Renault Zoe R110, signos
«El miedo provoca dudas. Y las dudas hacen que tus peores miedos se cumplan.» Bodhi (Le llamaban Bodhi, 1991)
No te levantes aún, pero no te relajes. Quédate tumbado sobre la tabla, con los brazos flexionados y el cuerpo tenso y preparado para incorporarte. La boca te sabe a sal y el frío se cuela por dentro del traje después de tanto tiempo en el agua, pero no tienes que perder de vista al mar. Tienes que sentir cómo se retuerce bajo la tabla intentando engañarte para que te levantes antes de tiempo, para tirarte como te ha tirado tantas veces esta mañana para jugar contigo arremolinando tu cuerpo bajo el agua, desconcertándote hasta que volvías a la superficie siguiendo la luz del sol para subirte a la tabla una y otra vez.
Cierra los ojos. Sólo por un momento. Escucha. ¿Lo oyes? Esa es la ola arrancando desde lejos, notas como el agua bajo la tabla sale a su encuentro precipitadamente arrastrándola. No pierdas el equilibrio. No abras los ojos aún. Estira los brazos lentemente, balancea tu peso sobre tus rodillas. Abre los ojos. Ahí está. Ahora debes coger velocidad con los brazos. Huye de la ola. Juega con ella. Hasta que te alcance. Hasta que te fundas con ella. Ahora estás dentro y puedes levantarte lentamente. Has cabalgado tu primera ola y todo lo demás parece haber desaparecido. Nada existe fuera de este torbellino de agua y sal.
Hace ya casi diez años que Renault, siguiendo el camino de su aliada Nissan, anticipaba la eletrificación inminente del parque automovilístico con sus propias propuestas y el Zoe es y ha sido su apuesta más fuerte para cambiar la movilidad urbana. Desde el lanzamiento del primer Zoe en 2012 la casa francesa se ha mantenido fiel a la filosofía y el diseño de los primeros prototipos presentados en los salones y solamente ha realizado ligeros retoques estéticos y retocado motores y baterías manteniendo prácticamente intactas las características principales del coche.
Ficha técnica del Renault Zoe R110
Se espera que en pocos meses se presente la nueva versión de este modelo pero antes de eso, y a pesar de que hemos probado la versión R90 hace más de un año, hemos querido analizar el Zoe R110 que nos aseguran que se mantendrá en catálogo conviviendo con el nuevo urbano de Renault. Por lo tanto esta que hemos probado será la última versión del Zoe antes de que salga el modelo de 2020.
Déjà vu
Como hemos apuntado exteriormente e interiormente el R110 es idéntico al Zoe que probamos en enero de 2018. Se trata de una carrocería muy compacta, poco más de 4 metros de longitud, lo que le convierte en un coche eminentemente urbano. La línea es moderna, aunque como el Zoe lleva ya muchos años en el mercado ya estaremos más que acostumbrados a verla.
Grupos ópticos pequeños pero eficaces (aunque no es posible montar faros LED), parachoques delantero y trasero de tamaño generoso son elementos que le dan un toque actual y urbano. El interior también mantiene el diseño espartano pero moderno del Zoe que probamos. El sistema de información y entetenimiento se ha actualizado pero sin modificar funciones ni aspecto, simplemente mejora la compatibilidad con teléfonos.
Cómodo y compacto
Se trata de un habitáculo cómodo y amplio para el tamaño del coche con una buena altura y un puesto de conducción bastante confortable, aunque no pueda regularse el asiento en altura (por la presencia de las baterías en la parte inferior). En la parte trasera dos personas viajarán bastante cómodas, una tercera es prácticamente inviable.
En cuanto a la mecánica del coche Renault ha actualizado el motor, sin sustituirlo, alcanzando una potencia de 109 caballos, frente a los 92 caballos de la versión R90. Esto hace que sobre el papel este nuevo Zoe acelere mejor, 11,4 segundos para alcanzar los 100 kilómetros por hora frente a los 13,2 que necesitaba la versión anterior según las cifras oficiales.
Autonomía del Renault Zoe
En cuanto a la autonomía hay que apuntar que las baterías son idénticas al modelo anterior y son capaces de almacenar 41 Kwh. Según el nuevo ciclo de homologación WLP (más realista que el NEDC) la autonomía de esta nueva versión es de 300 km que viene a ser prácticamente la misma que la que puede ofrecer el R90.
En nuestras pruebas la primera diferencia notable es la de la potencia. Aunque el anterior Zoe tenía más que suficiente para desenvolverse arrancando en los semáforos o recuperando en carretera, esta nueva versión del motor sí que otorga algo más de brillantez a la hora de pisar el pedal del acelerador. Aunque las sensaciones están lejos de otros rivales como el Hyundai Kona o el Nissan Leaf tiene empuje más que suficiente para el día a día.
Como ya notamos en la otra versión, el tarado de las suspensiones algo blando no invita a la conducción rápida pero ayuda al confort en la conducción urbana. Al haber probado otros eléctricos en este tiempo es cierto que el Zoe va perdiendo algo de terreno con respecto a otros eléctricos en factores como la conducción con un sólo pedal con modos de recuperación de energía que frenan el coche, los faros LED o acabados más acordes al precio del coche.
Conclusiones
El Zoe sigue siendo un coche eléctrico urbano divertido y desenfadado que además es bastante práctico, con un buen maletero y un tamaño que le hace ideal para desenvolverse en ciudad sin problemas. La actualización del motor le hace aún más divertido, aunque las excursiones por carretera con curvas no son el terreno preferido del pequeño francés.
La carga sigue limitada a 22 kWh pero en algo más de dos horas y media lo tendremos al 100% en un Wallbox o cargador público, por lo que la falta de carga por corriente continua no parece un problema, sobre todo porque no está pensado para viajes. En definitiva una actualización interesante que otorga más opciones al comprador a la espera de la nueva versión del Zoe.
Práctico en ciudad
Carga máxima a 22 kWh
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