Intel utilizará grafito y cámaras de vapor extendidas para mejorar la refrigeración de los portátiles con certificación Athena
Hace unos meses os hablamos de Project Athena, un estándar con el que Intel fijaba una serie de pautas mínimas para garantizar una buena experiencia de uso en ultraportátiles y convertibles, hoy hemos podido saber que el gigante del chip está preparando, además, un nuevo sistema de refrigeración que estará asociado a dicho proyecto.
Os ponemos en situación. El objetivo de Project Athena es que los fabricantes de portátiles tengan que cumplir una serie de requisitos mínimos en sus equipos para conseguir una certificación homónima. Dicha certificación sirve como garantía a los clientes de que el equipo que están comprando tiene todo lo que necesitan para disfrutar de una buena experiencia a nivel de rendimiento, movilidad, conectividad y especificaciones.
Los requisitos de hardware que deben cumplir los fabricantes son claros:
- Procesador Core i5 Ice Lake como mínimo.
- 8 GB de memoria RAM en doble canal.
- SSD de 256 GB.
- Su autonomía debe ser de más de 16 horas reproduciendo vídeo, y de más de 9 horas en navegación web.
- Debe soportar recarga rápida y ofrecer hasta cuatro horas de uso con media hora de carga.
- Es imperativo que disponga de Wi-Fi 6 y Thunderbolt 3 para garantizar una conectividad de última generación.
- Identificación biométrica, ya sea mediante huella dactilar o reconocimiento facial.
- Su pantalla debe ser como mínimo de 12 pulgadas y como máximo de 15,6 pulgadas.
- La resolución de pantalla no puede ser inferior a Full HD (1080p).
- El teclado debe estar reotriluminado.
- Tiene que venir con soporte para punteros y ofrecer un inicio instantáneo desde el modo reposo.
A todos esos requisitos Intel podría sumar ahora, como dijimos, uno nuevo que actuaría a nivel de refrigeración, y es que el gigante de Santa Clara está ultimando los detalles para presentar una nueva solución de disipación con la que tiene por objetivo mejorar las temperaturas de trabajo de los equipos agrupados bajo Project Athena.
Todavía no conocemos las especificaciones definitivas, pero sí que sabemos qué piezas va a utilizar Intel para construir este «puzle». Tenemos dos elementos clave, el uso de láminas de grafito para mejorar la superficie de disipación y eliminar los problemas que produce la pasta térmica con el paso del tiempo (se degrada y no siempre es fácil de cambiar) y montar un sistema de cámaras de vapor extendido.
Interesante, pero lo más llamativo aquí es ese concepto de cámaras de vapor «extendidas». La idea es sencilla, los portátiles actuales se limitan a montar el sistema de refrigeración en la parte del teclado, es decir, en la «primera mitad» del equipo. Pues bien, Intel quiere llevar el sistema de refrigeración al monitor, una idea que, en conjunto, podría reducir las temperaturas de trabajo hasta en un 30%.
Un diseño de este tipo representa un desafío mayor de lo que parece, ya que tendría que extenderse por la bisagra, y esto acabaría obligando a los grandes del sector a revisar y modificar el diseño de sus equipos, con todo lo que ello implica a nivel de costes. ¿Logrará Intel convencer a sus socios para apostar por ese nuevo sistema de refrigeración? Su presentación se espera para el CES 2020, así que pronto saldremos de dudas.
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