Criptomonedas y guerra: una relación complicada

Sé que puede parecer una frivolidad hablar de criptomonedas en el contexto que una guerra que se inició hace solo unos días, y cuyo final a día de hoy se mantiene como una gran incógnita. Sin embargo, resulta interesante contraponer los modelos teóricos que hemos podido leer los últimos años con respecto al valor que cobrarían las criptomonedas ante hipotéticos conflictos bélicos, con la respuesta que Bitcoin y compañía han dado ante la realidad de las armas en Ucrania.

Digo esto porque recuerdo haber leído en los últimos tiempos que las criptomonedas, en una coyuntura tan compleja como lo es una guerra, serían más eficientes que el dinero fiat (el que empleamos normalmente), gracias a sus naturalezas descentralizada y 100% digital. Y este punto de vista, en un primer análisis, parece sensato, pues las operaciones no podrían verse alteradas (al menos en principio) por la injerencia de  las partes implicadas, ya sea directa o indirectamente, y pese a que la economía local de los países implicados obviamente se vea resentida, con sus monedas experimentando una importante devaluación, las criptomonedas no deberían verse afectadas, pues son globales.

Dicho de otra manera, ante el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, no parece un momento muy sensato para invertir en rublo ruso ni en grivna ucraniana, un problema que, al menos en teoría, no debería afectar a las criptomonedas.

Y eso por no mencionar que, ante el bloqueo que, al menos en teoría, se va a imponer a Rusia en lo referido a operaciones internacionales, las criptomonedas quedarían fuera del mismo, dado que no son controladas por las instituciones que han establecido dichos bloqueos. Así, de nuevo al menos en teoría, Bitcoin, Ethereum y demás, serían en estas circunstancias la vía más efectiva para emitir pagos internacionales hacia y desde Rusia.

Así, y planteado de una manera muy cruda, bajo estos postulados la guerra podría haber sido la gran oportunidad de las criptomonedas de demostrar su valía frente al dinero fiat.

Y sin embargo la cotización de Bitcoin ha caído a consecuencia del inicio de la guerra.

¿Por qué?

Criptomonedas y guerra: una relación complicada

¿Por qué han caído las criptomonedas?

Huelga decir que la explicación, como casi todo en economía, se debe o puede deber a tantos factores que es sencillo dejar escapar alguno de ellos. Y siempre he pensado que esta es la principal razón por la que los economistas son tan solventes explicando lo que ya ha ocurrido, como poco fiables cuando vaticinan lo que va a pasar.

Sin embargo hay dos puntos, que personalmente me parece que son clave a la hora de intentar entender la razón por la que la guerra de Ucrania ha tenido, como consecuencia, el descenso de la cotización de las criptomonedas: el miedo y la trazabilidad.

La guerra de Ucrania tiene implicaciones muy severas que afectan a todo el viejo continente, implicaciones económicas que, una vez más, vuelven a arrojar sombras sobre una economía global que todavía está terminando de restablecerse del golpe que ha supuesto y sigue suponiendo la pandemia. La globalidad de los mercados abrieron a la baja tras desatarse el conflicto, y el riesgo del que el mismo incida directamente en el suministro de energía a Europa extiende aún más el temor.

¿Y cómo suelen reaccionar los inversores ante las situaciones de riesgo? Adoptando, siempre, el perfil más conservador posible, con inversiones de muy baja o incluso de nula rentabilidad (véase la inversión en deuda Alemana), pero que ofrezcan unos niveles de seguridad muy por encima de la media. No son tiempos de ganar, sino de evitar perder, a la espera de la llegada de tiempo mejores, en los que volver a invertir con más alegría.

Y aquí es donde entra la volatilidad de las criptomonedas. Si incluso en periodos y contextos de estabilidad económica y de crecimiento, son muchos los inversores que no se terminan de fiar de las mismas (algo normal, tras ver el modo en el que fluctúan sus  cotizaciones), en «tiempos de guerra», no parece excesivamente sensato apostar a un bien electrónico y que no tiene más valor que aquel que le conceden sus usuarios (y sí, sé que el patrón oro ya no existe y que, por lo tanto, se puede argumentar lo mismo con respecto al dinero fiat, con la diferencia de que éste está respaldado por instituciones).

Y luego está, claro, la trazabilidad, que rompe por completo el planteamiento de que, ante el bloqueo económico a Rusia, las criptomonedas permitan saltarse el embargo y operar libremente con el país. Puede parecer de primero de primaria el tener que recordar esto, pero un bloqueo económico es una medida intencionada, y que no consiste solo en decir «No puedes operar de tal modo». No, un embargo de este tipo conlleva el compromiso de las partes que lo suscriben de no permitir que se vulnere el bloqueo establecido mediante el mismo.

Criptomonedas y guerra: una relación complicada

Dicho de otro modo, en este caso el bloqueo no pretende evitar que Rusia pueda comerciar con el exterior empleando los cauces bancarios habituales. No, pretende evitar que Rusia pueda comerciar con el exterior, sea del modo que sea. ¿Y qué es lo que ocurre con las criptomonedas? Pues que las cadenas de bloques son públicas, por lo que cualquiera puede analizar las operaciones, hasta dar con el origen y el destino de muchas de las mismas.

Así, si una compañía del entorno en el que se ha establecido el bloqueo económico a Rusia lleva a cabo alguna operación con el país sancionado, y su transacción económica asociada se lleva a cabo mediante criptomonedas, tarde o temprano dicha información saldrá a la luz, y las partes implicadas fuera de Rusia tendrán que enfrentarse a las consecuencias de haberse saltado un bloqueo internacional, lo que no parece una perspectiva demasiado agradable.

A esto, además, debemos sumar la enorme inconsistencia del propio bloqueo. Como ya te contamos el viernes, la organización del MWC 2022 ha vetado el pabellón ruso, así como a algunas empresas de dicho país. Es decir, que el resto de empresas rusas sí que podrán participar en la feria y, por lo tanto, realizar actividades comerciales.

Po otra parte, la comunidad internacional con Biden a la cabeza apuntan a que el bloqueo económico no afecte a los pagos que recibe Rusia por sus suministros de energía a Europa. Cada vez es más evidente que nos dirigimos hacia un bloqueo blando, en el que el dinero fiat seguirá cruzando las fronteras de Rusia, y que por lo tanto no hará que las criptomonedas sean la única opción para comerciar con Rusia.

En los próximos días es posible que Europa recrudezca sus sanciones frente a Rusia, y que sí que llegue a dar el paso de expulsar al país de SWIFT, imponiendo un bloqueo bastante más duro. ¿Quizá entonces las criptomonedas reviertan su tendencia y coticen al alza? Me cuesta creerlo, pues los riesgos que he mencionado anteriormente al hablar de la trazabilidad seguirán estando ahí, y además la economía global podría resentirse aún más, alejando así las criptomonedas de la lista de opciones recomendables para aún más inversores.

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