Análisis de los requisitos de Windows 11: Resolviendo dudas
Los requisitos de Windows 11 han dado mucho de qué hablar. En general, nos han ayudado a tener claras algunas cosas, pero también han generado dudas importantes entre los usuarios, y por eso hemos querido dar forma a este artículo, donde os vamos a ayudar a resolverlas de forma directa, clara y lo más sencilla posible.
En este artículo vamos a tocar aspectos tan relevantes como el tema de los procesadores compatibles, sin duda uno de los puntos más polémicos por la gran cantidad de CPUs que se han quedado sin «soporte» en Windows 11, y también volveremos a profundizar sobre el tema del chip TPM 1.2, la recomendación de un chip TPM 2.0 y la importancia que tendrá, realmente, actualizar a Windows 11 para un usuario medio.
Nuestro objetivo con este artículo es ayudaros a resolver vuestras dudas sobre Windows 11, sus requisitos y el papel limitador de estos. Por ello, también os vamos a concretar qué requisitos son bloqueantes, es decir, nos impedirán actualizar a Windows 11 si no los cumplimos, y qué requisitos no tienen ese papel, es decir, serán opcionales. Como siempre, si tras leer el artículo os quedan dudas podéis dejarlas en los comentarios, y os ayudaremos a resolverlas.
Recordando los requisitos de Windows 11
- Procesador: de 64 bits con doble núcleo funcionando, al menos, a 1 GHz. Es importante que esté listado entre los modelos compatibles, ya que en caso contrario podría no funcionar (por tema de falta de instrucciones requeridas, por ejemplo).
- Memoria: 4 GB como mínimo. En Windows 10, necesitábamos 2 GB para la versión de 64 bits.
- Almacenamiento: Dispositivo de almacenamiento de 64 GB como mínimo. Con Windows 10, solo hacía falta una unidad de 32 GB.
- Tarjeta gráfica: debe ser compatible con DirectX 12 / WDDM 2.x. En Windows 10, basta con que sea compatible con DirectX 9.
- Pantalla: de al menos 9 pulgadas con resolución HD (720p). En Windows 10 era suficiente con una resolución de 800 x 600.
- Conexión a Internet: Para Windows 11 Home se requiere una cuenta de Microsoft y conectividad a Internet.
- Seguridad: chip TPM 1.2, recomiendan un chip TPM 2.0. Podemos acceder a Windows 11 si tenemos una solución fTPM.
Bien, todos los requisitos que aparecen aquí listados son, de momento, «excluyentes», lo que significa que si no los cumplimos no podremos actualizar a Windows 11. A priori no parecen excesivos, pero si profundizamos en ellos nos daremos cuenta de que hay un salto importante que va a dejar fuera a muchas configuraciones que podían mover Windows 10 sin problemas.
Vamos a analizarlos en detalle para conocer, de verdad, sus implicaciones.
Análisis de los requisitos de Windows 11: Procesador
Microsoft dice que necesitaremos, al menos, un procesador de 64 bits y doble núcleo a 1 GHz. Parece un requisito asequible, pero cuando vemos la lista de procesadores soportados vemos que solo los chips Ryzen 2000 y superiores, y los Core de octava generación o superiores (además de los Atom, Athlon y demás chips listados) estarán soportados oficialmente.
¿Qué significa esto? Pues que los Ryzen 1000, los Core de séptima generación y todos los modelos anteriores no tendrán soporte oficial en Windows 11. ¿Actúa esto como un requisito limitante? En principio no, es decir, aunque no cumplamos del todo los requisitos de Windows 11 deberíamos poder instalarlo sin problemas en esos procesadores, aunque acabaríamos recibiendo un aviso de que «no se recomienda» por contar con un procesador que carece de soporte oficial en dicho sistema operativo.
En este sentido, creo que es importante destacar que Microsoft ha listado como soportadas APUs de primera generación basadas en Zen, y también procesadores Kaby Lake-R, que no son más que un renombre de los Kaby Lake originales, lo que refuerza esa idea de que no será un requisito excluyente. Con todo, creo que es un movimiento poco acertado por parte de Microsoft haber limitado tanto el soporte a nivel de CPU en Windows 11.
Análisis de los requisitos de Windows 11: Memoria y almacenamiento
Son dos requisitos excluyentes que nos impedirán instalar Windows 11 si no los cumplimos, pero la verdad es que no resultan problemáticos. Hoy por hoy la mayoría de los PCs y portátiles cuentan con 4 GB o más de memoria RAM, y con 128 GB o más de capacidad de almacenamiento, así que considero que los requisitos de Windows 11 que ha fijado Microsoft en ambos niveles son más que razonables.
Si tu equipo no cumple con esos dos requisitos de Windows 11 no lo tienes difícil para actualizar, la memoria RAM no es cara, y hasta hace nada se podía comprar un SSD de 128 GB por 18 euros. Al momento de escribir este artículo, los precios rondaban entre los 20 y los 22 euros, cifras que también resultan muy asequibles.
Con todo, antes de cerrar este apartado quiero hacer una matización, y es que es probable que el rendimiento de Windows 11 en configuraciones con solo 4 GB de memoria RAM no sea del todo óptimo, así que, si os veis obligados a actualizar, sería mejor ir directamente a por un mínimo de 8 GB de memoria RAM. En Windows 10 es posible disfrutar de una experiencia aceptable doblando el requisito mínimo de 2 GB de RAM, es decir, contando con 4 GB de RAM, así que es probable que con Windows 11 acabe sucediendo exactamente lo mismo, y que sea recomendable doblar la RAM exigida en los requisitos mínimos.
Análisis de los requisitos de Windows 11: Tarjeta gráfica, API, pantalla y resolución
Microsoft ha confirmado el adiós a DirectX 11 y a las versiones inferiores al listar los requisitos de Windows 11. Es también una exigencia excluyente, lo que significa que si no contamos con una tarjeta gráfica que sea compatible con DirectX 12, no podremos actualizar a dicho sistema operativo. Esto deja fuera a una gran cantidad de configuraciones, y supone un salto importante frente a la exigencia de Windows 10, que se conforma con DirectX 9.
¿Y qué tarjetas gráficas quedarían fijadas como el nuevo mínimo? Pues es muy sencillo:
- NVIDIA: todas las basadas en la arquitectura Fermi, utilizada en las series GTX 400 y 500, o superiores.
- AMD: todos los modelos basados en GCN, es decir, a partir de las Radeon HD 7000 y superiores. Las Radeon HD 5000 y 6000 no soportan DirectX 12.
- Intel: a partir de la serie HD 5000 (Gen. 8 Broadwell).
Por lo que respecta a la pantalla y a la resolución, no se ha producido un salto especialmente grande para los tiempos que corren, una pantalla de 9 pulgadas y resolución HD. A día de hoy, la resolución FHD se mantiene como la más utilizada, y muchos ya han dado el salto a otras superiores, como QHD y UHD, así que ese aumento en los requisitos de Windows 11 es perfectamente normal, y comprensible.
Análisis de los requisitos de Windows 11: Conexión a Internet y seguridad
Otros requisitos excluyentes que es importante tener claros. Windows 11 mantendrá el modelo de sistema operativo como servicio que vimos en Windows 10, y por ello la conexión a Internet jugará un papel muy importante. También será necesario contar con una cuenta de Microsoft.
Por lo que respecta a la seguridad, el tema del chip TPM ha generado una fuerte polémica, y es perfectamente comprensible, ya que muchos equipos que todavía son capaces de ofrecer un buen rendimiento, y que podrían mover Windows 11 sin problemas, carecen de una solución de este tipo.
La información oficial que tenemos hasta ahora es la que hemos dado en los requisitos de Windows 11, es decir, que necesitaremos contar con un chip TPM 1.2 para poder actualizar a dicho sistema operativo. También nos valdría con una solución fTPM, como os hemos comentado en ocasiones anteriores. En teoría, es un requisito excluyente, al menos de momento, lo que significa que, aunque cumplamos el resto de requisitos, si no contamos con ese chip (o con fTPM) no podremos actualizar a Windows 11.
Si os encontráis en esa situación no desesperéis, en el peor de los casos será suficiente con comprar un chip TPM 2.0 y conectarlo a vuestra placa base. La mayoría de los modelos lanzados en los últimos años cuentan con dicho conector. Por ejemplo, la GIGABYTE GA-Z97X-Gaming 3 que utilicé para montar mi nuevo PC en 2015 lo tiene, y dicha placa estaba pensada para procesadores Haswell (Core de cuarta generación).
Notas finales: ¿Será realmente interesante actualizar a Windows 11?
Es una pregunta muy difícil de responder, la verdad. Para un usuario de nivel básico, la verdad es que no. Más allá de las novedades que traerá Windows 11 a nivel de interfaz, este perfil de usuario no disfrutará realmente de ventajas lo bastante importantes como para justificar el salto a Windows 11, máxime si encima tiene que llevar a cabo alguna actualización en su equipo a nivel de hardware.
Sin embargo, en el caso de perfiles de usuario medio, y especialmente en el caso de usuarios más exigentes, la cosa cambia. Microsoft ya ha confirmado que Direct Storage, una de las funciones más esperadas de DirectX 12 Ultimate, será exclusiva de Windows 11, y por lo que hemos podido ver este sistema operativo ofrece pequeñas mejoras de rendimiento frente a Windows 10. Por todo ello, creo que estos dos perfiles de usuario sí que encontrarán mucho más interesante el salto a Windows 11.
En mi caso, ya os comenté lo que tengo pensado hacer en este artículo de opinión, actualizaré a Windows 11, al fin y al cabo ya utilizo Windows 10 Pro (actualicé en su momento desde Windows 7 Pro) y no me costará nada, pero voy a esperar a ver primero en qué estado llega, y le daré un margen razonable a Microsoft para resolver posibles errores. Mi nuevo PC monta una configuración de última generación, y para seguir sacándole el máximo partido y aprovechar tecnologías como RTX I/O de NVIDIA, necesitaré un sistema operativo a la última.
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