Skoda Kamiq G-TEC, perfeccionar

I just can’t get you out of my head  Kylie Minogue (Fever, 2001)

Por mucho que mire tutoriales en Internet, youtubers con verdaderas selvas amazónicas en el salón, libros con más nombres en latín que una obra de Tácito, consejos de la vecina de enfrente a la que me acerqué porque su balcón reventaba de lo verde que lo tenía… las plantas se me mueren. Compré medidores de humedad, termómetros de tierra, sensores de radiación solar… Y nada. Apocalipsis total. Pero con una persistencia que quizás raye con la tortura vegetal sigo comprando plantas, semillas y esquejes con la secreta esperanza de un día dar con esa combinación de luz, abono, tierra, maceta y música de Spotify que haga que mis plantas me obliguen a cambiar a una maceta mayor. Ese día lo viviré con el orgullo del que ve graduarse a su hijo en Harvard o meter su primer gol como futbolista profesional. Hoy me he cansado de mover macetas midiendo el desplazamiento en centímetros en mi enésimo experimento sobre la fotosíntesis de una  Zamioculca Zamiifolia con los días contados cuando he oído que alguien deslizaba algo por debajo de la puerta.

Era una nota con la dirección de un vivero a media hora de dónde vivo. Una nota escrita a mano, no era una publicidad. Abrí la puerta aunque no me esperaba ver a nadie porque me había entretenido en leer el papel: «Plantas eternas» rezaba solemnemente «preguntar por Zacarías» y la dirección. Sin teléfono. Mi mirada recorrió las macetas donde agonizaban mis pobres pupilos verdes en posturas que no había previsto Madre Naturaleza casi implorando el fin de sus días. Busqué en Internet en el móvil pero la tienda no aparecía así que no podía encomendarme a las estrellas del paisanaje de opiniones de desconocidos en las redes para que me ayudara a tomar la decisión. Me encogí de hombros y bajé al coche. Cargué bolsas en el maletero aún lleno de tierra de mi última compra vegetal y me dirigí al prometedor vivero. La tormenta llegó rápida justo cuando aparcaba en una calle desierta frente a un almacén en medio de una especie de descampado rodeado por una valla. La oscuridad en la que nos habían envuelto las nubes impedían cualquier pesquisa adicional. El cartel «Plantas Eternas» parecía indicar que había llegado a mi destino.

Alguien golpeó el cristal del lado del pasajero mientras dudaba qué hacer. Alguien embozado en una especie de capa oscura con pinta de no ser demasiado impermeable me indicaba que bajara la ventanilla. La bajé lo justo para escuchar una voz ronca como de alguien mayor, muy mayor «métalo dentro» y sin añadir más se dirigió a la puerta del almacén  y lo abrió. Me encogí de hombros y metí el coche en el almacén. Había un coche antiguo, creo que un Seat 850, un mostrador y poco más. Aparqué mi coche junto al veterano mientras el personaje embozado se libraba de su capa sobre el mostrador y cerraba la puerta deslizándola sobre sus raíles con un lamento metálico profundo. Bajé del coche intentando encontrar algún detalle que me indicara que efectivamente aquí vendían plantas. «Busco a Zacarías» acerté a decir «el que le habla» contestó un anciano inusualmente alto y con mirada gélida «sígame. No volverá a tener problemas con las plantas. Se lo aseguro». Mientras nos adentramos en la oscura trastienda escucho ruidos como de seres reptando y golpeando las paredes metálicas. Entonces Zacarías encendió la luz.

Skoda Kamiq G-TEC

 

Modelo analizado Skoda Kamiq
Motor y acabado 1.0 G-TEC 90CV Style
Potencia 90 CV
Velocidad máxima 176 Kmh
Aceleración o-100 12,5 s
Largo/ancho/alto 4241/1793/1531 mm
Potencia máxima RPM 90 CV 5.500 rpm
Par máximo Nm/RPM 160 Nm
Caja de cambios Manual 6 velocidades
Web https://www.skoda.es/
Precio 21.720  euros

 

Poco a poco la revolución del SUV ha colonizado toda la gama de tamaños de vehículos para ofrecer no solamente modelos con carrocería mediana y grande sino que como hemos visto en otras ocasiones este tipo de coches también va colonizando los tamaños más compactos. Skoda ya había llegado al campo de batalla de estas carrocerías con el lanzamiento del Yeti en 2009, pero la la renovación de la gama del fabricante checo ha dado con una nueva propuesta para el mercado de los SUV compactos con el nuevo Kamiq.

Motor verde

Para realizar la prueba de este heredero del Yeti hemos optado por el Skoda Kamiq G-TEC, con la motorización más «verde» que ofrece Skoda con el motor de 90 caballos con capacidad de funcionar con gasolina y gas natural comprimido. El motor adaptado GNC es una de las apuestas del grupo Volkswagen que ya tuvimos ocasión de probar hace tres años en uno de los primeros modelos de la marca en adoptarla: el Skoda Octavia GNC. A diferencia del Octavia el Kamiq dispone del propulsor de 90 caballos que pronto veremos si se quedan cortos o no.

Skoda Kamiq G-TEC

El aspecto exterior del Kamiq está inspirado en las líneas de los SUV de la empresa checa con un aire indudable inspirado en el Kodiaq. Lo que más resalta es la parte frontal con mucha personalidad y unos característicos grupos ópticos divididos en dos partes: una franja estrecha en la parte superior (más estilizado y moderno que en el Kodiaq) y un segundo elemento junto a esta con forma trapezoidal. La parrilla central está pintada en negro con un borde cromado que también añade personalidad.

Más abajo y al igual que el SUV de mayor tamaño de Skoda encontramos una segunda parrilla también en color negro con parrilla con elementos tipo nido de abeja rematada por el spoiler delantero en el que se ha colocado una curiosa defensa pintada en color gris. Dejando a un lado el vistoso y muy personal frontal, la silueta del Kamiq es más convencional con elementos diferenciales como buenas superficies actistaladas en concreto la parte a continuación del pilar C o los relieves en la parte baja de la misma.

Hermano del Scala

En la parte trasera Skoda ha optado por una solución curiosa ya que salvo por el tamaño de algunos de los elementos el aspecto es idéntico al del Scala («estilo Volvo») con dos grupos ópticos partidos entre la carrocería y el portón y el reflectante que en el caso del Kamiq se encuentra más arriba que en el Scala. También en la parte trasera, y es otro elemento que no encontramos en el turismo, se ha colocado un embellecedor en color gris que funciona como defensa y que envuelve la zona de los tubos de escape.

Skoda Kamiq G-TEC

El interior del Kamiq sigue las mismas normas que desde hace algún tiempo dictan la fabricación de los coches de la marca: buena calidad y racionalidad. Dentro de los detalles racionales está el habitual paraguas que se encuentra oculto en la puerta del conductor, una de las luces del maletero es extraíble y puede usarse como linterna, al abrir la tapa para el repostaje encontramos un rascador para el hielo… Esto además de la multitud de huecos portaobjetos y otras soluciones como defensas de goma en las puertas para que no se rayen.

Interior racional (como siempre)

En cuanto a la calidad del interior seguimos percibiendo una buena elección de materiales a la vista y buenos ensamblajes de las piezas. Los asientos delanteros nos han parecido cómodos y suficientemente envolventes en las curvas gracias a los soportes lumbares. Al igual que sucedía con la parte trasera, para la zona del salpicadero también se han utilizado las piezas del Scala. La pantalla del sistema multimedia y de información tiene una buena colocación aunque no tan elevada como nos gustaría.

La instrumentación en el modelo que probamos era analógica con dos diales tradicionales para marcar la velocidad y las revoluciones y una pantalla LCD de 3,5 pulgadas entre ambos que muestra la información de marcha del coche. En el dial de la izquierda, en el que se muestran las revoluciones del motor, encontramos el marcador de la capacidad del depósito de gas GNC mientras que en el de la derecha encontraremos integrado el de la gasolina.

En la parte trasera, tal y como sucedía en el Scala, encontramos mucho espacio accesible de forma fácil gracias a que la apertura de la puerta es grande y la facilidad añadida que proporciona la carrocería tipo SUV que es más elevada. Es notable cómo pueden acomodarse personas de buena estatura con comodidad, tanto por altura como espacio para las piernas. En anchura como es habitual dos viajan bien y un tercero algo estrecho. No es posible inclinar los respaldos ni inclinar la banqueta trasera pero son funciones que se encuentran en SUV de tamaño más grande habitualmente.

Otra de las sorpresas más agradables es el techo solar (fijo) que ocupa buena parte del techo y que puede ocultarse con una tapa de tela. Proporciona muchísima luz y una gran sensación de espacio, aunque éste como hemos visto es bastante abundante de todas formas y la iluminación ya es buena con las superficies acristaladas de gran tamaño en los laterales. Es un detalle interesante que por ejemplo en invierno ayuda a calentar el habitáculo si el día es soleado. El cristal está oscurecido por lo que, por otro lado, no tendremos problemas de deslumbramientos.

El maletero no se encuentra entre los más capaces de su categoría. Con sus 400 litros está digamos que por encima de la media y además dispone, como es habitual en Skoda, de soluciones prácticas que lo hacen muy utilizable. Tiene una capacidad idéntica al del resto de la gama Kamiq ya que para hacer sitio al depósito de gas natural comprimido lo que se ha sacrificado es el hueco de la rueda de repuesto, por lo que se proporciona el clásico kit antipinchazos.

Con gas y con gasolina

Es el momento de hablar del sistema de propulsión de gas natural comprimido. El primer punto es que el grupo VolksWagen, con respecto a los primeros modelos GNC como el Octavia que pudimos probar, ha optado por una estrategia distinta en cuanto al tamaño de los depósitos. Si en el Octavia que probamos disponíamos de un depósito de gasolina de 50 litros y de gas de 15 kg, en el Kamiq que probamos encontramos un depósito de gas de 13,8 kg y uno de gasolina de tan solo 9 litros.

Esto significa que hemos pasado de una autonomía excepcional conjunta en el caso del antiguo Octavia de 1.300 kilómetros a unos 600 kilómetros en el caso del Kamiq. Tal y como sucedía con aquel modelo el Kamiq funciona siempre con GNC cuando disponemos de gas en el depósito y pasa a consumir gasolina solamente cuando éste se agota. En este aspecto es muy distinto al sistema utilizado con los automóviles que funcionan con GLP en los que se puede cambiar de un combustible a otro a voluntad. También es capaz de arrancar con gasolina si la temperatura ambiente es excepcionalmente baja.

Menos potencia

Con respecto al motor de un litro de gasolina del que deriva el motor compatible con gas natural pierde aproximadamente 5 caballos, además la caja de cambios manual de seis velocidades es distinta con relaciones más cortas para compensar la pérdida de potencia y par. Hay que tener en cuenta que la carga de gas natural se hace a alta presión, por eso es necesario acudir a distribuidores específicos que empiezan a ser algo más habituales en las principales ciudades.

En las pruebas el Kamiq se muestra algo más ruidoso cuando funciona con gas pero al calentarse el motor el ruido disminuye mucho. Los 90 caballos son algo justos pero más que suficientes para circular en ciudad, el territorio principal para el que está pensado este Kamiq con etiqueta Eco. Tampoco hemos notado grandes diferencias al pasar a gasolina cuando se agota el gas y en cualquier caso los 9 litros del depósito de gasolina nos servirán más que nada para no tener problemas para repostar ya que nos proporcionarán unos 150 kilómetros de autonomía, dependiendo de la conducción.

Como cualquier pequeño motor de gasolina con una potencia inferior a los 100 caballos, con este Kamiq tendremos que apurar las marchas y las revoluciones (consumiendo más) si queremos una buena respuesta al acelerador y movernos con agilidad, pero la verdad es que el excelente cambio y la respuestas del motor no provocan ningún problema al respecto y podemos decir que se trata de un coche ágil que no tiene problemas para desenvolverse en el tráfico. Además los múltiples sistemas de ayuda a la conducción y las grandes superficies acristaladas hacen que sea muy fácil desenvolverse con las maniobras.

Estable y confortable

En autopistas y en carreteras el Kamiq se ha mostrado muy confortable y estable con una estabilidad digna de mención incluso en terrenos más complicados. En carreteras viradas se muestra muy seguro y capaz de afrontar las curvas sin problemas, aunque la dirección es muy directa y los sistemas de control de estabilidad no permiten buscar los límites al coche con lo que se puede decir que en ese aspecto es mucho más seguro que «divertido» ya que no transmite demasiado al volante.

En el apartado de consumos y como es habitual en motores de esta cilindrada éstos dependen mucho del estilo de conducción. Podemos pasar de superar los 350 kilómetros de autonomía con GNC a superar por poco los 280 si conducimos con algo de alegría. En cualquier caso el precio del gas natural y su menor nivel de emisiones son una ventaja evidente que será el factor decisivo si optamos por esta versión. Podemos llegar a gastar menos de 4 euros a los 100 kilómetros en ciudad, lo que es un ahorro muy importante.

Conclusiones

Para sacar conclusiones del Skoda que hemos probado tenemos tenemos que fijarnos por un lado en el modelo y en el otro en la motorización. El Kamiq de Skoda es sin duda uno de los SUV compactos que más nos ha gustado hasta ahora, con un equilibrio casi perfecto entre estética moderna, practicidad y un confort y acabados que hacen muy agradable la vida abordo con una mención muy especial al espectacular techo solar que propone el vehículo checo. Se trata una vez más de una propuesta muy práctica cada vez más unida a una calidad más que aceptable.

Por el otro lado el sistema de propulsión GNC del grupo VAG ya más que probado con un rendimiento sin embargo algo por debajo de lo que pudimos probar anteriormente en el Octavia y con una autonomía también algo menor. Un cambio que estamos seguros que responde a una adaptación técnica necesaria y que es más acorde al uso urbano que se supone, pero que en términos de respuesta nos ha dejado con la sensación de que se ha quedado algo corto.

Valoración final
8.1 NOTA
NOS GUSTA
Buen espacio y luminosidad interior
Bajo coste por kilómetro
Muchos detalles prácticos
A MEJORAR
Motor algo corto de potencia
Autonomía de gasolina algo justa
RESUMEN
El Kamiq es un SUV compacto muy interesante, siempre práctico y cómodo como es habitual en la marca. La propulsión por Gas Natural con un motor algo justo de potencia y un poco ruidoso en frío.
Prestaciones7
Diseño8.5
Consumo8.5
Confort8.5
Sistema de infoentretenimiento8

 

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