Toyota Proace Verso, amplitud
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“Yo soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas” Norma Desmond, Sunset Boulevard 1950
Es una puerta muy pequeña, una puerta roja para la que tendría que agacharme solamente para girar el pomo e intentar abrir. Y sin embargo tiene que ser esta, las indicaciones del mapa son claras. Claro está que este mapa me lo ha dado un borracho en el local peor iluminado y ventilado de Chinatown pero algo en sus ojos, un brillo especial me dijo que ese trozo de papel valía los quince créditos que ese veterano de las minas de Hygiea pedía por él. Ya había visto otros casos como ese, su cerebro intoxicado con tantalio no iba a seguir permitiéndole caminar o hablar durante mucho más tiempo.
Pero pensar en los ojos vacíos llenos de espesas lágrimas de aquel ex-minero no me ayudaban a tomar la decisión. Se acerca la hora del toque de queda, los drones ya patrullan las calles en silencio lanzando destellos de aviso a los que nos encontramos aún transitándolas. Y yo sigo mirando a la puerta roja. Y decido pegar la oreja a la puerta. Al otro lado un extraño eco, una mezcla de olas de mar y un lamento lejano, más bien un quejido. Hay un dron que se acerca por detrás. Me decido y giro el pomo. Y me zambullo en un espacio inverosimil incapaz de ser contenido en ese edificio, en esa ciudad.
Una vez colocadas las cuatro ruedas hay que decidir para qué queremos el vehículo para ver qué vamos a colocar sobre ellas. Y si lo que necesitamos es transportar cuantas más cosas y personas ¿qué mejor que plantar una sencilla y escueta caja cuanto más grande mejor? Lo cierto es que las furgonetas han llevado una vida paralela y aparentemente más espartana y sobria que la de sus compañeros los automóviles de distintos volúmenes. Con el objetivo de ser más prácticas las líneas se han simplificado siempre al máximo aunque han producido resultados emblemáticos como con la famosa e inefable Volkswagen tipo 2.
Ficha técnica
En nuestro caso nos hemos adentrado en el mundo de las furgonetas de la mano de Toyota ya que hemos tenido la suerte de probar la más sofisticada del fabricante japonés Toyota: la Proace Verso destinada al transporte de personas. En este caso y aunque la filosofía de “caja sobre ruedas” se mantiene, la parte delantera del ProAce tiene una línea más refinada que la de otras opciones. De hecho si nos fijamos en el frontal podría pasar por un SUV moderno, con una parrilla alargada y estilizada, luces antiniebla sobre embellecedores negros, grupos ópticos estilizados y alargados y un muy generoso parabrisas.
Talla grande
Obviamente se trata de un vehículo de un tamaño imponente en el que las pocas concesiones al diseño en la parte delantera desaparecen en el resto de la carrocería: amplias puertas y portón trasero que cae en vertical para aprovechar hasta el último milímetro de la carrocería para la carga y los pasajeros. La altura del ProAce permite que el acceso tanto a la parte delantera como a la trasera, que dispone de portón deslizable de apertura eléctrica, sea muy cómodo y pueda hacerse prácticamente sin agacharse.
Antes de adentrarnos en el ProAce Verso hay que decir que la versión que hemos probado es la VIP, la destinada a transporte premium de personas y es algo que vamos a notar en cuanto echemos el primer vistazo. En primer lugar la configuración es de siete plazas, todas ellas individuales con asientos de cuero y con posibilidad de configuración para acomodar de la forma más confortable a los ocupantes. Las plazas delanteras tienen una configuración clásica de furgoneta, en la parte del conductor la posición es erguida con muy buena visibilidad gracias al enorme parabrisas.
La palanca de cambios se encuentra elevada para acceder de forma más fácil al cambio de marchas, el volante es de cuero y es bastante voluminoso comparado con el de un turismo, suponemos que para favorecer las maniobras. Por lo demás en el eje del mismo encontramos los controles habituales de selección de menús y control de reproducción y volumen. Tras el volante encontramos los indicadores de velocidad y revoluciones tradicionales con una pequeña pantalla monocromo de información. Aquí quizás podría haberse optado por una pantalla más sofisticada dada la categoría del vehículo.
Mucha asistencia…
La pantalla multimedia y de información es de siete pulgadas y se encuentra colocada en una cómoda posición elevada que permite no apartar la vista de la carretera. Nos ha parecido que la pantalla es de inferior calidad con respecto a otros modelos de Toyota, pero por otro lado el funcionamiento de los controles multimedia, el GPS y la gestión de información del resto de sistemas del coche es muy bueno. Además de estas dos pantallas el modelo probado dispone de un HUD, una pequeña pantalla que sobresale por encima del salpicadero en la zona del volante sobre la que se proyecta información sobre velocidad, indicaciones de la navegación y otras.
En esta versión las dos plazas centrales son asientos independientes que están separados por un bloque con espacio portaobjetos y disponen de reposabrazos colocados en el lateral de los asientos. Además de poder desplazarse adelante y atrás las dos plazas pueden girarse para quedar orientadas hacia atrás y disponer de mesilla colocada en el respaldo de las plazas delanteras. El acceso a las plazas traseras es sencillo mediante un mecanismo que desplaza los asientos de la segunda fila.
Buena vida
La tercera fila también dispone de asientos individuales, aunque están colocados más juntos que en la segunda fila son suficientemente amplios y disponen de sujección lateral. En general todos los asientos de pasajeros son extremadamente cómodos y preparados para largos viajes o recorridos por ciudad. Hay espacio de sobra para las piernas y pueden acomodarse pasajeros de estatura considerable.
En un coche con un volumen interior tan imponente como el ProAce el maletero es algo pequeño ya que aunque en cuanto a capacidad el volumen es considerable la capacidad aprovechable es más bien en altura ya que la base del maletero es más bien estrecha. Aún así podemos viajar fácilmente con dos maletas grandes o hasta tres o incluso cuatro de cabina dada la anchura del espacio a disposición. Los asientos son abatibles pero sin la fila de atrás nos encontraríamos con un cuatro plazas con mucho espacio para el equipaje, eso sí.
En lo que respecta al confort ya hemos apuntado que los asientos son cómodos y el ruido no es demasiado molesto. En cambio uno de los retos más difíciles es el de la climatización ya que hay que mover una masa de aire bastente imponente. Hay que decir que hemos utilizado la ProAce en días fríos y la potencia del sistema de calefacción nos ha impresionado logrando caldear el habitáculo en pocos minutos y sin atronar con el ruido de ventiladores.
Conducir la Verso
Ponerse al volante de una furgoneta como la Verso obviamente no es lo mismo que hacerlo con un turismo o incluso un monovolumen, pero lo cierto es que todos los sistemas que facilitan la conducción que pone a disposición Toyota en este caso facilitan muchísimo las cosas. Para empezar dispondremos de sensores de aparcamiento que permitirán manejar sin problemas las imponentes dimensiones del Verso para maniobras de aparcamiento pero hay más sistemas que asisten a la conducción como un excelente sistema de control de crucero adaptativo capaz de frenar y acelerar para mantener la velocidad configurada, un gran acierto para vehículos que tienen que hacer muchos kilómetros.
Otros sistemas incorporados son alerta de cambio de carril, lector de señales de tráfico, SmartBeam (control inteligente de luces), detector de fatiga, aviso pre-colisión o sistema de frenada de emergencia. Todos sistemas y tecnologías que empiezan a ser habituales en los turismos de gama media y alta pero que encontrarlos adaptados al uso de un vehículo como el ProAce resulta doblemente eficaz ya que la conducción de este tipo de modelos es quizás más compleja por su tamaño y masa y por eso la asistencia se agradece aún más.
Una vez arrancado el motor sorprende el buen trabajo en la insonorización ya que el ruido del motor y de rodadura no se filtra demasiado en el habitáculo, quizás algo más cuando el motor está frío. En cualquier caso y sin llegar al nivel de ciertos turismos el nivel de ruido al rodar es realmente bajo y permite mantener conversaciones sin levantar la voz y escuchar música, aunque realmente el equipo incorporado podría tener algo más de potencia y calidad para este clase de vehículos.
La conducción del Verso en ciudad es bastante agradable. El vehículo ofrece una maniobrabilidad sorprendente para su tamaño y la motorización de 150 caballos y un par de 370 Nm pone a disposición una respuesta ágil en cualquier circunstancia. Precisamente la elasticidad y potencia del motor se hace sentir cuando realizamos trayectos en carretera y autovía, con recuperaciones sin titubeos incluso en marchas largas. Nos hubiera gustado algo más de respuesta del motor para tener mejores prestaciones sobre todo con el vehículo cargado.
En carreteras viradas el Verso muestra su verdadera personalidad y no se muestra tan ágil como un turismo o un SUV pero tampoco es algo que se le pueda pedir. Y aún así si no buscamos las cosquillas podemos realizar viajes con curvas sin demasiadas complicaciones. Otro capítulo importante además del de las suspensiones es el de los frenos y en este caso el Toyota responde con creces incluso cuando va bastante cargado.
Conclusiones
El Toyota ProAce no es ni mucho menos un vehículo único, prácticamente todos los fabricantes que disponen en su catálogo de modelos de furgonetas disponen de una solución similar para el pequeño transporte de pasajeros con capacidades más o menos similares a la del modelo japonés. La apuesta de Toyota se centra en una buena habitabilidad y confort de marcha así como en un conjunto de sistemas de ayuda a la conducción realmente completo.
La motorización sin embargo, sin que podamos decir que sea insuficiente, sí que nos ha parecido algo justa ya que otros riveles ofrecen propulsores de potencia y sobre todo par superior que permiten más dinamismo en carretera. Lo que podemos concluir es que se trata de un modelo con una sorprendente agilidad pese a su masa, con buena respuesta aunque no excelente y que cumple con creces el cometido de transportar siete personas con el máximo confort.
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