Ford Mustang Mach 1, reincidencia

It’s a game of give and take Las Supremes (Supremes a go go, 1966)

«¿Pero entonces no te descargaste los mapas?» Odio cuando hace eso, odio cuando pregunta y conoce la respuesta. «Sí, eso hice, no descargué los mapas, pensé que habría cobertura…» Ahora me odio a mi, me odio cuando intento justificarme. Odio que me haga eso. Pero es el amor de mi vida. Quizás por eso odio estas cosas. Llueve. Muchísimo. Tanto que he tenido que detener el coche intentando apartarme a ciegas a un lado de la carretera. Una carretera que pensaba que llevaba al pueblo siguiente pero después de media hora está claro que no es así. Cada uno está mirando a través de su ventanilla por si avistaramos una luz, o algo hacia lo que movernos. Por los altavoces del coche suena una canción que creemos que es de Eurovisión y que yo creo que ganó hace un par de años pero ella no estaba de acuerdo y nos empeñamos en reconstruir ese festival: estuvimos en casa de Antonio… no, de Susana y lo estuvimos viendo. Calla que eso fueron los Óscar. ¿Siguen juntos Susana y Mario? Si siguen juntos será de milagro. No se cómo él la aguanta a ella, pues anda que con ella tampoco es que sea una fiesta… Y así fue como nos pasamos el cruce y nos metimos en este lío. Los limpiaparabrisas paracen seguir el ritmo de la canción que quiere ser bachata y no llega ni a eso.

«Se apagará el motor para conservar la batería» dice el coche en la pantalla. Al rato los cristales se empañan y empezamos a tener frío «¿tienes frío?» le pregunto a ella para traspasarle la responsabilidad. Ella está envuelta en esa especie de pañuelo demasiado grande y asiente. Tiene cara de preocupada pero cuando la miro con preocupación se sonríe. Enciendo el motor. Ding ding, el coche avisa que estamos en reserva. Solamente tendríamos combustible para unos veinte kilómetros. Hay que tomar decisiones. Pero llueve más que antes. Por alguna razón tengo el papel del que conserva la sangre fría. «Voy a salir» cojo el paraguas del asiento de atrás. No se ni si se abrirá. Ella me coje el brazo y me mira con cara de preocupación «Ten cuidado» tampoco me gusta que me suelte obviedades. Pero le sonrío y nos besamos. Qué sabor más raro este beso. Salgo del coche y lo que tardo en abrir el paraguas, que milagrosamente lo hace, ya estoy empapado. Decido avanzar que parece lo más sensato. No se cuánto tiempo llevo andando pero la lluvia sigue arreciando. La silueta de una persona. Me apunta a los ojos con una linterna. «De la vuelta.» Con la mano intento tapar la luz que me ciega «¿Cómo?» «Que de la vuelta.» Contesta. «Está invadiendo el sueño de otra persona.» Entonces me desperté. La cama está empapada.

Hace no mucho tuvimos la suerte de probar un icónico coche deportivo de Ford, el Ford Mustang GT, lo que nos dio pie a reflexionar sobre los coches deportivos, vehículos poco prácticos pero que regalan emociones como su principal baza para conquistar a los compradores. Comentamos cómo Ford y su Mustang eran protagonistas de los primeros intentos para que los coches deportivos estuvieran al alcance de más personas con un precio más asequible.

Ford Mustang Mach 1

Modelo analizado Ford Mustang
Motor y acabado Mach 1 automático 5.0 V8
Potencia 460 CV
Velocidad máxima 249 Kmh
Aceleración o-100 4,4 s
Largo/ancho/alto 4797/1916/1382 mm
Potencia máxima RPM  460 CV 7.250 rpm
Par máximo Nm/RPM 529 Nm
Caja de cambios Automático 10 velocidades
Web https://www.ford.es/
Precio 68.072  euros

En realidad son la respuesta a una debilidad que el ser humano desconocía que tenía hasta que alguien sintió el impulso de optimizar un vehículo para que alcanzara el máximo de velocidad y maniobrabilidad. Según algunos ese primer coche deportivo fue el Rennzweier que nada menos que en 1900 fue diseñado específicamente para correr con decisiones en su diseño como la ligereza o un bajo centro de gravedad para optimizar el rendimiento del coche.

Reincidentes

En nuestro caso hemos sido felizmente reincidentes y cuando Ford nos propuso probar una versión del Mustang con más prestaciones no lo dudamos y aceptamos. El Ford Mustang Mach 1 es una versión del deportivo del fabricante americano que aporta ciertos cambios estéticos pero lo que es más importante un propulsor modificado que añade 10 caballos más. También tiene ajustes en la suspensión y en la dirección para obtener un coche más estable y dinámico.

Además en nuestro caso optamos por una versión de cambio automático para comprobar su funcionamiento, ya que en el Ford Mustang GT que probamos anteriormente nos enamoró el cambio manual sincronizado y queríamos ver si este cambio automático restaba sensaciones o prestaciones. Otro viaje al pasado sobre los ocho cilindros en uve de un clásico americano que está diseñado para devorar kilómetros con alegría (si no se fija uno en lo rápido que baja el nivel de combustible).

El aspecto exterior del Ford Mustang Mach 1 es en líneas generales el mismo que el del Mustang GT, pero con cambios muy evidentes y espectaculares que no pasan desapercibidos. El primero lo encontramos en la rejilla anterior con un diseño distinto que muestra dos elementos en forma circular a los lados de la inevitable insignia del caballo plateado. Más abajo el spoiler en color negro sobresale algo más que en el modelo GT.

La línea del coche es la misma y es atrás donde encontramos otra diferencia con un alerón y un difusor más grandes para conseguir una mejor adherencia en curva. Los detalles que más distinguen a este modelo son el logotipo del mismo que resalta sobre el protector de plástico negro que une los grupos ópticos traseros y que también encontramos en los laterales del coche entre la puerta y el paso de rueda o sobre la franja negra que recorre el capó muy al estilo de los muscle car de los años 70.

Ocho cilindros

Si abrimos el capó nos encontraremos con el fabuloso ocho cilindros y una sorpresa con respecto al modelo GT. Para el Mach 1 se ha añadido una barra de torsión sobre el motor que une las torretas de suspensión para aportar rigidez al chasis y que luce por supuesto el nombre del modelo. Es una incontestable declaración de intenciones que muestra a las claras que este Mustang no está para bromas y que está hecho para correr de verdad.

No están a la vista pero hay más cambios que ha metido Ford debajo del capó, como radiadores adicionales para el aceite, el cambio y la transmisión. También se ha cambiado el escape, que supuestamente es más ruidoso aunque no hemos notado la diferencia, y unas suspensiones más rígidas También la dirección tiene una configuración diferente para que tenga un comportamiento más directo y rápido sobre todo a alta velocidad.

En el interior el Mustang Mach 1 no ofrece novedades con respecto a la variante GT. Unos asientos excelentes de diseño deportivo para las plazas delanteras y la necesidad de ciertas habilidades de contorsionismo para acceder a las plazas traseras, aunque el gran tamaño de las puertas ayuda. En el interior Ford ha aportado detalles para que tengamos claro que se trata de una versión especial y más agresiva, como por ejemplo el logo de la versión en la guantera.

Automático

La gran diferencia que ya apuntamos está en la parte del cambio de marchas, que en el caso del modelo que probamos se trata de un cambio automático de 10 relaciones que funciona con un sistema de convertidor de par. Los indicadores son digitales, como en el Mustang GT, y el sistema de información y entretenimiento depende de la pantalla de ocho pulgadas colocada en posición algo baja y con un sistema algo anticuado (mucho más que el elegido para la versión eléctrica del Mustang pariente muy lejano de este Mach1).

Para esta nueva prueba nos propusimos realizar algunos kilómetros más que con su compañero de gama y nos lanzamos a la carretera ocupando además las plazas posteriores. Al respecto decir que aunque tienen carencias claras, como el espacio para las piernas o la falta de reposacabezas, quizás la más importante, resultaron más cómodas de lo esperado a pesar de haberlas utilizado más de dos horas en algunos de los trayectos.

Lo más destacable en este caso es el diseño envolvente que si se sabe uno acomodar resulta bastante confortable y sobre todo práctico a la hora de sujetar en curva cuando el ritmo de conducción se eleva. Otro de los posibles inconvenientes a la hora de hacer viajes algo más largos es el sonido del V8 que empapa el interior de coche de forma inevitable. Aquí también hay que decir que el excelente equipo de música con el gran subwoofer en el maletero resulta importante para que no se nos haga demasiado pesado el ruido del ocho cilindros atmosférico (no para mi ya que disfruté de esa «música» cada minuto).

Buen maletero

En lo que respecta al maletero no hay novedades, los 408 litros ofrecen un espacio de carga más que suficiente para el equipaje de 4 personas y un gran hueco para introducir objetos gracias a que el maletero tiene una boca con una superficie generosa. Dentro encontramos el enorme subwoofer que hemos mencionado anteriormente, pero que no resta espacio de carga al estar colocado en un paso de rueda en el lateral, bien sujeto y protegido.

En cuanto al comportamiento del coche mentiría si dijera que esos 10 caballos se hacen notar mucho en la respuesta del Ford Mustang Mach 1 aunque tras unos cuantos días de pruebas sí que la sensación es la de un coche con algo más de prestaciones. La respuesta al acelerador sigue siento imponente y desde luego emocionante, y el sonido del V8 atmosférico al acelerar sigue teniendo ese componente emotivo difícil de imitar, máxime si se tiene en cuenta que este tipo de motores está en vias de extinción.

De crucero

Lo más notable del cambio automático de 10 marchas es su adaptación a los viajes largos ya que permite una relajación y un confort mayor que si dependemos del cambio manual, sobre todo cuando nos encontramos con grandes altibajos en cuanto el flujo del tráfico. Si seleccionamos la modalidad más «civilizada» del comportamiento del coche podemos hacer kilómetros y «olvidarnos» que tenemos entre manos un pura sangre de 460 caballos. Lo notaremos al acelerar… y al repostar.

Lo verdaderamente divertido empieza cuando buscamos las cosquillas a este Mustang Mach 1. Y la verdad es que en el tacto se nota diferencia, en primer lugar ya que afronta las curvas con más aplomo, aunque el del GT ya era destacable, y por otro lado por una dirección más decidida. Tanto que la verdad es que en ocasiones hemos tenido que estar especialmente atentos y por lo menos en este apartado casi preferíamos la del GT que era algo más burguesa.

Lo que es indudable es que mantiene la capacidad de aceleración visceral del GT y no sabemos si es subjetivo pero hemos notado algo más de inmediatez a la hora de la respuesta en situaciones en las que requerimos mucha potencia en poco tiempo. En este sentido y aunque somos bastante partidarios de los cambios manuales para este tipo de coches, el cambio automático nos ha sorprendido para bien tanto en los modos más deportivos como en los más relajados.

Nos ha gustado mucho el comportamiento de los frenos, incluso más eficaces que los de GT aunque en principio no hay cambios en este aspecto. Hay que tener en cuenta que detener el coche es uno de los aspectos más importantes que debe cuidar un deportivo para poder conducir con suficiente agilidad, sobre todo un coche como el Mustang que no es precisamente una gacela en lo que se refiere al peso ya que con sus más de 1.800 kg no se trata de un coche precisamente ligero.

Conclusiones

Un acercamiento más por parte de Ford a su tradición con los coches deportivos americanos con un modelo que por un incremento de precio ofrece muchos detalles y retoques para aumentar la deportividad del conjunto. Más que sus 10 caballos adicionales el resto de detalles como la barra de torsión, radiadores adicionales, suspensiones y otros retoques hacen de este modelo un coche diseñado para ir rápido incluso en circuito.

Hay que decir que a pesar de ser un deportivo el Mustang Mach 1 ha superado con aprobado la prueba del viaje largo, incluso para los pasajeros de la parte de atrás que una vez acomodados han podido viajar durante algunas horas con suficiente comodidad. Es un detalle a tener en cuenta si queremos que sea un coche que no solamente nos saque una sonrisa sino también que nos saque de paseo para que podamos viajar. Los consumos ya son otro cantar, pero nada que no quepa esperar de un ocho cilindros. Tienes analizados decenas de coches en nuestro apartado de motor.

Valoración Final
7.5 NOTA
NOS GUSTA
Grandes prestaciones/br> Buen manejo en carreteras viradas
Excelente equipo de música
Motor V8
Buen cambio automático
A MEJORAR
Consumo elevado
RESUMEN
Esta versión del Ford Mustang añade 10 caballos pero sobre todo muchos detalles que permiten llevar un poco más al límite a este deportivo. El cambio automático no resta sensaciones y es un buen aliado para poder viajar de forma relativamente relajada.
Prestaciones9.5
Diseño9
Consumo4
Confort7
Sistema de infoentretenimiento8
Ford Mustang Mach 1

 

La entrada Ford Mustang Mach 1, reincidencia es original de MuyComputer


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