Un ex-ingeniero de Nokia explica el fracaso de Windows Phone

El lanzamiento de Windows Phone generó grandes expectativas. Muchos vieron en él a ese tercer jugador iba a ser capaz de competir de tú a tú con Android y con iOS, y ciertamente al principio parecía que iba a ser así, ya que logró desplazar a BlackBerry OS e incluso llegó a superar al sistema operativo de Apple en algunos países, pero al final fue un fracaso estrepitoso.

¿Qué fue lo que salió mal con Windows Phone? Es una pregunta que nos hemos hecho en más de una ocasión. Uno de los argumentos recurrentes suele ser el tema de la falta de aplicaciones, un tema que ya hemos comentado en artículos anteriores y que, ciertamente, tuvo un peso indiscutible, pero el fracaso de dicho sistema operativo no se puede reducir a un único punto.

Un antiguo ingeniero de Nokia ha querido dar su punto de vista sobre este tema y ha dividido en cuatro las claves que explican el fracaso de Windows Phone:

  1. Subestimaron a Google: cuando Microsoft lanzó Windows Phone era consciente de que Apple era uno de los grandes del sector, pero cometió el error de subestimar a Google, no solo en todo lo que respecta a Android, sino al peso que acabarían teniendo sus servicios en el sector móvil. YouTube, Maps, Gmail y otros acabaron por convertirse en algo imprescindible a lo que Microsoft no pudo dar alternativa real en su plataforma móvil.
  2. La mala imagen que tenía Windows 8: el lanzamiento de Windows 8 fue un fracaso, de eso no hay duda. A los usuarios no les gustaron las decisiones que tomó Microsoft a nivel de diseño y de interfaz, lo que generó un rechazo que al final acabó afectando a Windows Phone, un sistema operativo que adoptaba muchas de esas claves a nivel de interfaz, como los «live tiles», por ejemplo. Windows 8.1 mejoró un poco la situación, nunca llegó a resolverse por completo.
  3. La imagen de Microsoft: cuando se produjo el lanzamiento de Windows Phone la imagen de Microsoft no pasaba por su mejor momento. Esto es cierto, nos guste o no la etapa de Steve Ballmer al frente de la compañía no fue todo lo buena que cabía esperar, y esto hizo que el apoyo a dicha plataforma por parte de terceros fuese bastante limitado.
  4. Fidelidad a Android y iOS: a partir de 2014 tanto iOS como Android tenían una base de usuarios enorme y muy fiel. Ambos sistemas operativos tenían todo lo que estos necesitaban, así que no tenían razones reales para cambiar a Windows Phone.

La conclusión que podemos sacar de todo esto es clara, Microsoft tuvo la oportunidad de convertirse en uno de los grandes del sector. No lo tenía fácil, pero lo importante es que al final no supo jugar bien sus cartas y acabó dejando que Android y iOS llegaran a un nivel en el que ya eran prácticamente intocables.

Hoy el panorama es claro, la posibilidad de que llegue un tercer jugador que rompa con ese «duopolio» que mantienen Android y iOS es mínima. Teníamos la esperanza de que Huawei pudiera hacer algo al respecto con su supuesta alternativa al sistema operativo de Google, pero como sabemos al final no será así.

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