Inoreader en los tiempos del cólera
Internet está lleno de cosas y seguir lo que publican tus fuentes preferidas no es sencillo ni cómodo… salvo que alivies la carga con herramientas preparadas para ello. Y antes de que apareciesen las primeras redes sociales, con su supraconectividad y su ruido, estaban los lectores de RSS, de los cuales Inoreader es uno de sus mejores exponentes actualmente.
Inoreader es uno de los servicios que nació al rebufo de Google Reader, o mejor dicho, al rebufo de su desaparición. No fue el único, aunque de aquella explosión de alternativas que surgieron entonces no queda gran cosa: Feedly fue la que por derecho propio se llevó el gato al agua y la que se mantiene como referente en su categoría; por el camino cayeron iniciativas de nombres significativos de Internet como AOL y Digg; por ahí siguen otras como The Old Reader y NewsBlur… y, por supuesto, hay montones de aplicaciones independientes para todos los sistemas operativos.
No obstante, vivimos en la época del multidispositivo y la nube y ya que recomendamos los RSS por comodidad -pero no solo por eso-, no cabe duda de que tenerlo todo bien sincronizado es un plus difícil de obviar, por lo que son los servicios los que más facilidades aportan y de estos, Feedly e Inoreader son top notch. De hecho, cada uno tiene sus propias ventajas con respecto al otro y elegir dependerá de gustos y necesidades, excepto cuando no estés dispuesto a pagar: en ese caso Inoreader es la opción más completa (entre otras limitaciones, Feedly no permite agregar más de cien fuentes o realizar búsquedas en su versión gratuita).
Tras varios meses de silencio para un servicio conocido por haber implementado numerosas funciones en el último par de años, Inoreader da muestras de actividad con la renovación de sus app móviles. La versión para iOS llegó un poco antes y la de Android acaba de hacerlo, si bien ambas comparten los mismos cambios. Lo que más salta a la vista es un remozado estético de arriba abajo prácticamente igual, lo cual supone no seguir de manera estricta ni las guías de diseño de Apple ni las de Google.
Así que nada de Material Design, pero sí un repensado de la interfaz de la aplicación que destaca por el nuevo estilo y la reordenación de los elementos, así como por la optimización de la vista de lectura, clave en cualquier lector RSS que se precie. La cuestión es que la anterior versión de la aplicación de Inoreader, que recibió una importante actualización no hace ni dos años, ya se veía y funcionaba perfectamente.
Mientras tanto, la aplicación web lleva años con el mismo aspecto, uno que nunca enamorará a alguien que haya probado Feedly. En efecto, el aspecto de la aplicación web es uno de los puntos flacos de Inoreader en comparación con Feedly. De ahí la duda de dónde están las prioridades de un servicio como este.
¿Es este un signo de los tiempos? ¿Que un servicio como Inoreader, basado en una tecnología que muchos tachan de obsoleta, anteponga la movilidad a su ambiente natural? Ojalá que no y dentro de poco podamos ver que la web aún importa. Que, como sucedía en la novela de García Márquez, aunque la espera se haga dura, al final todo acabe relativamente bien. Al fin y al cabo, no estoy hablando solo de una aplicación… y aun así os la recomiendo.
Pero os recomiendo mucho más el no perder las buenas costumbres y usar los RSS. ¡Mas nos vale!
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