Intel presenta buenos resultados financieros, pero retrasa el lanzamiento de sus procesadores de 7 nm
La llegada al mercado de los procesadores de 7 nm de Intel se retrasarán seis meses más, según anuncio de la compañía en la presentación de unos resultados financieros trimestrales que a pesar de ser bastante buenos con importante aumento de ingresos y beneficios no han evitado una caída de las acciones del 6% en las operaciones fuera de mercado.
Los procesadores de 7 nm de Intel se retrasan de nuevo, acumularán al menos 18 meses sobre la fecha inicial de lanzamiento y no estarán disponibles hasta finales de 2022 o 2023. El CEO de Intel, Bob Swan, dice que el retraso se debe a un defecto que la compañía identificó en el proceso de fabricación y que afectaba al rendimiento de los chips.
La compañía ha iniciado un plan de contingencia que implicará el uso de terceros fabricantes para poder cubrir la demanda y los repetidos retrasos en el suministro de CPUs para PCs por los que la compañía se disculpó a finales de 2019. Intel lleva años «atascado» en la transición a los procesos tecnológicos de fabricación de 10 nm y seguramente de ahí deriven muchos de los problemas actuales. Para poner la situación en perspectiva, los planes iniciales (en 2014) eran poner en el mercado los chips de 10 nm en 2015 y los chips de 7 nm en 2017.
Intentando normalizar la situación y cumplir con la demanda, Intel ha aumentado la capacidad de fabricación propia de las obleas de 14 nm y el uso de terceros productores (foundries). Intel ha externalizado en el pasado el suministro de componentes de chips básicos a foundries como TSMC, pero era la primera vez que el gigante estadounidense recurría a empresas externas para fabricar sus procesadores principales.
La situación de Intel es complicada. AMD tiene en el mercado procesadores de 7 nm como los exitosos Ryzen que han ganado terreno a Intel en todos los segmentos de mercado y están siendo usados por todos los grandes fabricantes, mientras que ARM (también en 7 nm) sigue introduciéndose en el mercado del PC y el anuncio de Apple silicon puede poner contra las cuerdas a la plataforma x86.
También ha aumentado la competencia en los chips para centros de datos que Intel había monopolizado en el pasado. NVIDIA superó a Intel en capitalización de mercado por primera vez en la historia y están ampliando su modelo de negocio al segmento empresarial, estaciones de trabajo, servidores, además de otros como el de la automoción o el de la Inteligencia Artificial.
Buenos resultados financieros
A pesar de todo lo anterior, Intel ha superado las previsiones de los analistas en el nivel de ingresos con un fuerte aumento interanual del 20% y el de los beneficios en un 16%. Intel actualizó su guía de ingresos para todo el año 2020 hasta 75,000 millones de dólares frente a los cálculos de los analistas de 73,860 millones de dólares.
Por supuesto, el gigante del chip tiene efectivo, tecnología, personal y en definitiva capacidad para superar la situación actual. Y está en camino de actualizar todo su catálogo con novedades importantes que se presentarán el próximo 2 de septiembre. Se esperan novedades como los Tiger Lake y las nuevas gráficas dedicadas e integradas Intel Xe.
Los «Alder Lake» de 10 nm, los primeros para ordenadores de sobremesa no estarán disponibles hasta el año próximo, mientras que los procesadores de 7 nm no llegarán hasta finales de 2022 o comienzos de 2023. Para entonces, se espera que el resto de fabricantes haya avanzado a procesos tecnológicos de 5 y 3 nm. Intel tiene mucho trabajo por delante.
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