Skoda Superb Combi Scout, totalidad
Cariño, «molestia» es mi segundo nombre. Isaac Davies (Manhattan, 1979)
Me faltó suerte, solamente un poco de suerte para engancharme al tren de la gente preocupada porque el banco le cobra comisiones. Ahora no tengo… nada. Me he librado de una buena. Además, dormir en la calle, suena terrible pero uno se acostumbra al final. El secreto es conseguir dos sacos de dormir, no importa que no sean demasiado buenos, pero lo importante es tener a alguien en un bar que te llene la botella de plástico de agua caliente y si es posible comer mucho queso antes de dormir. Así no se pasa frío. Por supuesto no es algo que haya aprendido en un vídeo de un influencer sino pasando muchas noches tiritando de frío. Ahora lo que en ocasiones me mantiene despierto es qué estará haciendo mi hijo. Pero lo mejor es que no sepa nada de mí. Mantenerme lo más invisible que pueda de la gente que me aprecia. Que me apreciaba. Hoy toca revisión de basuras en un barrio acomodado. El secreto es ir con un mono que parezca de un operario y no remover la basura como si estuvieras buscando algo sino meterla en otro sitio con aire despreocupado, aunque vislumbres media perdiz o una botella de Pingus a medio terminar.
Estoy en plena faena intentando parecer un profesional del desperdicio cuando aparece un tipo etiquetado Armani con maletín y zapatos a juego. Se acerca a los contenedores, apoya con cuidado el maletín, se pone unos guantes de nitrilo, abre el contenedor justo al lado del que estoy explorando y empieza a rebuscar. Pienso que a lo mejor ha perdido algo “¿Le puedo ayudar a buscar caballero?” Me lanza una mirada condescendiente, la que se utiliza en el caso de estar observando desde un escalón social superior, y me muestra un billete de 50 euros. “Tú no me has visto chaval ¿eh?” Tengo 53. Él no creo que más de 40. Hago desaparecer el billete y sigo a lo mío. Él parece tener ganas de hablar. “Verás. Mañana tengo una reunión de trabajo con el dueño de estos desperdicios y necesito saber todo de él. Sabré lo que más le gusta, lo que le sobra, sus enfermedades si realmente tiene el dinero que dice que tiene… todo mirando su basura. Brillante ¿no?” dijo blandiendo lo que parecía una caja de pastillas. Asentí con indiferencia mientras me guardaba en el bolsillo un paquete de Brie casi sin tocar.
¿A quién se le ocurre preparar un coche familiar para que pueda circular fuera del asfalto? En realidad no es algo nuevo en el mundo del motor y podríamos decir que la culpa la tuvo la normativa del campeonato mundial de rallies. En 1977 Audi ya pensaba en la tracción integral para domar la potencia de sus coches deportivos con más prestaciones para solucionar uno de los problemas que tenían este tipo de vehículos: la falta de manejabilidad e inestabilidad en las curvas. Entonces se pensó que la tracción integral que ya montaban los todoterreno podía ser una posible solución.
Modelo analizado | Skoda Superb |
Motor y acabado | Combi Scout2.0 TSI 272 CV DSG 4×4 |
Potencia | 272 CV |
Velocidad máxima | 250 Kmh |
Aceleración o-100 | 5,7 s |
Largo/ancho/alto | 4863/1864/1492 mm |
Potencia máxima RPM | 272 CV 5.500 rpm |
Par máximo Nm/RPM | 350 Nm |
Caja de cambios | Automático 7 velocidades |
Web | https://www.skoda.es/ |
Precio | 39.171 euros |
Pero el empujón definitivo lo dio la federación internacional de automovilismo que anunciaba en 1979 que empezaría a admitir vehículos con tracción integral. Era el escaparate ideal para el proyecto de Audi que desarrolló sus primeros modelos Audi Quattro para correr en Montecarlo en 1981 y según la normativa de la FIA también tuvo que comercializarlos para su homologación. Siguieron años míticos y batallas con Lancia, pero el caso es que la tracción integral para turismos llegó para quedarse.
Pequeña historia de los turismos 4×4
El asunto era que la tracción integral se mostró eficaz para el control de la potencia y la estabilidad de los coches con grandes prestaciones, pero con el desarrollo de las ayudas electrónicas a la conducción llegaron otras tecnologías como el control de tracción o el control de estabilidad que no lo hacían tan necesario. Pero mientras tanto la tracción integral conseguía adeptos no solamente por su comportamiento en carretera sino por sus cualidades fuera del asfalto.
Así fue cómo algunos fabricantes como la propia Audi o Subaru desarrollaron turismos todoterreno con tracción integral y otros elementos que favorecían esas excursiones fuera del asfalto como una mayor altura del suelo y ayudas electrónicas para superar terrenos resbaladizos. Son coches diseñados para la aventuras pero también prácticos ya que muchos de ellos se ofrecen en carrocería familiar. Y con esta misma filosofía y pedigrí competitivo (Audi pertenece a su mismo grupo) nos encontramos con el Skoda Superb Combi Scout.
A primera vista se trata de un Skoda Superb Combi normal, un coche de imponente tamaño con el mismo aspecto del tercer restyling del Superb con un diseño austero pero con toques interesantes y deportivos como los grupos ópticos delanteros alargados, la gran parrilla frontal y las luces auxiliares también agrupadas en un bloque alargado e integradas en el spoiler delantero. Aquí ya notamos alguna diferencia con las defensas en gris en la parte inferior del mencionado spoiler que sobresalen en la parte frontal.
El perfil de esta versión Scout es prácticamente idéntico al de la versión Combi normal, salvo por los embellecedores en la parte inferior de la carrocería y la distinta altura del suelo, que realmente no es fácil apreciar a simple vista, fruto de la elevación de la suspensión unos 15 milímetros. La longitud también es ligeramente distinta, y aquí hay que tener incluso más ojo porque la diferencia con la versión Combi normal es apenas de 8 milímetros. Como nos ocurría con el Combi “estándar” da la impresión de ser un coche muy largo.
Un coche largo
Y es que se trata de un coche realmente largo y sus 4,86 metros de largo están muy bien aprovechados, cosa que notan sobre todo los pasajeros que ocupan la parte trasera. En la parte delantera se viaja muy cómodos, con asientos de alcántara y cuero de tacto realmente agradable y con calefacción incorporada. En el respaldo se ha bordado la palabra Scout como toque de personalización del modelo. El conductor goza de una excelente visibilidad, cosa de agradecer en situaciones difíciles o en tramos en los que hay que tener especial cuidado.
La instrumentación es digital, como vimos en el Superb que tuvimos ocasión de probar anteriormente. Pertenece a la generación anterior con respecto a los últimos modelos que hemos podido probad de Volkswagen como el nuevo Golf pero sigue siendo una solución de gran visibilidad y que funciona perfectamente. Además es totalmente configurable para conseguir que la pantalla muestre la información que necesitamos en cada momento, incluso el mapa de navegación.
Como señalamos en la anterior prueba la pantalla de información y entretenimiento es de buena calidad pero se encuentra en una posición algo baja para evitar distracciones. Preferimos el diseño “flotante” sobre el salpicadero de otros fabricantes que evita apartar la mirada de la carretera mientras conducimos para leer la información. Se trata de una pantalla táctil de ocho pulgadas que tiene una buena respuesta táctil y buena visibilidad.
Cómodo detrás
Como también vimos en el test anterior, el verdadero protagonista del interior del Superb Combi son las plazas de atrás. Hay pocos coches de este tamaño con tanta comodidad y espacio tanto para las piernas como para la cabeza. Pueden viajar tres personas con bastante comodidad, solamente el espacio para los hombros será algo más sacrificado. Además para las plazas posteriores Skoda proporciona una serie de elementos para la comodidad de los ocupantes con la practicidad que caracteriza a Skoda.
Además de los cristales tintados o las cortinillas de la ventanilla también encontramos una toma de corriente alterna de 230 voltios, un sistema independiente de climatización que se puede controlar desde dichas plazas y que controla también los asientos calefactables traseros, un soporte para dispositivos en el reposacabezas delantero o en el reposabrazos e incluso una manta que se almacena en la bolsa que podemos encontrar en la parte trasera de los asientos delanteros.
El techo solar también es un elemento destacado que ya pudimos ver en el Superb Combi que probamos anteriormente. Recorre prácticamente todo el techo y resulta realmente adecuado para un coche pensado para atravesar entornos naturales (siempre que esté permitido) consintiendo así que no nos perdamos ningún detalle de lo que nos rodea. Esto conjuntamente con las grandes superficies acristaladas hace que en el interior del habitáculo entre mucha luz natural.
Gran maletero
Otro de los espacios privilegiados de este Superb Scout es sin duda el del maletero. Tiene un volumen útil de 660 litros de capacidad y un espacio regular que además está muy bien organizado. Dentro del mismo encontramos un doble fondo además de varios espacios con tapa que se encuentran en los laterales que permiten almacenar pequeños objetos de forma que no estén sueltos por el maletero. También podemos abatir fácilmente la fila de asientos posterior para alcanzar un volumen en el maletero de hasta 1.950 litros. Suficientes para una… pequeña mudanza.
En el maletero encontraremos también una luz que puede desprenderse para utilizarla como linterna y varios ganchos y perchas además de una barra horizontal móvil para asegurar la carga. Una vez más soluciones inteligentes dentro de la filosofía “Simply clever” de la marca checa. Hay que decir que aunque los acabados no son distintos al resto de modelos de Superb la impresión es que sean lo suficientemente resistentes para la función de turismo con ínfulas de todoterreno del Scout.
En lo que respecta a la conducción el Superb Scout tiene dos personalidades: en el asfalto y fuera de él. Utilizando el botón “mode” junto a la palanca de cambio podemos escoger varias modalidades de conducción que varían el comportamiento del coche, tanto suspensiones como motor, tracción etc. Los modos son eco, confort, normal y sport para el asfalto y la modalidad offroad para trayectos fuera del asfalto o con cuando la carretera presenta problemas de adherencia.
Bajo el capó
Antes de ponerlo a la prueba es de rigor echar un vistazo virtual bajo el capó para comprobar qué motor es el que nos va a hacer rodar por carreteras y fuera de ellas. En este caso Skoda ha montado un imponente motor TSI de nada menos que 272 caballos y una cifra de par de 350 Nm, más que suficientes para sacarnos de cualquier apuro fuera del asfalto y proporcionar las emociones adecuadas sobre él. Todo gobernado por una tracción total a las cuatro ruedas y nuestro amigo el cambio automático DSG de siete velocidades.
Curiosamente se trata la misma cifra de caballos pero un par más alto que uno de los grandes todoterrenos que hemos probado: el Jeep Wrangler Rubicon. La aceleración que consigue este motor para impulsar a un coche de 1,7 toneladas es notable. Según las cifras de la marca alcanza los 100 kilómetros por hora desde parado en 5,7 segundos, mientras que por ejemplo el Rubicon lo hacía en 8,9 segundos (una cifra muy respetable para el tipo de coche que es el imponente Jeep).
Esto habla a las claras de que el Superb es mucho más turismo que todoterreno, cosa que podemos descubrir en cuanto lo ponemos en dificultades fuera del asfalto. El Superb Scout es ideal para carreteras de tierra e incluso en terrenos accidentados con poca dificultad, pero es mejor no intentar superar obstáculos demasiado complejos. En situaciones de poca adherencia la tracción total y los sistemas electrónicos nos sacarán del apuro casi siempre, pero no si tenemos que superar grandes desniveles u obstáculos. En general buen desempeño campestre si no le buscamos las cosquillas.
Asfalto: bien fuera, bien sobre él
Sobre el asfalto el Superb sigue manteniendo casi intactas las cualidades como rutero del modelo estándar con un buen aislamiento del exterior y suspensiones cómodas, sobre todo cuando elegimos la modalidad confort. También es sencillo de conducir en toda circunstancia con un cambio automático pensado para desentenderse, gracias también a la potencia de sobra que nos permite no tener que intervenir sobre la relación de marchas para conseguir potencia o una buena recuperación.
Las sensaciones en curva son buenas a pesar de los muelles de la suspensión más elevados y se comporta de forma noble en giros cerrados o cambios bruscos de trayectoria sin que se noten cabeceos o titubeos. Si además seleccionamos la modalidad sport el Superb Scout es capaz de circular a ritmos bastante rápidos sin ninguna sensación de perder el control. Es evidente que los sistemas de ayuda a la conducción son muy refinados y que se nota poco su intervención, que es lo que realmente se agradece. Se conduce seguro sin que tengamos la sensación de que están ahí…
Conclusiones
Nos ha gustado mucho el Skoda Superb Combi Scout como coche polivalente. Tiene un sofisticado conjunto de motor, cambio, tracción total y suspensiones que gracias a la electrónica del coche podemos configurar para distintas situaciones de conducción. Esto se traduce en un coche ideal para el campo, aunque haya que andar con cuidado, y muy útil cuando las condiciones metereológicas y del asfalto hacen que la adherencia sea escasa.
Pero es que cuando lo necesitamos se comporta como un coche confortable y cómodo para largos trayectos e incluso podemos reclamar su personalidad más deportiva que gracias a su potente motor puede llegar a hacer enrojecer algún que otro coche con ínfulas deportivas. Todo con el envoltorio Skoda: coches prácticos con acabados austeros y soluciones ingeniosas. Desde luego uno de los coches más interesantes dentro de esa exclusiva categoría de turismos familiares con capacidades todoterreno.
Buen compromiso dentro y fuera del asfalto
Muchos detalles prácticos
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