Ryzen 7 4700G es más potente que PS4, ¿pero puede mover juegos en 1080p?
AMD presentó recientemente las APUs Ryzen serie 4000, una nueva generación que marca un importante salto y que tiene en la Ryzen 7 4700G a su máximo exponente para el mercado de consumo general.
La Ryzen 7 4700G tiene una CPU Zen 2 de 8 núcleos y 16 hilos funcionando a una frecuencia de 3,6 GHz-4,4 GHz, modo normal y turbo, suma 12 MB de caché y cuenta con una GPU integrada Radeon Vega 8 de última generación, fabricada en proceso de 7 nm y acompañada de 512 shaders a una frecuencia máxima de 2.100 MHz.
Este tipo de soluciones gráficas integradas recurren a la memoria del sistema y la utilizan como memoria gráfica, lo que significa que el ancho de banda y el bus de datos dependerá de la configuración que tengamos. Lo ideal, para maximizar el rendimiento, es contar con dos módulos de 8 GB (16 GB en total) instalados en doble canal (bus de 128 bits) y con una frecuencia de, al menos, 3.666 MHz.
La Ryzen 7 4700G supera a PS4 y hace viable, por fin, jugar en 1080p con una GPU integrada
El mayor avance que presenta la APU Ryzen 7 4700G está en la CPU, de eso no hay duda. AMD ha doblado el número de núcleos e hilos frente a la generación anterior, y ha subido el IPC hasta llegar al nivel de los procesadores Core de Intel.
La GPU ha recibido mejoras menores, pero suficientes para superar sin problemas a la GPU que integra PS4. Para que os hagáis una idea de la importancia que tienen los diferentes elementos de que integran una GPU os dejo una sencilla comparativa de la configuración de esa Radeon Vega 8, presente en la APU Ryzen 7 4700G, y la GPU de PS4.
- Radeon Vega 8: 512 shaders, 32 unidades de texturizado, 8 unidades de rasterizado y una frecuencia de hasta 2.000 MHz (arquitectura GCN de última generación).
- GPU de PS4: 1.152 shaders, 72 unidades de texturizado, 32 unidades de rasterizado y una frecuencia de 800 MHz (arquitectura GCN 2.0).
En términos de potencia bruta la GPU Radeon Vega 8 alcanza los 2,15 TFLOPs, cifra que supera sin problemas los 1,84 TFLOPs del núcleo gráfico de PS4, y se impone también sin problemas a Xbox One, cuya GPU apenas llega a los 1,41 TFLOPs. Si añadimos la CPU a la ecuación la diferencia es enorme, ya que el chip Jaguar de ambas consolas ronda los 0,1 TFLOPs, mientras que la CPU Zen 2 de la APU Ryzen 7 4700G alcanza los 1,1 TFLOPs.
Los números pintan bien sobre el papel, pero ya sabemos que la arquitectura de memoria unificada que utilizan PS4 y Xbox One representa una ventaja clara frente al sistema de memoria compartida que emplean las APUs, y que puede acabar lastrando en gran medida el rendimiento. Desde TechEpiphany han realizado una interesante comparativa para ver cómo posiciona realmente esa APU, y los resultados hablan por sí solos, es capaz de mover juegos en 1080p con calidades medias o incluso altas sin problemas.
Podemos sacar una conclusión simple y clara, la Ryzen 7 4700G no solo es más potente que PS4 y que Xbox One sobre el papel, también lo es en la práctica a pesar de las limitaciones de la memoria compartida (RAM y VRAM). Tened en cuenta, eso sí, que en esta prueba de rendimiento se ha utilizado memoria RAM a 4.133 MHz.
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