¿Para cuándo una actualización a Windows 10 sin problemas, bugs, fallos y BSODs?

actualización a Windows 10

La actualización a Windows 10 April 2018 Update (la última versión de Windows 10) se está convirtiendo en un ejercicio de alto riesgo porque el número de problemas, bloqueos y bugs crecen sin control y Microsoft va a necesitar casi otra nueva versión para resolverlos.

Vaya por delante que el lanzamiento de cualquier tipo de software conlleva un cierto riesgo de bugs una vez que se aplica a las máquinas clientes y de ahí que en máquinas de producción se recomiende no actualizar hasta que -pasadas semanas o meses- no se certifique una estabilidad absoluta. Es obvio que una nueva versión de un sistema operativo como Windows, con potencial de actualización hasta 700 millones de equipos, puede sufrir este tipo de fallos.

Sin embargo, el Windows 10 April 2018 Update se lleva la palma. No recordamos una versión del sistema con tantos problemas, ni siquiera en el lanzamiento del original. Y sorprende, porque el nuevo modelo de “Windows-como-servicio” facilita el desarrollo y el canal de prueba, Insider, la versión lleva probándose por miles de usuarios desde hace seis meses.

Actualización a Windows 10: problemas desde antes del lanzamiento

La andadura de Windows 10 April 2018 Update no comenzó con buen pie y el lanzamiento tuvo que se retrasado varias semanas al detectarse las temidas pantallas azules de la muerte o BSODs que bloqueaban un número indeterminado de equipos. En las primeras horas del despliegue se detectaron problemas graves de funcionamiento en  equipos Alienware de Dell; cuelgues intermitentes del navegador Google Chrome con esta versión; fallos generales en aspectos de sonido, micrófono o ratón; otros curiosos como la asignación errónea de letras de unidad a particiones de recuperación, además de las dificultades para eliminar apps.

Solo fue el comienzoDecenas de errores se acumularon (GPUs, cámaras, explorador de archivos, aplicaciones congeladas…). Algunos muy graves como los surgidos en máquinas con SSD de Intel que se detectaban en la misma instalación, bloqueaban su funcionamiento hasta llegar a las pantallas BSODs y por ello se retiró la actualización para este tipo de equipos. También los equipos con unidades de estado sólido de Toshiba se vieron afectados por un problema similar.

Los penúltimos problemas reportados (se teme que haya más) se han manifestado en la actualización de equipos con el antivirus Avast instalado. El proveedor de seguridad niega que se trate de problemas de su software y Microsoft ha deshabilitado la actualización en equipos con este tipo de máquinas.

Otro de los problemas detectados afecta al consumo excesivo de la capacidad de la batería en portátiles que han actualizado a esta versión. Están reportados un número indeterminado de equipos de ASUS, Dell y hasta la misma Microsoft, en equipos Surface, según comentan en los foros de Microsoft.

Vaya por delante que personalmente he actualizado varios equipos sin problemas (salvo algunos bugs conocidos), pero no hay duda que la estabilidad que se presume de una versión final brilla por su ausencia en este Windows 10 April 2018 Update. La recomendación es la misma que en su despliegue. Nada de actualizar máquinas de producción de cualquier tipo hasta que no se compruebe que la versión es totalmente estable.

Para consumo, tú decides. Puedes utilizar nuestra guía de actualización a Windows 10 April 2018 Update y recuerda que, siempre puedes volver a la versión anterior en caso de problemas.

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