Cinco cosas que haces mal y que pueden afectar al rendimiento y a la seguridad de tu conexión a Internet

Para funcionar correctamente tu conexión a Internet depende de muchos factores. Esto tiene implicaciones muy importantes, y es que un simple error puede acabar afectando de forma notable al rendimiento, a la estabilidad y a la seguridad de nuestra conexión a Internet.

El primer paso para disfrutar de una buena experiencia es conocer y saber utilizar nuestra conexión a Internet y todos sus elementos clave, algo que para los usuarios más avanzados puede resultar sencillo, pero que para aquellos con menos conocimientos puede acabar siendo bastante complicado.

Por ello nos hemos animado a hacer este artículo, en el que queremos compartir con vosotros cinco cosas que muchas personas hacen mal y que pueden acabar afectando en gran medida al rendimiento y a la seguridad de su conexión a Internet. Además de ver cada uno de esos errores os diremos cómo podéis solucionarlos.

1.-Desconocer la realidad de tu conexión a Internet

Tranquilos, es una cuestión muy importante y muy fácil de entender, aunque al principio parezca lo contrario. Muchos usuarios no son conscientes del estado real  de su conexión a Internet, y esto hace que tengan unas expectativas desmedidas, lo que conlleva decepciones importantes.

Lo primero que debes tener claro es que si tienes una conexión con una velocidad inferior a los 30 Mbps y, para colmo, tu proveedor no te garantiza esa velocidad, la experiencia de uso que tendrás será muy pobre, incluso aunque utilices un router de última generación. Si tienes dudas sobre qué velocidad de conexión a Internet necesitas repasa este artículo.

Solución

Conocer las limitaciones y la realidad de nuestra conexión a Internet es algo que debemos tener claro siempre, ya que de ello dependerán sus posibilidades reales, y podrás determinar quién es el culpable de que tu conexión sea lenta o inestable.

2.-Olvidarnos de la seguridad

Descuidar la seguridad de nuestra conexión a Internet es uno de los errores más frecuentes y más importantes. Una conexión a Internet que no está debidamente protegida es un blanco fácil para los amigos de lo ajeno.

Es fácil pensar que no tenemos porque estar en el punto de mira de los cibercriminales, al fin y al cabo solo somos usuarios particulares, un blanco poco atractivo, pero lo cierto es que los «ladrones de Wi-Fi» son un mal muy común que no hace ascos a una red desprotegida, y tener una contraseña débil equivale a dejarles la puerta abierta.

Solución

Cambia la contraseña por defecto de tu Wi-Fi, utiliza una clave larga, con mayúsculas y minúsculas, números y diferentes caracteres, y si es necesario oculta el nombre de tu red Wi-Fi.

3.-Despreocuparnos del estado de nuestra conexión

No es necesario hacer un seguimiento constante del estado de nuestra conexión a Internet, pero es recomendable monitorizar con cierta frecuencia la velocidad, la latencia y el estado en general de la misma para identificar posibles problemas y su origen.

Esto también nos puede ayudar a identificar posibles intrusos en nuestra red Wi-Fi, y a tomar las medidas necesarias para librarnos de ellos.

Solución

Lo ideal es que accedamos a la interfaz del router para echar un vistazo a los dispositivos que han accedido a nuestra red durante los últimos días, y también que hagamos pruebas de rendimiento y de latencias, y que guardemos los valores para tener valores de referencia.

4.-Configuraciones erróneas

La configuración de nuestra conexión a Internet determinará, en gran medida, la experiencia de uso que vamos a disfrutar, y me refiero tanto a la configuración a nivel de software como de hardware.

Por ejemplo, utilizar una conexión a Internet de 900 Mbps con una tarjeta de red o un router que está limitado a puertos Ethernet de 100 Mbps nos impedirá disfrutar de la velocidad real de la conexión. Es un error grave, y lo mismo ocurriría si limitamos la configuración del Wi-Fi a canales saturados, o si no utilizamos adecuadamente las bandas de 2,4 GHz y de 5 GHz.

Solución

Saber configurar y utilizar nuestra conexión a Internet. Para ello debemos aprender unas nociones básicas, y tener claro que una conexión de más de 100 Mbps debe utilizar un puerto Gigabit Ethernet, que la banda de 5 GHz y el Wi-Fi 5 son más rápidos pero tienen menos alcance, y que, por tanto, el Wi-Fi 4 y la banda de 2,4 GHz son dos aliados excelentes para cubrir distancias relativamente largas.

5.-No actualizar nunca el router

Seamos sinceros, cuando hablamos de actualizar equipos, dispositivos y sistemas operativos la dejadez es una constante en muchos usuarios. Ya actualizaré mañana, o la semana que viene, o incluso el mes que viene, y al final pasa el tiempo y nos acabamos encontrando con un sistema que no está al día, y que puede acabar dándonos problemas.

Los routers no son una excepción, y los drivers de ciertos componentes, como las tarjetas de red, tampoco.

Solución

Buscar actualizaciones de forma periódica e instalarlas cuando se encuentren en una versión estable y libre de errores. Los routers FRITZ!Box de AVM ofrecen la opción de programar la instalación automática de actualizaciones.

Contenido ofrecido por AVM FRITZ!

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