Microsoft recula en los requisitos de Windows 11: Podría dar soporte a los Ryzen 1000 y Core de séptima generación

Cuando vimos los requisitos de Windows 11 nos dimos cuenta de que se había producido un incremento que, en algunos casos, no solo resultaba excesivo, sino que además carecía de sentido alguno. Personalmente, creo que dejar sin soporte a las tarjetas gráficas que no soporten DirectX 12 es una mala decisión, aunque el error más importante que ha cometido Microsoft es obviar el soporte de procesadores inferiores a los Core de octava generación y a los Ryzen de segunda generación.

Al limitar los requisitos de Windows 11 de esa manera, quedan fuera procesadores que todavía son capaces de ofrecer un gran rendimiento, como el Ryzen 7 1800X, que tiene un buen IPC y cuenta con 8 núcleos y 16 hilos, y también otros como el Core i7-7700K, que tiene un IPC muy alto y suma 4 núcleos y 8 hilos. Tampoco tendrían soporte soluciones tan potentes como el Core i7-6950X, que tiene 10 núcleos y 20 hilos, y cuyo IPC también raya a un buen nivel.

Los procesadores Ryzen de segunda generación, basados en Zen+, solo representaron un aumento del IPC, frente a los Ryzen de primera generación, de entre un 2% y un 3% de media, y Cofffe Lake, arquitectura utilizada en los procesadores Core de octava generación, no aumentó en absoluto el IPC frente a Kaby Lake (Core de séptima generación). Ninguna de esas generaciones marcó un salto importante frente a la anterior, así que no tiene sentido limitar el soporte como lo ha hecho Microsoft en los requisitos de Windows 11.

requisitos de Windows 11

Microsoft podría cambiar los requisitos de Windows 11

Y la verdad es que sería lo más sensato. Como he dicho, no hay cambios a nivel de microarquitectura que justifiquen dar soporte a Zen+ y Coffee Lake y dejar sin soporte a Zen y Kaby Lake. A continuación os traduzco lo que ha dicho Microsoft, de forma literal, en este sentido:

«Utilizando los principios anteriores, estamos seguros de que los dispositivos que se ejecutan en procesadores Intel de octava generación y AMD Zen 2, así como Qualcomm 7 y 8 Series, cumplirán con nuestros principios sobre seguridad y confiabilidad y los requisitos mínimos del sistema para Windows 11. A medida que lleguemos a Windows Insiders, a nuestros socios y a nuestros OEM, haremos pruebas para identificar si los dispositivos que se ejecutan en CPUs Intel de séptima generación y AMD Zen 1 pueden cumplir con nuestros principios. Nos comprometemos a compartir con usted actualizaciones sobre los resultados de nuestras pruebas a lo largo del tiempo, así como a compartir blogs técnicos adicionales».

Aunque todavía no está confirmado, no hay nada que impida a Microsoft dar soporte a Zen y Kaby Lake en los requisitos de Windows 11, ni en términos de rendimiento ni de microarquitectura, así que lo más probable es que, al final, se acaben reduciendo dichos requisitos, y que el mínimo se sitúe en Zen y Kaby Lake, aunque la verdad es que, para ser justos, Kaby Lake tampoco marca una diferencia relevante frente a Skylake, y al final esta última es la que debería quedar como el punto de partida en los requisitos de Windows 11, al menos en el caso de los procesadores Intel.

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