Mastodon da un ultimatum de 30 días a TRUTH Social

No empieza demasiado bien TRUTH Social, el proyecto de red social de Donald Trump. Aunque, bueno, en realidad lo de empezar es un decir, porque en realidad los problemas empiezan a llegarle antes incluso de que haya llegado a debutar. Y en este caso, como ya te adelantamos la semana pasada, los responsables de la misma deben asumir que son ellos mismos los que se han metido en un charco del que, ahora, estamos esperando a ver cómo logran salir.

Empecemos con los antecedentes. El pasado 21 de octubre, se anuncia que la esperada red social del expresidente Donald Trump, y descubrimos que su nombre es TRUTH Social. Cabía pensar que todavía tardaríamos un tiempo en saber algo más de la misma, pero la sorpresa saltó cuando se filtró una URL que permitía acceder al sitio, que todavía se encuentra en beta privada. Muchos usuarios aprovecharon para crear perfiles falsos, que fueron eliminados al poco tiempo por sus responsables. Además, el acceso filtrado se cerró, impidiendo que se pudiera seguir analizando el servicio.

Sin embargo, durante el tiempo en el que TRUTH Social permaneció accesible, lo más relevante no fueron los perfiles falsos, aunque resultara lo más llamativo. Lo verdaderamente interesante llegó cuando algunos usuarios analizaron la plataforma, y descubrieron que, al menos en ese punto de su desarrollo, estaba basada en Mastodon, un popular proyecto de software libre para la puesta en marcha de redes sociales, con una clara inspiración en Twitter.

Esto, en sí mismo, no supondría un problema, pues precisamente esa es la razón de ser del software libre, permitir su uso en nuevos proyectos. Sin embargo, eso no significa que quien lo emplea pueda hacer lo que quiera. Hay licencias que rigen estos usos, marcando condiciones que deben ser cumplidas para que se permita. Y aquí es donde, como te contamos la semana pasada, parece que los responsables de TRUTH Social han tropezado con las dos piernas al mismo tiempo.

Mastodon se rige por la licencia AGPL versión 3, que requiere que cualquier servicio que emplee su código, debe acogerse a la misma. Es decir, que si TRUTH Social quiere basarse en Mastodon, entonces debe compartir su propio código, es decir, el de Mastodon con las modificaciones que hayan realizado para su red social. Y pese a que hablamos de una condición bastante sencilla de entender y de aplicar, al menos en el estado en el que se encontraba la semana pasada, los responsables de la red social no parecían haberlo tenido en cuenta.

En su lugar, al analizar la información legal de TRUTH Social, la compañía afirmaba que toda la propiedad sobre el código del sitio le pertenecía o bien poseía los derechos para emplearla. Y, en consecuencia, se acogía al copyright con todos los derechos reservados. Un movimiento que, fueran accidental o intencionado, no ha gustado nada en la comunidad de software libre, y menos todavía a los responsables de Mastodon.

En consecuencia y según podemos leer en un comunicado oficial firmado por Eugen Rochko, fundador y CEO de Mastodon, las cosas se podrían poner serias para los responsables de TRUTH Social. Y es que Mastodon ha dado un ultimátum de 30 días a los responsables de la red social para que o bien asuman las condiciones de la licencia AGPL v3, o bien deje de emplear su código en la nueva red social.

«El 26 de octubre, enviamos una carta formal al director legal de Truth Social, solicitando que el código fuente se pusiera a disposición del público de conformidad con la licencia. Según AGPLv3, después de ser notificado por el titular de los derechos de autor, Truth Social tiene 30 días para cumplir o la licencia puede ser revocada permanentemente.»

¿Qué ocurrirá ahora? Lo más correcto y sencillo sería que los responsables de TRUTH Socia modificaran la información legal del servicio, con la atribución que le corresponde a Mastodon. Y personalmente espero que actúen de ese modo. Sin embargo, me preocupa que no sea así, pues la capacidad de Mastodon para entrar en litigios con un gigante como Donald Trump es muy limitada. Sin embargo, quiero pensar que la imagen que esto arrojaría sobre la red social de Trump y sus responsables, formaría parte del precio que, sin duda, deberían pagar.

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