Dell dice que los retrasos de Intel está postergando la adopción de Windows 10

La descontinuación de Windows 7 está a la vuelta de la esquina, concretamente el 14 de enero de 2020, pero a día de hoy, sobre todo en las empresas, siguen existiendo flotas de ordenadores que utilizan dicho sistema operativo. Más allá de razones conservadoras, el motivo de por qué muchas empresas no han dado el salto tiene un origen que puede sorprender a muchos: Intel.

Según Dell, los retrasos en los envíos de los nuevos procesadores de Intel es probablemente unos de los factores de por qué la actualización de Windows 7 a Windows 10 no está siendo más agresiva, por lo que espera que muchas empresas continúen utilizando el sistema más veterano al menos durante parte del año 2020.

La situación ha llegado hasta a desbordar a Intel, que ha tenido que dar un paso adelante y pedir disculpas por no ser capaz de satisfacer la actual demanda de procesadores. De hecho, la vicepresidenta ejecutiva de Intel y directora general de ventas, Michelle Johnston Holthaus, ha dicho lo siguiente en una misiva: “Me gustaría reconocer y disculparme sinceramente por el impacto que está teniendo en sus negocios los recientes retrasos en el envío de CPUs para PC y agradecerles su continuo partnership.”

Sin embargo, parece que a Dell poco le han reconfortado las disculpas, ya que ha comentado que el problema de los retrasos con el suministro de procesadores está impactando a sus propios envíos y no espera que la situación se corrija en los próximos meses. Jeffrey Clarke vicepresidente de Dell, ha comentado que “la escasez de procesadores Intel ha empeorado trimestre a trimestre y ahora está afectando a nuestros envíos comerciales pronosticados para el PC comercial y el PC de consumo premium para el cuarto trimestre”. Por su parte, Thomas Sweet, jefe financiero de la misma compañía, ha dicho que “la historia sugeriría que si no podemos satisfacer la demanda en la industria, entonces veremos que se extiende al próximo año, particularmente con Windows 10.”

Resulta cuanto menos curioso ver cómo un retraso en el envío de procesadores termina impactando en la adopción de Windows 10, sobre todo en empresas, más sabiendo que casi cualquier ordenador que ejecuta Windows 7 correctamente tendría que poder con el sistema más reciente sin problemas. Esto gana todavía más peso si se tiene en cuenta las grandes facilidades que ha dado Microsoft para actualizar el sistema operativo.

Pero aparte de ciertas peculiaridades del mercado, Windows 7 sigue siendo el segundo sistema operativo más utilizado del mundo y mantiene una importante cuota de usuarios, y esto viene en parte porque muchos ven que las aplicaciones que usan no son compatibles con Windows 10 o bien no confían en el último sistema de Microsoft debido a la gran cantidad de incidencias que ha tenido a lo largo de su trayectoria, algo en buena parte derivado de unos entornos de pruebas deficientes basados en máquinas virtuales y delegando las pruebas en entornos reales principalmente en los usuarios de Insider.

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