Škoda Citigo iV, deducciones
«Hay personas que no buscan algo lógico, como por ejemplo el dinero. No se les puede comprar ni amenazar, ni se puede razonar o negociar con ellas. Algunas personas sólo quieren ver arder el mundo.» Alfred Pennyworth (El caballero oscuro, 2008)
«¿Sabe qué?» dijo el desconocido en voz alta a modo de presentación «nunca he entendido a la gente que tiene aversión a las arañas». Era un tipo bajito con unas gafas profundas como el fondo de una botella de ron, tan sucias como su pelo, tan descuidadas como su camisa de manga corta salpicada con medias piñas abierta en el pecho mostrando un pelo negro y espeso que escaseaba en su cabeza. Con un gesto de la mano y elevando las cejas por encima de la montura indicó el taburete que descansaba junto al mío pegado a la barra. Lo agarró antes de que pudiera dibujar un gesto aceptando su compañía. Me colgué de mi gin tonic y miré al frente esperando mostrarme lo suficientemente aburrido como para que me abandonara lo más pronto posible. No era un buen día para mi pero hacía tanto que no tenía uno de esos… «Eso es» dijo encaramándose al taburete «me gustan las arañas».
El ruido de los hielos acompañó un largo trago que culminó agarrándome del brazo «las arañas» repitió «tardan un mínimo de cinco horas en tejer su tela y cuando han terminado buscan un rincón discreto y esperan, esperan…. esperan». Con la mano derecha cargada con los restos de su escocés on the rocks el desconocido subrayaba con gestos sus afirmaciones mientras yo me mantenía en una educada indiferencia sin perder la esperanza de vencer su paciencia. «¿De verdad?» se me escapó sin embargo dando alas a su conferencia. «Eso es» dijo acercándose demasiado «y no son bichos que vivan demasiado. Una araña común aproximadamente un año. Y aún así esperan.» dijo dando un golpe sobre la mesa que me hizo girar la cabeza «y cuando algo agita las delicadas hebras de su trampa» dijo mirándome a los ojos y cambiando el tono de voz por uno gélido y siniestro «salen raudas de su escondite y… ya está».
En muchos aspectos uno de los pilares del auge de la movilidad eléctrica es apoyarse en la lógica. Se trata, entre otras cosas, de moverse con vehículos más eficientes desde el punto de vista energético y con un impacto menor en el medio ambiente. Los automóviles basados en motores de explosión también han emprendido este camino (quizás forzados por la legislación) con filtros antipartículas, diseños más eficientes, sistemas de hibridación con electricidad o con gas… pero parten con la desventaja de un sistema de propulsión que desperdicia una parte importante de la energía y emite gases a la atmósfera cuando está en funcionamiento.
Ficha técnica del Skoda Citigo iV
Pero siguiendo el hilo de la lógica uno de los puntos más importantes si se quiere ser estrictos es el uso que se le va a dar al coche. En la actualidad es evidente que salvo raras excepciones (como constituye Tesla con su amplia autonomía y red propia de cargadores rápidos) los coches eléctricos son menos adecuados para realizar largos viajes si no se hace una correcta planificación y en ese caso su duración se alarga con respecto a un viaje con un coche de combustión.
Por eso muchos expertos afirman que la revolución del coche eléctrico debe empezar por las ciudades en las que una autonomía reducida no supone un problema y en las que se nota de forma mucho mayor el beneficio de que el vehículo no emita gases contaminantes. Sin embargo la llegada de coches eléctricos curiosamente no ha visto un amplio catálogo de utilitarios y desde luego los precios de los mismos no se han adaptado al concepto de coche práctico y barato que suele acompañar a esta categoría.
Más utilitarios eléctricos
Esto ha ido cambiando en los últimos meses con el lanzamiento de varios modelos de fabricantes como Volkswagen, Honda y otros que han vuelto a la lógica y ofrecen coches eléctricos compactos con unos precios que ya se pueden considerar asequibles, sobre todo si les restamos las subvenciones que parece estar dispuesto a conceder el gobierno. Son coches que al no tener que mover una gran masa de carrocería y sobre todo de baterías que sí necesitan eléctricos de mayor tamaño pueden ajustar costes y simplificar su fabricación.
Para ser justos hay que mencionar a algunos pioneros de utilitarios eléctricos como el Twizzy de Renault o el Citröen C-Zero / Peugeot iOn de PSA que nunca llegaron a triunfar quizás con la excepción del Zoe. En nuestras manos pudimos tener uno de los exponentes de esta nueva generación «lógica» del grupo Volkswagen: el Citigo iV de Skoda, que según la información que hemos podido recabar es mecánicamente idéntico a las otras dos opciones de utilitario eléctrico que ofrece el grupo Volkswagen: el Seat Mii Electric y el Volkswagen e-Up!.
Ya tuvimos ocasión de probar el utilitario de Skoda en su versión con motor de explosión de 75 caballos de gasolina y exteriormente es idéntico, con una carrocería que recuerda la de un monovolumen por su altura. El diseño exterior mantiene ese aire de familia en la parrilla de la parte delantera así como en los grupos ópticos y el toque de originalidad en los grupos ópticos traseros que se alargan verticalmente a los lados del amplio portón posterior.
Detalles
Los detalles que lo distinguen como versión eléctrica son muy pocos: las llantas que tienen un diseño especial y la identificación del modelo en la carrocería que por otro lado es muy discreta. También distinto es el diseño de la parrilla cuya rejilla está parcialmente tapada con un elemento del color de la carrocería así como la entrada de aire a la altura del spoiler anterior que también tiene un diseño distinto a la del Citigo de motor de explosión al no necesitar tanta refrigeración y por tanto tanto flujo de aire.
En el interior encontramos todas bondades que resaltábamos en el Citigo de gasolina. El acceso al interior es muy cómodo gracias a las puertas de diseño amplio y a la altura del coche y las plazas, tanto traseras como delanteras, tienen una altura considerable lo que permite acomodar a personas de buena estatura. Como es costumbre en Skoda encontramos unos acabados de buen nivel para la categoría del coche y el tacto de los materiales es bueno.
En esta versión se ha mantenido el escueto display de información monocromo de la versión anterior que en este caso permite mostrar cierta información del funcionamiento del sistema eléctrico del coche así como otra información básica. En otros elécticos la información es más abundante y se ha optado por una pantalla mayor tanto para proporcionar mejor la información como para dar un toque más «tecnológico» al coche, pero en este caso Skoda ha preferido mantener la austeridad del panel del Citigo original.
Soportes
Encima del salpicadero volvemos a encontrar el imponente soporte para móvil de la versión de gasolina que deja bien claro qué complemento considera como indispensable el fabricante checo. Justo detrás del soporte encontramos la conexión USB para el dispositivo. Una vez conectados podemos utilizar el sistema Android Auto o Apple Car Play para compensar las carencias del sistema de información y entretenimiento del coche con aplicaciones de navegación o reproducción de música.
Además Skoda proporciona una aplicación llamada «Move and fun» que además de otras características de funcionamiento del coche permite recibir mayor información del funcionamiento del sistema eléctrico del coche como gráficas de recuperación de energía, autonomía, mapa con puntos de carga, programación de la recarga por horarios y días de la semana y otras que completan el sistema de información del coche.
Maletero intacto
Hay que reseñar que gracias al diseño del coche el maletero no ha perdido nada de su capacidad y permite cargar hasta 250 litros que podemos aumentar hasta los 930 litros si abatimos la fila de asientos posterior. Todo un logro para un coche tan pequeño que además tiene que encontrar espacio para las baterías. Por otro lado el amplio portón facilita mucho las labores de carga, aunque hay que tener en cuenta que no dispone de mucha profundidad pero sí de una buena altura.
En cuanto a la parte mecánica este Citigo dispone de un motor eléctrico de 83 caballos que entrega además un par motor de 210 Nm. Las baterías suman un total de 36,8 kWh lo que según el ciclo de pruebas WLPT le proporciona una autonomía de 260 kilómetros, más que suficiente para recorridos urbanos y compatible con algún viaje corto e incluso algo más largo si tenemos en cuenta la disponibilidad de cargadores en nuestro trayecto.
El sistema de propulsión y el cambio tienen un funcionamiento muy parecido al del Volkswagen e-Golf que también tuvimos ocasión de probar. El funcionamiento en ciudad es impecable y esos 83 caballos, como es habitual en los eléctricos, parecen muchos más cuando arrancamos de parado o aceleramos cuando vamos a velocidades bajas lo que junto al tamaño compacto del coche le hacen ideal para caracolear por el tráfico de las ciudades con sorprendente agilidad.
Recuperación
Al igual que en el e-Golf podemos elegir distintos niveles de recuperación así como el nivel máximo marcado como modo B desde la palanca de cambios. También podemos elegir distintos modos de funcionamiento del sistema de mayor a menor consumo de energía: normal, eco o eco+. Según vayamos seleccionando se limitará el uso del climatizador y en el de más ahorro de energía también tendremos limitada la potencia del motor y la velocidad máxima.
Aunque su hábitat natural es sin duda la ciudad nos aventuramos a sacar el pequeño Skoda a la carretera y las sensaciones han sido sorprendentes. El fabricante checo ya había dotado al Citigo de cierto aplomo para circular por carreteras con curvas poco frecuente en coches de esta categoría, pero la presencia de un centro de gravedad mucho más bajo gracias a la batería colocada debajo entre los dos ejes del coche hace que el coche se comporte de forma sorprendentemente estable en curva.
Este comportamiento por el centro de gravedad bajo es común en todos los eléctricos pero es especialmente sobresaliente en un coche de tamaño tan pequeño y tan relativamente alto como este pequeño Skoda. Además el buen comportamiento del motor eléctrico hace que este Citigo sea muy divertido y seguro de llevar en carretera. Eso sí, tendremos que tener en cuenta que un ritmo alegre penalizará los consumos aunque la autonomía en principio es suficiente.
El proceso de carga se realiza mediante un conector Tipo 2 y puede realizarse carga por enchufe normal, tardando unas 12 horas en completarse, hasta 7,2 kWh y 4 horas de tiempo en carga semirrápida y 60 minutos en carga rápida de corriente continua. Además Skoda ofrece, en el momento de escribir el artículo, una promoción para la instalación del punto de carga en nuestro domicilio con precios muy competitivos.
Conclusiones
El Citigo es un coche ideal para mostrar las bondades de la electrificación. Es relativamente asequible, sobre todo tras subvenciones y si tenemos en cuenta el ahorro por kilómetro tanto de gasto de combustible como de mantenimiento así como otros factores como aparcamientos regulados en ciudades etc. Tiene un tamaño ideal para la ciudad sin renunciar a una buena habitabilidad y espacio suficiente en el maletero para incluso hacer un pequeño viaje.
Lo que no pensábamos sinceramente es que este Skoda iba a ser tan divertido de conducir y eso es un punto a favor para este pequeño utilitario que muestra un inusitado aplomo en curva. La mecánica es sencilla y más que probada lo que también es otro punto interesante. Quizás Skoda podría haber aprovechado para dotar al coche de un display más amplio para dar más información, pero como hemos apuntado es una carencia que podemos suplir sin ningún problema con nuestro propio Smartphone.
Soluciones prácticas propias de Skoda
Excelente comportamiento en curva considerando el tipo de coche
Sistema de información muy básico
La entrada Škoda Citigo iV, deducciones es original de MuyComputer
Comentarios
Publicar un comentario