Jeep Compass 4xe 2021, cerca
¡Me cago en el padre de los hermanos Lumiere! Don Arturo (El viaje a Ninguna Parte, 1986)
Jackson 347 alfa se había pasado las últimas tres semanas del viaje relegado a pelar verduras en la cocina. Pero no le importó. Prefería el trabajo manual a pasarse horas y horas en el simulador sudando bajo el casco de realidad virtual. Al acostarse tras las sesiones de batalla aún tardaba casi una hora en que desaparecieran las imágenes del combate de su mente. Es cierto que nunca quiso tomarse las pastillas que todas las noches repartía la teniente. Las guardaba en un hueco de la rejilla de ventilación junto a su camastro. Pensó que si el viaje se hacía insoportable quizás acumularlas podría haber resultado útil. Al cuarto mes de viaje las pastillas habían cambiado de color. Y Jackson siguió guardándolas en su escondite. Por si acaso. Fue justo entonces cuando notó que al levantarse estaba más irascible que de costumbre. O quizás era el comportamiento de los demás lo que le irritaba. Todos dóciles. Casi sonámbulos. Un día apartó de un empujón a Tristan 4599 omicron. Lo hizo sin pensar. No se empuja a una bestia de 150 kilos de puro músculo. Pero Tristan le miró como si no estuviera. Y siguió limpiando su arma.
A Jackson no le importó que le ignoraran. Prefería las cosas así. Prefería ser invisible. Que le dejaran en paz. Casi al final del quinto mes en los paneles informativos comenzó una cuenta atrás en minutos. 175200, 175199, 175198… Por las mañanas encontraba a grupos de gente mirando la pantalla con la mirada perdida. Hasta que tocaba el aviso del rancho y todos se dirigían al comedor. Sin decir palabra. Justo el día que el contador alcanzó los 10.000 minutos, mientras limpiaba el pasillo frente a las letrinas, Jackson escuchó un llanto. La gente que pasaba no parecía advertirlo. Entró en el baño y encontró a una soldado sentada en el suelo con la cabeza rapada apoyada en la pared. Maxime 433 decía su placa. Le miró con los ojos llenos de lágrimas y le dijo «no recuerdo quién soy». Jackson apoyó la fregona en la pared. Se sentó junto a ella con la mirada puesta en las paredes metálicas de color verde. Entonces se dio cuenta de una cosa. Un peso enorme le oprimió el pecho de repente. En ese momento volvió la cabeza hacia ella, su mirada se empañó también con las lágrimas: «yo… yo tampoco».
Los modelos de Jeep han pasado de ser los todoterreno por antonomasia, gracias a su ilustre antepasado, a competir con una auténtica selva de SUV de todas las marcas. En el terreno de los modelos medianos es donde se mueve precisamente el Compass, un modelo que probamos hace tres años que mantenía parte de su identidad como intrépido explorador fuera del asfalto pero que ahora no solamente se ha renovado desde el punto de vista estético sino que también presenta una nueva motorización híbrida enchufable que ya hemos visto en otros modelos del grupo.
Modelo analizado | Jeep Compass |
Motor y acabado | 4xe Limited |
Potencia | 190 CV (131 CV gasolina, 60 CV eléctrico) |
Velocidad máxima | 183 Kmh |
Aceleración o-100 | 7,9 s |
Largo/ancho/alto | 4404/1874/1649 mm |
Potencia máxima RPM | 190 CV 5.550 rpm |
Par máximo Nm/RPM | 250 Nm |
Caja de cambios | Automática 6 velocidades |
Web | https://www.jeep.es/ |
Precio | 45.950 euros |
El nuevo Compass mantiene las medidas del modelo anterior con 4,39 metros de longitud pero presenta una serie de actualizaciones estéticas. Los retoques son mínimos en el frontal con unos nuevos faros y debajo de la característica toma de aire superior un diseño distinto para las molduras que ocupan todo el paragolpes. También varía el diseño de la toma de aire inferior, ahora más grande y con rejilla que luce el diseño de nido de abeja de la principal.
El perfil de esta actualización del Compass sin embargo permanece inalterada, aunque en el modelo que probamos las llantas de 19 pulgadas eran distintas a las que pudimos ver en la versión anterior. El posterior del coche tampoco sufre variaciones en el diseño con un paragolpes elevado y un gran portón que facilita la carga y que separa los grupos ópticos en dos. Las molduras y protectores también son los mismos y le siguen otorgando ese aire de todo terreno recio de sus antecesores.
Un nuevo interior
Al acceder al interior del nuevo Jeep Compass es donde encontramos los cambios más significativos ya que el diseño ha cambiado de forma importante. En primer lugar en lo que respecta al salpicadero y concretamente la pantalla del sistema de información y entretenimiento. Si antes encontrábamos una pantalla encastrada en el centro ahora la pantalla se coloca por encima de él con el diseño «flotante» que adoptan muchos de los modelos actuales.
Al cambiar la disposición de la pantalla también cambian las salidas de ventilación centrales que pasan de colocarse en los laterales de la pantalla a la parte inferior. Los materiales que cubren el salpicadero también han cambiado con un material de imitación de cuero en vez de los plásticos duros que caracterizaban al anterior Compass. También cambia el volante que es más estilizado y tiene un diseño más cercano al de un turismo que al de un todoterreno.
El sistema de información y entretenimiento ha evolucionado hasta la siguiente versión de Uconnect que es compatible con la versión inalámbrica de los sistemas Android Auto y Car Play de Apple. La pantalla es más legible y de mayor calidad que la de la versión anterior y se nota una mayor agilidad a la hora de manejar las opciones del menú como la navegación que ahora tienen un funcionamiento mucho más rápido. Dispone de pantalla específica con información del sistema híbrido enchufable con capacidad de programación de carga.
Pantalla superior
Al elevar la pantalla y las salidas de ventilación el bloque de mandos de la climatización y otros que se encontraban en la parte de abajo del salpicadero ahora están más arriba y en una posición más cómoda para poder ser accionados. Como consecuencia el diseño deja libre espacio para colocar objetos delante de la palanca de cambios, cosa que en el modelo anterior no era posible. En la consola central el cajón portaobjetos debajo del apoyabrazos es más amplio.
En lo que respecta a la instrumentación y a diferencia de los indicadores analógicos del modelo anterior que probamos, en esta ocasión se muestra la información en una pantalla de 10,25 pulgadas tras el volante. La amplia pantalla permite visualizar mucha información, a veces demasiada, por lo que es bueno configurarlo para que muestre solamente lo que necesitamos. Esto incluye la información del sistema híbrido enchufable y de la tracción.
También el diseño en general de los elementos del interior está muy modernizado y con formas más fluidas, como las líneas del salpicadero, el parasol etc. El aumento de tamaño de los indicadores y de la pantalla corrigen esa impresión negativa que nos dio al ver los de la versión anterior, que parecían demasiado pequeños para la «talla» del coche. Los asientos por su lado son los mismos que los del Compass anterior, cómodos y que recogen bien el cuerpo para las curvas y con un buen tacto, por lo menos con la tapicería del modelo que probamos.
Mucho espacio dentro
Como se mantienen las cotas del modelo anterior, también este nuevo Compass mantiene unas cotas de habitabilidad muy altas en la parte trasera del coche con posibilidad de acomodar a personas de una estatura considerable con comodidad. Igualmente, tres pasajeros pueden acomodarse sin demasiados problemas con mucho espacio para las piernas, un elemento a tener en cuenta a la hora de valorar la capacidad del Compass para los pasajeros.
En la parte trasera tendremos salidas de ventilación regulables y conector de carga USB. Como hemos probado la versión híbrida enchufable el maletero queda reducido a 420 litros, aunque no es una gran diferencia con respecto a los 438 de la versión con motorización «tradicional». La superficie de carga es regular y está tapizada además de disponer de luz y de la capacidad de abatir los asientos de la fila trasera en una proporción de dos tercios / un tercio. En el fondo del maletero encontramos un hueco para almacenar los cables de carga que puede ser ocupado por una rueda de respuesto si elegimos esa opción.
El modelo que pudimos probar es el Limited, que en este caso dispone de un motor de 1.3 litros de gasolina con una potencia de 131 caballos y otro eléctrico con 60 caballos. El primero de los propulsores está acoplado al eje delantero y el motor eléctrico al trasero para conseguir una tracción total controlada por un sistema electrónico cuyo comportamiento podemos configurar seleccionando los distintos terrenos y situaciones: nieve, arena y barro, automático y sport.
Modo Sport
Al seleccionar el modo sport el motor eléctrico y el de explosión funcionarán en todo momento proporcionando el máximo de potencia a las cuatro ruedas siempre que sea posible. En marcha el sistema híbrido enchufable funciona de forma suave y prácticamente sin ruidos. Si utilizamos solamente el propulsor eléctrico las prestaciones son suficientes para movernos sin problema por ciudad con una autonomía que sobre el papel son 47 kilómetros pero que en circunstancias normales no suelen superar los 40.
Podemos elegir distintos modos de funcionamiento del sistema de propulsión para que el coche se mueva con modalidad híbrida, eléctrica o el modo e-save en el que el motor de combustión permanece encendido para que no se descargue la batería o la podamos cargar. Como hemos adelantado en modo híbrido el coche funciona suavemente y es muy silencioso, el cambio entra de forma progresiva y no revoluciona el motor en exceso cuando pisamos el acelerador. En modo eléctrico obviamente el silencio es casi total…
En carretera este Compass se comporta bien, aunque echamos en falta algo más de brio aunque no es realmente exigible en un coche de este tamaño que tiene que cargar con dos sistemas de propulsión y una batería… En cualquier caso las recuperaciones son buenas, aunque no fulmíneas, y es agradable de conducir en autopista con un gran confort de marcha. En carreteras viradas es algo más torpe, sobre todo en curvas cerradas, pero no deja de apuntar a la trayectoria correcta.
Poca autonomía
Uno de los inconvenientes que nos hemos encontrado en estos modelos híbridos enchufables de la marca es la decisión de diseño realizada para hacer sitio a la batería. Uno de los sacrificados es el depósito de gasolina que en estas versiones se limita a los 40 litros, lo que perjudica mucho a la autonomía a pesar de que se complemente con los 47 kilómetros (teóricos) que proporciona la batería del motor eléctrico ya que sobre todo en trayectos no urbanos en realidad es mucho menos…
Fuera del asfalto se nota que el Compass es algo más que un SUV con alergia a abandonar el asfalto. Aunque no se trata precisamente de un vehículo pensado principalmente para realizar trayectos todoterreno, el Jeep Compass se desenvuelve bastante bien y el sistema de tracción regulable controla en todo momento que podamos avanzar, incluso en terrenos difíciles como el barro. La altura del coche ayuda a superar los obstáculos aunque algunos elementos decorativos como los spoilers pueden sufrir en tramos complicados.
Conclusiones
El Jeep Compass 4xe es una evolución interesante de un modelo que pretende conjugar un excelente confort de marcha, capacidades todoterreno nada desdeñables y un sistema de propulsión más versátil. Gracias a la etiqueta cero y su motor eléctrico este Jeep puede moverse por la ciudad de forma suave y silenciosa sin producir ninguna emisión de gases para transformarse en carretera en un excelente SUV híbrido igualmente silencioso y confortable.
El plus es sin duda su capacidad de salir del asfalto que supera a la mayoría de los SUV de la competencia con un ingenioso sistema de tracción integral y distintas modalidades de conducción según el estado del terreno. La actualización estética, sobre todo en el interior, le da un aspecto más moderno pero sobre todo más cuidado y refinado con elementos sobresalientes como la nueva pantalla del sistema de información y entretenimiento y unos acabados mucho más sofisticados.
Acabados mejorados
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