Cinco problemas que afectan a tu PC con el paso del tiempo y cómo resolverlos

El tiempo no pasa en balde y nada ni nadie se libra de él. Es un hecho que sus efectos se dejan notar tarde o temprano, y en este sentido la tecnología en general resulta especialmente vulnerable. Piensa, por ejemplo, en todo lo que le ocurre a un PC con el paso de los años, los problemas que acaba sufriendo y las consecuencias que debemos afrontar si no tomamos medidas concretas.

Impactante, ¿verdad? Por eso es tan importante tener en cuenta lo que supone para un PC el desgaste propio del uso y los efectos del paso del tiempo, porque de lo contrario tendremos problemas muy serios que pueden acabar afectando a su rendimiento y limitar, en casos extremos, su vida útil y obligarnos a reemplazarlo en todo o en parte mucho antes de lo que teníamos previsto.

En este artículo queremos profundizar en este tema de una manera práctica y sencilla. Para ello vamos a analizar cinco problemas que afectan a un PC (en sentido amplio) con el paso de los años, y veremos cómo podemos solucionarlos fácilmente. Siempre que sea posible buscaremos soluciones que no impliquen un gasto.

Si tenéis alguna duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla. ¿Estáis listos? Pues poneos cómodos, que empezamos.

1.-Pérdida de rendimiento

Es uno de los problemas más habituales, aunque es cierto que se deja notar en mayor medida en sistemas poco potentes. La razón es obvia, este tipo de equipos suele ofrecer un rendimiento más ajustado, de manera que en cuanto este se reduce el problema empieza a ser palpable.

Lo primero que debemos preguntarnos es por qué puede perder rendimiento un PC. No existe una respuesta única, pero en la mayoría de los casos puede tener su origen en tres grandes causas:

  • Problemas a nivel de software, sistema operativo y drivers.
  • Temperaturas de trabajo elevadas que afectan a piezas clave del sistema.
  • Fragmentación del disco duro.

Con el paso del tiempo y el uso del PC esos problemas pueden acabar apareciendo de forma conjunta, así que si notamos que nuestro equipo ya no tiene el «brío» de antaño es buena idea ponernos manos a la obra y resolverlos. Por suerte es muy fácil y no necesitaremos gastar ni un céntimo.

Para resolver un problema a nivel de software y drivers lo ideal es eliminar las aplicaciones que no utilicemos o que puedan estar provocando incompatibilidades y actualizar los drivers de todos los componentes básicos del sistema. Si la situación no mejora sería buena idea considerar una reinstalación fresca del sistema operativo.

En caso de que tengamos un problema con las temperaturas hacer una limpieza completa del equipo para eliminar el polvo y el exceso de suciedad normalmente resuelve el problema, y la fragmentación del disco duro se arregla utilizando una herramienta de desfragmentación. El proceso con la solución integrada en Windows 10 no dura más de unos segundos.

2.-Temperaturas insostenibles

Las temperaturas elevadas pueden deberse, como dijimos en el punto anterior, a la acumulación normal de polvo y suciedad que se produce con el paso del tiempo, un problema que afecta en mayor medida a los ordenadores portátiles por sus propias limitaciones en términos de espacio y de capacidad de refrigeración.

Sin embargo, cuando las temperaturas llegan a un nivel en el que se hacen insostenibles y empezamos a sufrir problemas de estabilidad en el equipo nos encontramos ante algo que va más allá de un simple exceso de polvo y suciedad. En la mayoría de los casos esto puede deberse a tres cosas:

  • El sistema de refrigeración (ventilador o bomba en sistemas de refrigeración líquida) está fallando o ha dejado de funcionar por completo.
  • La pasta o las almohadillas térmicas se han degradado y han perdido todas sus propiedades.
  • Una infección por malware está produciendo un consumo anormal de recursos que mantiene el equipo trabajando a plena carga sin descanso.

Si es un fallo de uno o varios sistemas de refrigeración no tendremos más opción que cambiarlos. Los ventiladores y las bombas de los sistemas de refrigeración líquida tienen una vida útil determinada, así que no debemos asustarnos, es normal que acaben fallando con el paso del tiempo, aunque lo normal es que duren varios años.

En caso de que el culpable sea la degradación de la pasta o de las almohadillas térmicas lo tenemos mucho más fácil, y el gasto será mínimo. Ambos elementos pierden propiedades con el paso del tiempo y al ser la pieza clave que permite un contacto óptimo con el sistema de refrigeración integrado en procesadores y tarjetas gráficas su importancia es indiscutible.

Para entenderlo mejor basta pensar en un procesador al que no se le ha cambiado la pasta térmica en cinco años. Esta estará reseca y se habrá ido perdiendo con el tiempo, hasta tal punto que es probable que una parte del procesador no haga contacto con el bloque de cobre del disipador y que por tanto no se produzca la transferencia de calor, con todo lo que ello puede suponer.

Si tienes dudas sobre cómo y cuándo debes cambiar la pasta térmica de tu procesador o de tu tarjeta gráfica sigue el enlace que te hemos dejado.

Por último tenemos las infecciones de malware. También pueden afectar al rendimiento del sistema, y en casos extremos a sus temperaturas de trabajo. Piensa, por ejemplo, en un malware que pone un equipo a minar criptodivisas y carga el sistema casi al 100%, dejando un poco de margen para que el usuario no lo note a la primera. Mantener ese ritmo durante muchas horas es algo anormal que puede acabar afectando al sistema y reducir su vida útil. La solución es, en la mayoría de los casos, muy simple, ya que basta con un análisis de malware que detecte y elimine la infección.

3.-Encendido y apagado lento

Un problema importante que afecta a muchos usuarios a lo largo y ancho del globo. Cuando utilizamos un PC, ya sea de escritorio o portátil, instalamos diferentes aplicaciones y herramientas que nos permiten disfrutar de las funciones y características que necesitamos en nuestro día a día.

Con el paso del tiempo esto puede degenerar en un montón de aplicaciones que mantenemos instaladas y que, en muchos casos, ya no utilizamos. También cabe la posibilidad de que algunas de esas aplicaciones sigan teniendo una cierta utilidad para nosotros, pero que esta sea cada vez menor y que no nos merezca la pena tenerla como prioritaria.

Las aplicaciones pueden consumir recursos aunque no las ejecutemos de forma directa, e incluso pueden cargarse de inicio con el equipo y mantenerse en segundo plano durante todo el tiempo que estemos utilizando nuestro PC. Si esto ocurre y tenemos muchas aplicaciones que funcionan de esta manera los tiempos de arranque serán muy lentos, ya que el sistema tendrá que cargar de inicio muchas cosas, y lo mismo ocurrirá con los tiempos de apagado (tendrá que cerrar muchas aplicaciones).

Para solucionar este problema tenemos dos grandes opciones que, por suerte, son muy sencillas y no suponen ningún tipo de gasto. La primera es eliminar las aplicaciones que ya no utilicemos. Para ello solo tenemos que ir a «Configuración del Sistema > Agregar o Quitar Programas» si utilizamos Windows y seleccionar las que ya no vamos a necesitar.

Otra opción pasa por evitar que las aplicaciones que utilizamos ocasionalmente carguen desde el arranque del sistema. Para ello solo tenemos que entrar en el «Administrador de Tareas», ir a la pestaña «Inicio» y deshabilitar aquellas aplicaciones que no vamos a necesitar.

4.-Problemas de autonomía y de alimentación

Uno de los problemas que más suele afectar a un PC portátil con el paso del tiempo es la pérdida de autonomía, algo que puede venir acompañado de una cierta inestabilidad y llegar, en casos extremos, a impedir que podamos utilizarlo si no lo tenemos conectado a la red eléctrica.

Las baterías que utilizan los portátiles tienen una vida útil predefinida que se mide en ciclos de carga. Esto quiere decir que cuando completamos un ciclo de carga y descarga la batería empieza a perder de manera gradual capacidad de retención, lo que significa que un equipo que haya completado el 50% de sus ciclos de carga ofrecerá la mitad de la autonomía que tenía cuando era nuevo.

En estos casos la solución pasa por cambiar la batería, algo que normalmente no suele ser demasiado caro y que puede ayudarnos a darle una segunda vida al equipo.

Cuando hablamos de PCs de escritorio no tenemos este problema, pero la fuente de alimentación también puede degradarse con el paso del tiempo. Si experimentamos problemas de estabilidad al afrontar cargas de trabajo elevadas y no encontramos una explicación sensata deberíamos pensar en cambiar la fuente de alimentación, ya que suele ser un síntoma claro de que está a punto de llegar a su fin.

No debemos hacer caso omiso a esas señales, ya que un fallo repentino de la fuente puede acabar llevándose por delante algún otro componente y obligarnos a afrontar una reparación muy cara.

5.-Bloqueos y congelaciones

En Windows uno de los problemas más frecuentes asociados a este punto son los pantallazos azules, aunque los cuelgues y los bloqueos, ya sean totales o temporales, también se pueden producir de forma aleatoria en un PC sin llegar a derivar en un reinicio automático del sistema.

Por lo general estos problemas se producen cuando un PC está sufriendo algún tipo de incompatibilidad, ya sea a nivel de software o de hardware, aunque también pueden estar ocasionados por componentes que empiezan a fallar, e incluso por una simple acumulación de suciedad.

Hay muchas posibles soluciones que dependen directamente de cuál sea el origen del problema, así que os recomiendo seguir por orden los siguientes pasos:

  1. En primer lugar descarta problemas de exceso de temperaturas y posibles infecciones de malware.
  2. Desinstala los controladores y/o las aplicaciones a partir de las cuales empezaste a tener problemas.
  3. Asegúrate de que todo el software que tienes instalado es compatible con tu equipo, incluyendo versiones beta y demás.
  4. Limpia el equipo a fondo, eliminando el polvo y la suciedad. Pon especial empeño en las ranuras y en las conexiones.
  5. Busca fallos en los componentes principales (memoria RAM, unidad de almacenamiento, étc).
  6. Considera una reinstalación del sistema operativo.

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