Qué procesador necesito: cinco mentiras que debes tener claras para que no te engañen

Antes de montar cualquier PC siempre me hago una pregunta fundamental, qué procesador necesito. Es importante hacerse esta pregunta porque cada configuración necesitará de un procesador distinto no solo en función del resto de componentes, sino también dependiendo del uso que le vayamos a dar, de nuestro presupuesto y de nuestros objetivos a medio y largo plazo.

Por ejemplo, si vamos a montar un PC para ofimática y tareas básicas a partir de un procesador de dos núcleos y cuatro hilos ya tendríamos un rendimiento suficiente. Por contra, si quisiéramos utilizar el PC para jugar deberíamos montar un procesador que tenga al menos seis núcleos y doce hilos, y es fundamental que este tenga un buen IPC, porque en juegos el rendimiento monohilo tiene un peso enorme.

Si quisiéramos configurar un PC para gaming y streaming lo ideal sería irnos a por una CPU de 8 núcleos y 16 hilos, ya que al hacer streaming estaremos consumiendo una parte de los recursos disponibles a nivel de procesador, y con un chip de 6 núcleos y 12 hilos el impacto a nivel de rendimiento podría ser lo bastante grande como para que la experiencia se resienta.

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Aquellos que vayan a utilizar el equipo para trabajar con aplicaciones pesadas que requieran de un alto grado de paralelización tendrán que buscar CPUs con un mayor número de núcleos e hilos, aunque esto ya dependerá de cada caso en concreto. Por ejemplo, para un creador de contenidos estándar una configuración de 16 núcleos y 32 hilos sería más que suficiente.

Estas referencias básicas pueden cambiar en función de muchos factores, como por ejemplo el presupuesto disponible, resolución a la que vayamos a jugar e incluso las aspiraciones a corto plazo y las actualizaciones que tengamos pensado hacer a medio plazo. Obvia decir que todo esto hace que elegir el procesador idóneo en cada situación no sea algo que se pueda determinar por unas reglas rígidas e inmutables, de hecho ocurre todo lo contrario.

Qué procesador necesito

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Necesitas el que mejor valor ofrezca en función de tu presupuesto, y el que mejor se ajuste a tus necesidades y a las particularidades del equipo que vayas a montar, así de simple. No vale la pena invertir en una CPU que supere en gran medida tus necesidades reales porque estarás pagando por algo que realmente no vas a aprovechar, y tampoco es buena idea comprar un modelo que esté muy por debajo de lo que necesitas porque estarás provocando un cuello de botella grave.

Sobre este tema ya he hablado en profundidad en nuestra guía dedicada a qué procesador necesito para cada tarjeta gráfica, así que os invito a echarle un vistazo ya que es muy interesante. En esta nueva guía quiero abordar el tema desde una perspectiva diferente, centrándome en cinco mentiras que todavía nos «venden» sobre esta cuestión, y que pueden acabar llevándonos a hacer una mala compra.

En la introducción que os he dado ya tenéis un guion sencillo que os será útil a la hora de elegir el procesador adecuado en función del uso que vayáis a dar al equipo, y la guía que os he enlazado dedicada a concretar la relación CPU y tarjeta gráfica os sirve contenido especializado de gran ayuda, así que estamos en una situación idónea para ampliar toda esa información analizando y destruyendo esas cinco mentiras.

Cinco mentiras que te harán elegir mal el procesador que necesitas

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1.-Necesitas un procesador más potente par jugar con mayor resolución

Esta es una mentira que, curiosamente, todavía se repite en medios especializados e incluso en los requisitos que dan muchas desarrolladoras de videojuegos. Para entender mejor esta mentira es necesario saber cómo trabaja exactamente la CPU cuando ejecutamos un juego, y qué es lo que está ocurriendo en cada momento. Lo voy a explicar de una manera muy sencilla para que todos nuestros lectores lo entiendan sin problema.

Cuando lanzamos un juego su rendimiento estará determinado principalmente por la tarjeta gráfica, el procesador, la memoria RAM y la unidad de almacenamiento. Los dos primeros son los factores que mayor impacto tienen en el rendimiento, y están profundamente vinculados. El rendimiento de la tarjeta gráfica dependerá del procesador, porque este es el que realiza tareas de propósito general y convierte operaciones y cálculos en instrucciones que puede entender la tarjeta gráfica.

Dicho de una manera simple, el procesador dice a la tarjeta gráfica qué es lo que tiene que hacer, le proporciona datos básicos sin los cuales esta simplemente no podría trabajar. Cuando una tarjeta gráfica es muy potente puede afrontar una carga de trabajo mayor y sacarla adelante en menos tiempo, y en este caso necesitará el procesador sea capaz de suministrarle más datos básicos con mayor rapidez.

Si el procesador no es capaz de seguir el ritmo que le demanda la tarjeta gráfica tendremos un cuello de botella, y esta no podrá rendir al máximo de sus capacidades. Cuando nos movemos en bajas resoluciones, la tarjeta gráfica completa sus tareas en menos tiempo y asume una carga de trabajo inferior porque tiene que manejar menos píxeles, por lo que necesita un procesador más potente que le proporcione una mayor cantidad de datos.

Cuando subimos la resolución ocurre todo lo contrario. La tarjeta gráfica tiene que trabajar con una mayor cantidad de píxeles, y por tanto tarda más tiempo en completar sus tareas. En este caso el procesador no tiene que suministrarle datos con tanta rapidez, va mucho más suelto y tiene una importancia menor. Por tanto, si necesitamos, por ejemplo, un Ryzen 5 7600 para sacar el máximo partido a una GeForce RTX 4070 SUPER en 1080p no necesitaremos un procesador más potente para jugar con ella en 2160p.

2.-Los procesadores de 2 núcleos y 4 hilos no sirven para nada

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Este es un mito que ha hecho mucho daño. Lo sé de buena tinta porque he conocido a gente a la que le han vendido PCs con CPUs de 6 núcleos y 12 hilos, o incluso de 8 núcleos y 16 hilos, para realizar tareas básicas de ofimática y contabilidad en una empresa familiar con tres empleados. Su explicación era, en la mayoría de los casos, que les habían dicho en la tienda que con eso no tendrían que cambiar de PC en años, cosa que es cierta, pero que no justifica de ninguna manera el gasto que hicieron.

Fue un error grave montar esas configuraciones porque han pagado por una potencia que nunca van a llegar a utilizar, y porque con el paso del tiempo esos procesadores se irán devaluando e irán perdiendo valor sin que se llegue en ningún momento a amortizar la inversión que supusieron. No tiene ningún sentido pagar el doble o el triple por algo que no te va a proporcionar ninguna ventaja o diferencia en tu día a día.

En este tipo de equipos habría sido suficiente con montar un procesador de 2 núcleos y 4 hilos, y en ningún caso tendría sentido pasar de 4 núcleos y 8 hilos. Como no vamos a necesitar de una tarjeta gráfica dedicada para este tipo de equipos nos bastaría con una solución integrada, y esto nos abre directamente las puertas a una gran variedad de soluciones de gama baja con precios muy económicos dentro de las series de Intel y AMD.

Ahora mismo, por relación precio-prestaciones, y por vida útil, la mejor opción para montar un PC para ofimática y multimedia potente pero muy económico sería una APU Ryzen 3 4300G, que tiene una CPU de 4 núcleos y 8 hilos y viene con una GPU Radeon de AMD que es bastante más capaz que las soluciones integradas Intel. Su precio es de 89,99 euros, y es una de mis recomendaciones del último artículo dedicado a siete procesadores que no debemos comprar y catorce alternativas que sí.

3.-No vale la pena comprar procesadores de 4 núcleos y 8 hilos para jugar

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Esto es mentira porque todavía ofrecen un rendimiento muy bueno en la mayoría de los casos, y tienen un precio tan bajo que son una opción muy interesante para montar PCs para gaming económicos y potentes, siempre que nos vayamos a modelos que tengan un buen IPC. Por ejemplo, el Intel Core i3-10100F sigue siendo una de las mejores opciones si tenemos un presupuesto muy ajustado y queremos montar un PC para jugar.

Ese procesador tiene 4 núcleos y 8 hilos y su precio es de solo 69,99 euros. Podríamos ampliar en un futuro por muy poco dinero a un Intel Core i5-10400F, que tiene seis núcleos y doce hilos, y que está mejor preparado para mover juegos de la generación actual, que escalan mejor con un mayor número de hilos.

Si podemos invertir un poco más y queremos tener más margen de ampliación, y disfrutar de un PC con una mayor vida útil, el Intel Core i3-12100F es una excelente opción. Por valor precio-rendimiento es el mejor procesador de cuatro núcleos y ocho hilos que existe en el mercado, tiene un IPC muy alto y se integra en una plataforma de última generación son soporte de DDR4 y DDR5, y también del estándar PCIe Gen5.

En mi caso, si tuviera que elegir entre ambos ahorraría un poco más y montaría directamente el Intel Core i3-12100F, porque la diferencia de rendimiento es grande y porque con él tendría un PC bastante competente en juegos y una base con un margen de ampliación muy bueno. Pensad que, incluso con una placa base modesta, podríamos llegar a montar un Intel Core i5-13600 sin problema.

4.-Siempre es mejor gastar más en el procesador para ir sobrado

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Esta es una mentira muy peligrosa, porque nos hará gastar malgastar el dinero. Cuando vamos a montar un PC hay ciertos componentes en los que sí que vale la pena ir un poco más sobrado, como por ejemplo la tarjeta gráfica o la unidad de almacenamiento, pero el procesador no es uno de esos componentes porque, cuando llegamos al nivel que necesitamos, ya no marcará una diferencia importante, de hecho puede incluso que no represente ninguna mejora en toda la vida útil del equipo.

Os pongo un ejemplo, un amigo decidió hacer caso omiso hace unos años y pagó un extra por montar un Ryzen 7 1700X en vez de comprar el Ryzen 5 1600 que le recomendé. Me dijo que así iría sobrado en juegos y que no tendría que cambiar el procesador en muchos años. Para comprar ese procesador tuvo que sacrificar parte del presupuesto y compró una tarjeta gráfica menos potente, un error de manual puesto que su principal objetivo era jugar.

Nunca llegó a aprovechar los 8 núcleos y 16 hilos del Ryzen 7 1700, y al final acabó cambiando de procesador a un Ryzen 5 5500, un modelo con un IPC mayor y un menor número de núcleos que, sin embargo, le rinde mucho mejor en juegos, y le costó menos de 100 euros. Hizo una malísima compra no porque el Ryzen 7 1700 fuese un mal procesador, sino porque pagó casi el doble por algo que nunca llegó a utilizar.

Que no te engañen. Una vez que llegues al nivel óptimo, en función de tus necesidades y del uso que vayas a dar al equipo, ya no valdrá la pena que pagues más por una CPU suprior. Tendrás el procesador que necesitas realmente, y habrás hecho la compra correcta. Siguiendo con el guion que os he dado al principio del artículo, no valdría la pena superar estos máximos en función del tipo de PC y del uso:

  • Ofimática y multimedia básica: tope máximo en 4 núcleos y 8 hilos.
  • Gaming: tope máximo en 6 núcleos y 12 hilos.
  • Gaming y streaming: tope máximo en 8 núcleos y 16 hilos.
  • Gaming, streaming y más tareas en segundo plano: tope máximo de 12 núcleos y 24 hilos.
  • Creación de contenidos y tareas con paralelización alta: varía mucho en función de cada perfil, pero a partir de 16 núcleos y 32 hilos lo normal es que sea suficiente en la mayoría de los casos.

5.-Solo debemos comprar procesadores de última generación

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Otra de las mentiras que más daño pueden hacernos en el bolsillo. Los procesadores de última generación ofrecerán un rendimiento superior, pero en la mayoría de los casos los modelos de la generación anterior suelen ofrecer un rendimiento excelente y tienen precios mucho más bajos, lo que se acaba traduciendo en un valor superior en relación rendimiento por euro invertido.

De hecho, ahora mismo en el mercado CPU algunos de los procesadores con mejor valor precio-rendimiento son precisamente de la generación anterior. Ya os he dado algunos ejemplos en los apartados anteriores, pero voy a compartir con vosotros una recopilación con algunos de los más interesantes para que la tengáis a mano:

  • Ryzen 5 5600: ofrece un rendimiento excelente en juegos, y puede acompañar sin problemas a tarjetas gráficas de gama alta.
  • Intel Core i5-12400F: ligeramente superior al anterior, y tiene la ventaja de integrarse en una plataforma compatible con memoria DDR5 y con la interfaz PCIe Gen5.
  • Intel Core i5-10400F: una opción excelente para montar un PC bastante potente y muy competente en juegos por muy poco dinero.
  • Ryzen 7 5700X: que cuesta menos de 200 euros y es una opción ideal si queremos un PC para gaming y streaming.
  • Ryzen 9 5950X: que está rebajado a 409,90 euros y tiene 16 núcleos y 32 hilos. Una opción fantástica para gaming, streaming y creación de contenidos.

Dentro de las generaciones actuales de AMD e Intel también podemos encontrar procesadores muy interesantes con un gran valor precio-rendimiento, como el Ryzen 5 7600, que está rebajado a 211,90 euros, o el Intel Core i5-13400F, que está en oferta también por menos de 230 euros. Sin embargo, y como hemos visto, esto no quiere decir que debamos obviar las generaciones anteriores, todo lo contrario, siguen siendo una opción fantástica que debemos tener muy en cuenta.

Nota: Esta selección contiene algunos enlaces de nuestros afiliados, pero ninguno de los productos incluidos han sido propuestos o recomendados por ellos o sus fabricantes, sino elegidos según nuestro propio criterio.

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