Project Athena o cómo Intel quiere revolucionar el mercado del portátil

Es probable que algunos lectores recordéis el concepto «Ultrabook» y cómo Intel firmó una alianza con varios fabricantes de portátiles con el objetivo de dar un salto de calidad en los equipos. Por primera vez, una certificación garantizaba unos mínimos de calidad y los usuarios noveles no tenían que abordar tablas de especificaciones para elegir un equipo capaz de satisfacer sus necesidades. Probablemente ya estéis pensando que no necesitáis ninguna pegatina para saber si un PC es bueno o no. Nosotros tampoco, pero ni nosotros ni vosotros somos los que compramos la mayoría de portátiles.

Intel insufló una ingente cantidad de millones de dólares en la industria que ayudó a mejorar las ventas pero también puso condiciones: los equipos que quisieran llevar el sello tenían que cumplir con determinadas características como ser delgados, ligeros, ofrecer un buen rendimiento y una autonomía a la altura de lo esperado. No fue hasta entonces cuando el MacBook Air comenzó a tener rivales a su altura, como los fantásticos Dell XPS o los HP Spectre 360.

Actualmente existe una amplia oferta de portátiles: hay equipos fantásticos pero también otros cuyo rendimiento está muy por debajo de lo que prometen, tienen una autonomía ridícula para considerarse portátiles o no cuentan con las opciones de conectividad que serán necesarias en un futuro próximo. La propuesta de Intel es, de nuevo, impulsar al mercado para que den un salto de calidad en sus productos a cambio de su apoyo.

Aunque el concepto Project Athena fue desvelado hace meses, ha sido hace unas horas en Computex cuando Intel ha desvelado las especificaciones que tendrán que cumplir los equipos que aspiren a ser certificados. Estos son las más relevantes:

  • Procesadores Intel i5 o i7 basados en la plataforma «Ice Lake».
  • 8 Gbytes de DRAM de doble canal, como mínimo
  • 256 Gbytes de almacenamiento SSD, como mínimo.
  • Más de 16 horas de autonomía en reproducción de vídeo.
  • Más de 9 horas en navegación web.
  • Sistema de carga rápida que proporcione cuatro horas de uso con media hora de carga.
  • Conectividad WiFi 6 Gig+ y Thunderbolt 3.
  • Sistemas de identificación por huella o facial.
  • Pantallas de 12 y 15.x pulgadas a una resolución mínima de 1080p.
  • Teclado retroiluminado y soporte para punteros.
  • Inicio instantáneo desde el estado de reposo, sin esperas.

Es obvio que no existen equipos de gama de entrada con estos mimbres y, al menos en principio, será necesario gastar bastante más de 1200 euros para tener un portátil certificado. Fabricantes como ASUS, Acer, HP, Samsung, Sharp, Lenovo, Dell, Microsoft o Google ya se han comprometido con el Project Anthena, así que empezaremos a ver los equipos certificados a partir de otoño.

Intel, como actor clave en el mercado de la tecnología, busca espolear a la industria e intentar que las ventas remonten. Con Project Athena atacará el mercado asiático que pone en el mercado equipos baratos, intentará distanciarse de las propuestas AMD y, de paso, colocar millones de procesadores en los equipos de los fabricantes que quieran beneficiarse de una campaña que, seguro, irá acompañada de una millonaria inversión en marketing.

Además de presentar una hoja de características un equipo independiente se encargará de verificar que los portátiles que aspiren a ser certificados cumplen con lo prometido. Se realizarán hasta quince pruebas de rendimiento diferentes para comprobar que lo que dicen los números funciona en el uso real de los equipos.

A priori y, al menos de momento, no habrá un identificador o una pegatina con la que los usuarios puedan identificar de un vistazo si un equipo está dentro del Project Athena. Sin este acicate, parece complicado convencer a los fabricantes para certificar sus equipos y presumir de ello, así que puede que esta estrategia solo sea la primera fase de algo mucho más grande y, probablemente, parecido a lo que vivimos con los Ultrabooks.

Los consumidores por su parte tendrán más y mejor donde elegir. Este tipo de equipos serán muy caros al principio, pero irán moderando precios y de paso estimularán al mercado fuera de la órbita de Anthena a hacer las cosas mejor para tener opciones de competir. ¿Pensáis que este es el camino para reactivar las ventas de un portátil? ¿Confiaríais en una certificación que otorga Intel? ¿Cómo reaccionará AMD y el resto de fabricantes?

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