Ford Mustang Mach-E GT, responsabilidades
I’ve made up my mind Whitesnake (Saints & Sinners, 1982)
«Has dejado la puerta abierta» Susana entra en el apartamento con precaución «también he desenchufado la nevera y he regalado la lavadora a mi vecino de enfrente» contesta Carlos mientras sigue leyendo Anna Karenina sentado en el sofá. Lleva puesta una gruesa bata a pesar de que está completamente vestido, de hecho calza unas botas de nieve. Susana no puede reprimir un escalofrío «también veo que has apagado la calefacción…» «No» contesta Carlos pasando página y colocándose las gafas para seguir leyendo… «anoche arranqué el termostato y esta tarde viene mi primo Samuel a llevarse la caldera para su casa de la sierra». «Vale» dice Susana sentándose en la butaca frente a Carlos «supongo que todo esto tiene una explicación, alguna loca teoría sobre el proceso creativo para terminar tu novela» mientras habla el vaho sale de la boca de Susana. Hace más frío en casa de Carlos que en la calle, piensa. «Realmente no» contesta Carlos sin levantar la mirada de la obra de Tolstói. «Y lo cierto es que no tengo una explicación válida. El martes estuve despierto durante horas mirando al techo y a la mañana siguiente empecé a deshacerme de cosas. Lo primero que hice fue anular todas mis suscripciones y liquidar la cuenta del banco.» Susana observa el piso de Carlos, ha estado en muchas fiestas en este piso, decorado con gusto, con muebles de diseño. Ahora parece un campamento de refugiados. «Veo que Natalia se ha marchado…» «Sí» contesta Carlos apoyando el libro abierto sobre el regazo. «Tampoco a ella supe darle una buena explicación y supongo que eso fue demasiado. Le di algo de dinero… creo.» se encoge de hombros y vuelve a la lectura. Una fila de trofeos de premios literarios se encuentra en el suelo junto al sofá.
«¿Sabes?» Añade Carlos pasando página. «Hace años que tengo este libro. Ni siquiera recuerdo cuántos, si lo compré, si lo prestaron, si es de casa de mis padres… Siempre me estaba esperando en la estantería, lo veía cada vez que salía del baño. Supongo que durante un tiempo consideré que formaba parte del paisaje hasta que hace unas semanas me di cuenta de que nunca lo había leído o que no recordaba haberlo hecho. Recuerdo vagamente a mi tío Darío hace mucho tiempo diciéndome que tenía que leerlo, que me cambiaría la vida. Y ese día al darme cuenta de que nunca había tenido la curiosidad o las ganas de leerlo lo cogí y me senté en este mismo sillón. Entonces recibí una llamada. Mi tío había muerto.» «Por cierto» interrumpió Susana «he intentado llamarte…» Carlos la mira por encima de las gafas y ella misma se contesta «claro, las suscripciones. Has regalado tu móvil o lo has tirado al río. Entendido… Me estabas diciendo que recibiste esa llamada. Y eso te cambió la vida» Carlos frunció el ceño. «Bueno, no exactamente. De lo que me di cuenta es de que estaba vivo.» Susana se levanta y apoya su mano en el hombro derecho de Carlos «Me mandan todos, tus amigos, tus familiares. Están preocupados por ti» Carlos mira hacia arriba interceptando la mirada angustiada de Susana «Les puedes decir que hacen bien en estar preocupados.» El tono de Carlos parece inquietar a Susana que retira la mano y la deja suspendida en el aire. «Pero Carlos, así no puedes…» Carlos se encoge de hombros «No he pensado en lo que puedo o no puedo hacer. Simplemente voy desprendiéndome de cosas. Ya iremos viendo.» Susana suspira y se dirige a la puerta «¿Sabes?» dice Carlos sin dejar de leer «también tengo Guerra y Paz por algún lado por si quieres quedarte a leer conmigo».
Para Ford poner el nombre de Mustang, uno de sus modelos más míticos, a un vehículo eléctrico fue una apuesta arriesgada. Aún así la estética y el planteamiento del coche justificaron en parte esta elección y el mercado e incluso los aficionados de la marca y del deportivo con logotipo de caballo al galope no parecieron reaccionar mal. Pero ponerle el apellido GT a este coche eléctrico supone un guiño más a la tradición de los modelos deportivos de Ford, un recuerdo de lo que fue uno de los modelos más míticos de la marca.
Modelo analizado | Ford Mustang Mach-E |
Motor y acabado | 2GT AWD 487 CV99 kWh |
Potencia | 487 CV |
Velocidad máxima | 200 Kmh |
Aceleración o-100 | 4,4 s |
Largo/ancho/alto | 4712/1881/1597 mm |
Potencia máxima RPM | 487CV |
Par máximo Nm/RPM | 860 Nm |
Caja de cambios | Automático |
Web | https://www.ford.es/ |
Precio | 81.428 euros |
Se trata del GT40 un automóvil de competición que ganara en su día cuatro veces seguidas las 24 horas de Le Mans frente a los entonces invencibles Ferraris y que luego daría nombre al Ford GT, también un deportivo mítico de la marca americana. El caso es que GT es un apellido que llevan los Mustang de gasolina más potentes del catálogo actual de Ford pero que también se ha utilizado para designar las versiones más deportivas del Mustang Match-E. Hemos tenido la ocasión de probar uno de estos últimos.
Filosofía GT
Con esta filosofía Ford ha proporcionado a esta versión del Mach-E una motorización más potente para ser fiel al espíritu deportivo que transmiten las siglas GT. En este caso estamos ante dos motores eléctricos, uno por eje, que suman conjuntamente 487 caballos y una cifra de par de 813 Nm que puede alcanzar puntualmente y durante unos segundos los 860 Nm al pisar a fondo el acelerador. Cifras muy por encima del resto de la gama Mach-E y en concreto del modelo que pudimos probar anteriormente.
El aspecto de esta versión GT cambia ligeramente con respecto al resto de Mustang Mach-E. En la parte delantera destaca la falsa parrilla delantera (no es funcional ya que no permite la entrada de aire) en color negro además de dos ranuras verticales en los laterales del parachoques de esta parte frontal rematados con elementos también en plástico negro que además de darle un aspecto más agresivo también permiten la entrada de aire a la zona de los pasos de rueda con el objetivo de disminuir algo más la resistencia al aire a velocidades altas.
En el lateral destacan las pinzas de frenos de color rojo de la prestigiosa marca italiana Brembo que junto con las nuevas llantas de 20 pulgadas añaden un toque deportivo más. También se ha modificado el diseño de los pasos de rueda que en el caso de esta versión GT se han pintado con el mismo color que tiene la carrocería, en vez del color negro que luce el resto de la gama de los Mach-E. En la parte inferior de las puertas encontramos las siglas Mach-E 4X para indicar que se trata de un modelo de tracción a las cuatro ruedas.
Versión deportiva
En la parte trasera lo que más llama la atención es que se ha sustituido el tradicional logotipo del caballo al galope por las siglas GT. También se han añadido una serie de elementos aerodinámicos de plástico para las turbulencias en la parte inferior del parachoques. Por lo demás el diseño es el mismo que en el resto de la gama de este SUV eléctrico de Ford, con los consabidos guiños al diseño de los grupos ópticos de los Mustang de gasolina y ese corpachón de SUV bien moldeado para dar un aspecto deportivo a un coche de tamaño considerable.
En el interior del coche seguimos encontrando la imponente pantalla de 15,5 pulgadas colocada en sentido vertical y con el dial colocado en la parte inferior que nos sigue dejando algo perplejos. En el apartado de los indicadores también encontramos la misma pantalla que en el resto de la gama con 10,2 pulgadas y una serie escueta de datos sobre el funcionamiento del vehículo. En el caso de esta versión GT y debajo del número que indica el porcentaje de la batería hay ahora un indicador realmente pequeño que indica la potencia de aceleración y frenada.
Nos ha decepcionado un poco que Ford no se haya decidido por lo menos a modificar esta pantalla para que tuviera una gráfica más deportiva. Aunque desde el punto de vista de la funcionalidad no se le puede poner ninguna pega contrasta con la cantidad de información (a veces superflua, eso es cierto) que aparece en las versiones deportivas ST de otros modelos como el Puma o la que aparece en los Mustang de gasolina como la medida de las fuerzas G a la que se somete el coche en conducción deportiva por ejemplo.
Asientos deportivos
Los asientos también son distintos en esta versión GT y han sido diseñados por la división de competición Ford Performance que se ocupa de las versiones deportivas y los vehículos de competición del fabricante norteamericano. En este caso los asientos son algo más envolventes en los laterales y se les ha añadido un curioso elemento también envolvente en la parte superior del respaldo que queda más o menos a la altura de los hombros.
El resultado es bueno y ese segundo elemento contribuye bastante a que el cuerpo de los ocupantes de las plazas delanteras se mantengan estables en trayectos virados a alta velocidad. La banqueta de los asientos también se ha modificado para aumentar su longitud. También se ha aumentado la capacidad de las bolsas laterales portaobjetos con respecto al resto de los modelos de la gama. Encontramos referencias al modelo en la parte inferior del perfil de las puertas delanteras y poco más.
Quizás un toque más de decoración deportiva con más inserciones de imitación de fibra de carbono y pespuntes de ciertos elementos de tela en colores más vistosos hubiese ayudado a identificar una versión más deportiva. Tampoco el volante lleva ninguna indicación de que se trata la versión GT del Mach-E, cosa que (una vez más) sí ocurre con las versiones ST de Puma y Fiesta que hemos tenido la ocasión de probar.
Excelente habitabilidad
Por lo demás el Mustang Mach-E GT tiene la misma excelente habitabilidad que el resto de la gama, con el mismo techo solar transparente que no puede abrirse y no dispone de tapa que proporciona más luminosidad y sensación de espacio al habitáculo. Las plazas traseras son amplias y cómodas con conexiones USB y dos salidas de aire que garantizan la ventilación de la parte de atrás del vehículo.
Los maleteros de esta versión, el delantero y el trasero, tienen la misma capacidad que los del resto de la gama con 100 y 402 litros respectivamente. Este último puede ampliar su capacidad abatiendo la fila de asientos trasera para alcanzar una capacidad de almacenamiento que puede llegar hasta los 1.420 litros. El portón es amplio y deja un acceso cómoda para cargar objetos, también gracias a que la cortinilla que tapa el maletero se eleva con el mismo en vez de quedar fija.
Pero la parte fundamental de esta versión GT es la de las prestaciones por lo que la prueba se presentaba interesante. Con respecto al Mach-E que probamos antes que este modelo estamos hablando de casi 200 caballos de potencia más y más de 400 Nm de diferencia en lo que respecta a la cifra de par máximo. Y eso que estamos hablando en el caso del Mach-E menos potente de un coche que no anda corto de potencia precisamente…
Saboreando los 487 CV
Para ir saboreando las diferencias con tiento comenzamos probando el coche en modo normal. La diferencia de potencia y de par se nota enseguida con un empuje inmediato y con una excelente adherencia gracias a la tracción a las cuatro ruedas que pega al asiento a poco que pisemos con decisión. Una sensación que recuerda a los Tesla que hemos probado en alguna ocasión. Aún en trayectos urbanos esta inmediatez de respuesta se hace notar al arrancar en semáforos o desde parado.
El endurecimiento de la suspensión no lo hemos notado demasiado. Quizás algo más cuando se afrontan trayectos con badenes, pero a baja velocidad la diferencia es poca. Para realizar la prueba en carretera y a ritmo sostenido optamos por activar el modo «Untamed» o desatado en el que el coche entrega toda la potencia a disposición. Además y para ambientar de forma adecuada la prueba activamos también el sonido artificial de motor que, con mucha suavidad, proporciona el sonido de un motor deportivo de explosión al acelerar.
Hay que tener en cuenta que este modelo dispone de un modo Untamed Plus que permite que el sistema pueda ajustar las prestaciones para que el propulsor y la batería puedan proporcionar altas prestaciones durante más tiempo sin problemas causados por la temperatura. Es decir, no se trata de un modo que proporcione más potencia o par sino que extiende la posibilidad de utilizar el máximo posible de prestaciones durante más tiempo. También limita el comportamiento del control de tracción y estabilidad para que la conducción sea más «divertida».
Entrega inmediata
En ambos modos la entrega de potencia es impresionante e inmediata. Con una potencia de 487 caballos y una cifra de par disponible de 861 Nm estamos hablando de prestaciones que empiezan a apuntas a las de un deportivo de pura sangre. Nos creemos la cifra que proporciona Ford de aceleración en 4,4 segundos para alcanzar los 100 kilómetros por hora desde parado. Aún está siete décimas por debajo de la versión más potente del Tesla Model Y pero es igualmente una prestación que es excelente.
Además los ingenieros de Ford han hecho un excelente trabajo con el tacto de la conducción. Aunque la dirección sigue siendo neutra aunque algo más precisa, en lo que respecta a la tracción el reparto de potencia es mayor para el eje trasero por lo que el coche tiende a sobrevirar cuando pisamos el acelerador, lo que da pie a divertirse potencialmente en terrenos con curvas. La posibilidad de desactivar del todo tanto el control de tracción como el de estabilidad da una posibilidad más de jugar para conductores experimentados.
El resultado es que el tacto de este Mach-E GT en carretera es francamente deportivo a pesar de su masa y tamaño y regala sensaciones en curva y en aceleración que es difícil encontrar en otros modelos similares, incluso con una potencia mayor. Además si los episodios de desahogo racing no son demasiados ni demasiado largos podemos mantener una autonomía bastante razonable, por encima de los 300 kilómetros y si somos cuidadosos mantenernos cerca de los 450.
Conclusiones
Este Ford Mustang Mach-E GT podemos decir que ya se parece más en carácter al modelo deportivo del que hereda el nombre. Con una cifra de potencia y de par ya más que respetable y con unos ajustes en las suspensiones y la tracción se puede decir que se ha pasado a otro nivel en cuanto a conducción deportiva con una sensación de aceleración que clava en el asiento y arranca una involuntaria sonrisa cada vez que pisamos sin tapujos el acelerador.
Es un coche que ya nos gustaba como apuesta original en el panorama de los eléctricos pero que con esta versión, digno de las excelentes versiones deportivas de otros modelos de la marca, aumenta en personalidad y diversión lo gusto como para pensar en hacer una locura (no se trata precisamente de un coche barato…). Unos toquecitos estéticos más, sobre todo en el interior y más concretamente en la pantalla de los indicadores, nos hubieran gustado, pero pocas pegas podemos poner a todo un parque de atracciones sobre ruedas.
Tacto deportivo mejorado
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