Cinco claves que explican por qué tu conexión Wi-Fi va tan lenta
Tu conexión Wi-Fi va lenta y no sabes por qué. Si te encuentras en esta situación y no tienes claro qué puedes hacer para resolver este problema tranquilo, en este artículo vamos a repasar cinco claves que explican de una manera sencilla por qué una conexión Wi-Fi puede funcionar de una manera lenta, y también te daremos una serie de soluciones para que puedas mejorar el rendimiento.
Es importante tener en cuenta que cuando tenemos problemas con la velocidad de nuestra conexión Wi-Fi lo más habitual es que estos tengan su origen en varias causas. Por ello os recomiendo que echéis un vistazo a todos los puntos que vamos a ver a continuación y que, en caso de dudar en algunos, pongáis en práctica igualmente las soluciones incluidas en ellos.
Dicho esto entramos en materia. Estas son las cinco causas más habituales de una conexión Wi-Fi lenta y sus correspondientes soluciones.
1.-Mala ubicación del router
Si no hemos colocado el router en una posición apropiada podemos estar seguros de que acabaremos teniendo problemas de conexión con nuestra red Wi-Fi, y no hablamos únicamente de una velocidad lenta, sino que incluso podemos llegar a crear zonas muertas, es decir, lugares en los que no tendremos conexión a Internet.
La ubicación del router es fundamental porque de ello dependerá el alcance de nuestra conexión Wi-Fi. Si colocamos el router en una posición alejada del centro de la casa y a una altura muy baja el alcance de la señal se verá seriamente afectado, tendremos más zonas muertas y la velocidad y la estabilidad de la conexión será bastante pobre en muchas zonas.
Solución: es fácil, solo tienes que mover el router a una ubicación adecuada. Puede parecer exagerado, pero algo tan simple como mover el router a una posición central y elevada puede mejorar de manera significativa tanto la calidad como el rendimiento de una conexión a Internet.
2.-Bloqueadores «naturales» de señal
En un hogar hay muchos elementos que pueden acabar bloqueando de manera significativa la señal, aunque no todos tienen el mismo impacto. Hace un tiempo vimos cómo afectan los diferentes materiales de construcción a la señal Wi-Fi, pero debemos tener en cuenta que, además, hay otros elementos que pueden tener un impacto significativo.
Por ejemplo, los espejos y las peceras de gran tamaño pueden reducir de manera drástica el alcance de la señal, una realidad que, unida a muros y puertas, puede tener un impacto enorme en nuestra conexión Wi-Fi.
Solución: lo ideal es colocar el router lejos de esos bloqueadores «naturales» de señal. En caso de que no nos sea del todo posible existen soluciones sencillas y socorridas, como dejar las puertas abiertas.
3.-Las interferencias dan muchos problemas
La conexión Wi-Fi utiliza ondas de radio que operan en las bandas de 2,4 GHz y 5 GHz, lo que significa que son susceptibles de sufrir interferencias generadas por las frecuencias de otros dispositivos que operen en esas mismas redes.
Por ejemplo, los microondas generan interferencias muy marcadas en la banda de 2,4 GHz, y lo mismo ocurre con los teléfonos sin cable y otros dispositivos inalámbricos. La banda de 5 GHz es menos propensa a sufrir interferencias, aunque tampoco se libra de ellas.
Solución: nuestra mejor opción es intentar mantener el router alejado de fuentes de interferencias, y utilizar la banda de 5 GHz siempre que sea posible.
4.-El router se ha vuelto «loco»
Es algo que puede ocurrir con cierta frecuencia y que debemos tener muy en cuenta. Cuando el router trabaja de manera continuada durante largos periodos puede acabar sufriendo algún tipo de error del que no podrá recuperarse sin recibir un reinicio.
Los problemas derivados de este tipo de errores pueden ser muy variados, entre los más importantes se incluyen una conexión Wi-Fi lenta, caídas y cortes espontáneos e intermitentes y hasta una pérdida total de la conexión a Internet.
Solución: es un problema que puede parecer muy grave y hasta generar un fuerte malestar, pero podemos estar tranquilos. Normalmente basta con reiniciar el router, para ello debemos apagarlo y desconectarlo de la corriente eléctrica durante un minuto.
5.-Invitados no deseados en tu red Wi-Fi
Los amigos de lo ajeno son un problema constante cuando hablamos de conexiones Wi-Fi. Si has probado todos los puntos anteriores, has contactado con tu proveedor (ISP) y tu conexión Wi-Fi sigue siendo lenta es probable que tengas a uno o a varios invitados no deseados robándote la conexión.
Con el paso de los años el número de intrusos en redes Wi-Fi ajenas se ha reducido de manera considerable, pero sigue siendo uno de los problemas más importantes.
Solución: para evitar que entren intrusos a vuestra red Wi-Fi es recomendable cambiar la contraseña por defecto y el nombre de la red. Si ya tenéis intrusos bastará con cambiar la contraseña del Wi-Fi a través del menú del router. En este artículo encontraréis toda la información que necesitáis.
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