Neuralink: la interfaz cerebro-máquina según Elon Musk

Cualquier persona que haya seguido la carrera de Elon Musk, sabe que Neuralink es uno de sus proyectos más personales, sin duda el que mira más hacia el futuro y, probablemente, con el que aspira a reescribir el futuro de la humanidad, al tiempo de ofrecer una interesante solución a un problema que algunos expertos y un buen puñado de filósofos y pensadores vienen temiendo desde hace años: la singularidad de la inteligencia artificial.

Anunciada hace ya tres años, Neuralink es una empresa de neurotecnología dedicada al diseño de sistemas capaces de establecer conexiones entre el cerebro humano y dispositivos tecnológicos, generando de este modo una interfaz cerebro-máquina a través de electrodos. Puede sonar a ciencia ficción, pero en realidad no es un concepto nuevo. En realidad, tiene su origen en el término cyborg, acuñado por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en 1960 para referirse a un ser humano «mejorado» y que, gracias a su parte tecnológica, podría sobrevivir en entornos extraterrestres.

E insisto que puede sonar a ciencia ficción, pero Neil Harbisson, ciudadano británico nacido en Londres y criado en Barcelona, ya fue reconocido legalmente como el primer ciborg, por un implante permanente que, conectado a su cerebro, le permite percibir múltiples elementos que escapaban de su percepción (algunos de ellos son imperceptibles para el ser humano y otros, en concreto los colores, también escapaban de su percepción, debido a una particularidad que limitaba su percepción de los colores a una escala de grises).

Hace ya algo más de un años, Neuralink anunció su primer gran avance: unos «hilos» flexibles,con menos probabilidades de dañar el cerebro que los materiales que se usan actualmente en este tipo de interfaces, y que incrementan el ancho de banda de la conexión cerebro-máquina, potenciando así sus posibilidades. De la mano de dicho anuncio, llegó también la confirmación de que Neuralink pretendía empezar a experimentar con humanos durante el segundo trimestre de 2020.

Neuralink 2020

Y ahora, poco más de un años después, Neuralink ha presentado otro gran avance: un prototipo funcional del sistema quirúrgico que, de manera automática, conectará hasta 1.024 «hilos» al cerebro. En esta primera versión del dispositivo de Neuralink es limitado, el sistema solo es capaz de llegar a la capa cortical del cerebro, pero la compañía espera eventualmente insertarlos más profundamente en la materia gris para monitorizar funciones cerebrales más profundas, alcanzando por ejemplo el hipotálamo.

Estos electrodos se conectan al chip Link 0.9 de Neuralink, un encapsulado de 23 mm x 8 mm que se conecta a un pequeño orificio perforado en el cráneo del paciente y que se encarga de recopilar las señales que recogen los electrodos. El Link 0.9, en esta primera versión, medirá la temperatura, la presión y el movimiento del paciente, lo que potencialmente proporcionará advertencias tempranas sobre ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares inminentes.

En la presentación, Elon Musk  presentó a tres cerdos: Joyce, que no ha tenido contacto con Neuralink, Dorothy que se sometió a la cirugía, pero posteriormente le quitaron el implante para ilustrar que Link no es un accesorio permanente, sino que se puede instalar y quitar a voluntad por cualquier razón, y Gertrude, que se sometió a la cirugía y todavía tiene Link instalado en su cabeza. Su enlace monitoriza las señales generadas por su hocico, por lo que cada vez que Gertrude huele algo sabroso, el enlace detecta y registra esas señales.

Hasta la fecha, no se han completado ensayos en humanos, aunque el equipo de Neuralink ha logrado implantar hasta 1.500 electrodos en ratones. El chip también ha sido probado en primates. Según afirmó Elon Musk a Bloomberg en julio, los técnicos habían sido capaces de hacer que un mono fuera capaz de controlar un ordenador, en teoría con la ayuda de Link 0.9. Aunque todavía no hay una fecha prevista, los técnicos esperan poder empezar a realizar las primeras pruebas con humanos lo antes posible.

Link se encaja en el cráneo y transmite datos de forma inalámbrica a una distancia de hasta 10 metros. Según se informa, también ofrecerá carga inductiva y una batería con capacidad para un día completo, lo que permitirá a los usuarios recargarlo mientras duermen. Según los informes, todo el proceso de instalación tardará un poco menos de una hora en completarse, «Es como un Fitbit en tu cráneo«, señaló Musk durante el evento.

Neuralink, Elon Musk y la singularidad

Y comentaba al principio que este es, probablemente, el proyecto más personal y con el que Musk tiene más clara su intención de cambiar el futuro de la humanidad, porque hace ya años que se ha sumado a esa corriente de pensamiento que alerta sobre lo que ocurrirá cuando la inteligencia artificial alcance la singularidad, es decir, ese posible momento futuro en el que las máquinas alcancen una inteligencia igual o superior a la del ser humano, y sean autónomas en tareas como el aprendizaje o el mejoramiento. Un evento que genera muchas dudas sobre cómo actuarán las máquinas en ese momento.

Con Neuralink, Musk busca una posible solución a un problema que ya planteaba en 2017. Su planteamiento es que solo si, como especie, somos capaces de fusionarnos de algún modo con la inteligencia artificial, podremos evitar convertirnos en algo inútil e innecesario, y que sea visto por las máquinas como tal. A día de hoy, y con muchas incógnitas todavía por delante, Neuralink, o alguna tecnología similar, podría suponer la próxima gran evolución de nuestra especie, una suerte de homo digitalis, que en vez de competir con las máquinas, se integre con ellas en un mestizaje que, esto sí, a día de hoy todavía suena a ciencia ficción.

Claro que, en realidad, pienso en la cantidad de avances de los que disfrutamos hoy en día y que en mi niñez también habrían pasado por creaciones de Isaac Asimov o de Arthur C. Clarke, que cada vez tengo menos clara la diferencia entre ciencia ficción y predicción tecnológica a medio y largo plazo. Y ante tantas dudas, me siento incapaz de refutar el punto de vista de Musk. Y en cualquier caso, llegue o no llegue la singularidad, y el panorama descrito en Matrix sea más o menos cierto, creo que las aportaciones que puede generar Neuralink al ser humano son, sencillamente, colosales. ¿Qué piensas tú?

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