor entre la CPU y el sistema de refrigeración que vamos a montar se produzca de forma óptima. Si no utilizásemos pasta térmica, la transferencia entre la base de contacto de cobre y el IHS del procesador será ridículamente ineficiente.
Aplicar bien la pasta térmica es fundamental para la correcta refrigeración de la CPU, pero también puede acabar dándonos problemas con otros componentes si no tenemos cuidado al aplicarla. No es habitual, pero he visto casos de gente ha querido aplicar la pasta térmica sobre el bloque de contacto de cobre, en lugar de sobre el procesador, y ha acabado manchando de pasta térmica el socket de la placa base. Esto puede tener consecuencias desastrosas, y supone un riesgo absurdo que no debemos correr.
La calidad de la pasta térmica también puede influir en la refrigeración, y en muchos casos determina su vida útil, es decir, el tiempo que tardará en empezar a degradarse y a perder capacidad de transferencia de calor. A partir de ese momento, deberemos cambiarla.
Consejo: compra pasta térmica de calidad media y aplícala directamente sobre el IHS del procesador, con cuidado de que esta no caiga en la placa base ni en otros componentes. No es necesario que apliques mucha cantidad, con una bola del tamaño de un guisante en el centro del IHS del procesador será suficiente. Una vez que instales la base de contacto del sistema de refrigeración, dicha bola se aplastará y se extenderá sobre todo el IHS de forma óptima.
10.-Instalar los ventiladores con la orientación equivocada
Es un error muy frecuente a la hora de montar un PC, y puede acabar dándonos un enorme quebradero de cabeza si nos damos cuenta cuando ya hemos completado la gestión del cableado y hemos dado por terminado el montaje del PC. Tendremos que desmontar y volver a montar, y puede que tengamos que deshacer parte de la gestión del cableado.
Los ventiladores funcionan de una manera muy sencilla, giran con una orientación concreta que determina hacia dónde dirigen el flujo de aire. Si colocamos un ventilador con una orientación equivocada, este estará haciendo su trabajo al revés, y esto podría darnos serios problemas de temperatura, sobre todo en zonas calurosas.
Piensa, por ejemplo, en lo que ocurriría si colocas un ventilador para que meta aire en lugar de sacarlo. Estará trabajando en sentido contrario al flujo de aire que querías crear, y esto impedirá que el aire caliente salga correctamente de la caja. También cabe la posibilidad de que coloquemos los ventiladores como queríamos, pero que no hayamos tomado la decisión correcta. Por ejemplo, cuando ponemos el radiador de un kit de refrigeración líquida en la parte superior del chasis, lo ideal es que los ventiladores de este saquen el aire caliente, y no que trabajen metiendo aire.
Consejo: ten claro cómo trabajan los ventiladores que vas a colocar antes de montar un PC, y piensa en el flujo de aire que quieres crear. Lo ideal es, por regla general, que los ventiladores delanteros metan aire, y que los superiores y el trasero saquen aire.
11.-Colocar mal la memoria RAM y no aprovechar el doble canal
También es muy frecuente, aunque este es un error que solo podemos cometer al utilizar dos módulos de memoria RAM en placas base con cuatro ranuras, ya que si utilizamos cuatro módulos estaremos ocupando todas las ranuras disponibles y el modo de doble canal se activará sí o sí.
El modo de doble canal permite a la memoria acceder a un bus de 128 bits, mientras que en canal único tendríamos un bus de 64 bits. Esto mejora el rendimiento de forma notable, y es fundamental para aprovechar de forma óptima procesadores con una alta dependencia del ancho de banda de la memoria RAM, como los Ryzen. También influye mucho en el rendimiento de las GPUs integradas, ya que estas carecen de memoria gráfica dedicada y utilizan la RAM del sistema.
Si nuestra placa base tiene dos ranuras para memoria RAM no hay problema, podemos colocar directamente los dos módulos y activaremos el doble canal. Si tiene cuatro ranuras, debemos consultar el manual de la placa base para ver en qué ranuras debemos colocar esos dos módulos para activar el doble canal. Normalmente, es necesario colocarlos en ranuras alternas (por ejemplo, ocupar la ranura 1 y 3).
Consejo: aunque la regla general es ocupar ranuras alternas, consulta el manual de tu placa base para estar totalmente seguro de cómo debes instalar la memoria RAM para activar el doble canal. Algunos fabricantes diferencian por colores, de manera que deberías instalar los módulos en las ranuras del mismo color, o por letras y números.
12.-Olvidar algún conector importante al cerrar el chasis
Terminamos con otro de los errores más habituales, y de los más molestos, ya que en algunos casos puede acabar por arruinarnos la gestión del cableado, e incluso obligarnos a desmontar y a volver a montar ciertos componentes.
Cuando vamos a un montar un PC, la complejidad del cableado, y de los conectores, que tendremos que gestionar dependerá de los componentes que vayamos a utilizar. Por ejemplo, no requiere las mismas conexiones un kit de refrigeración líquida AIO con iluminación LED RGB y tres ventiladores sobre un radiador de 360 mm que un simple radiador de aluminio con base de cobre y un ventilador colocado para enfriar la CPU.
Si para montar un PC utilizamos, además, muchos ventiladores con iluminación LED RGB, la cantidad de cables y de conectores aumenta, y lo mismo ocurriría si añadimos conjuntos de tiras LED RGB. Montar un PC puede ser rápido y simple cuando nos limitamos a los componentes básicos, o relativamente complicado si añadimos más elementos.
Por lo general es complicado equivocarnos a la hora de conectar los componentes más importantes, ya que los conectores solo entran en espacios concretos y se identifican fácilmente, pero con los conectores LED RGB y los ventiladores es más fácil que haya olvidos y despistes al montar un PC.
Consejo: ve revisando las conexiones de cada componente sobre la marcha, sobre todo antes de entrar a gestionar el cableado para dejarlo debidamente recogido. Antes de cerrar el chasis y de conectarlo, revisa los conectores más importantes, y asegúrate de que están bien apretados.
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